Os Migueliños: un histórico remanso de paz y dos décadas de turismo rural en Catoira
La localidad pontevedresa de Catoira conforma uno de los mejores destinos vacacionales del sur de Galicia, tanto para aquellos viajeros que buscan explorar el grueso de las Rías Baixas como para turistas que prefieren descubrir los encantos de esta histórica villa de forma particular. Una experiencia mágica por el territorio gallego cuyo broche de oro lo ponen alojamientos como el de Os Migueliños, una emblemática casa rural enmarcada en pleno corazón de Catoira. Tres siglos de historia y dos décadas dedicadas al turismo marcan la hoja de ruta de un proyecto familiar que desde el pasado mes de octubre regentan Daniel Ranz y Úrsula Maya, la segunda generación al frente de este auténtico remanso de paz catoirense donde las mascotas también son bienvenidas.
El complejo actual se construye alrededor de una propiedad histórica que se ha mantenido en manos de la familia de Dani desde su creación en torno al año 1700. De hecho, cada nuevo apéndice de la propiedad ―como es el caso de las tres pequeñas casas adosadas erigidas en 2015― mantienen toda la esencia de la vivienda matriz, respetando la estructura y los materiales típicos de estas antiguas construcciones gallegas. "Cuando se hicieron las reformas de la casa había partes que no se podían tocar al ser una vivienda tan antigua y por eso por dentro es tan peculiar", destacan ambos propietarios sobre la estética rústica y acogedora de las habitaciones y zonas comunes de Os Migueliños. Un respeto por las raíces que se combina a su vez con otros espacios y mobiliarios más modernos tales como la recién inaugurada zona de la piscina, una rincón chill out entre naturaleza que apunta a convertirse en uno de los grandes reclamos de este alojamiento rural.
Un turismo rural de encantos y lujos
La ubicación privilegiada de Os Migueliños conforma uno de los grandes atractivos de este alojamiento rural, tanto por su cercanía a núcleos turísticos de gran relevancia como por la tranquilidad y quietud que envuelven a la propiedad. "Al final Catoira está a un paso de todo, de Santiago de Pontevedra (...) mucha gente de fuera venía buscando aquí un punto de partida para ir ha hacer diferentes rutas", explica Dani. Con el afán por convertir este proyecto turístico en algo más que un lugar de paso, sus propietarios llevan más de dos décadas manteniéndose al día con las últimas tendencias y modernizando sus servicios para ofrecer a las personas una estancia con todos los lujos. "Otra cosa en la que también nos hemos adaptado un montón es el tema pet friendly, nosotros no cobramos extras y aceptamos a todo tipo de mascotas", señala Úrsula sobre el auge en la demanda en cuanto a alojamientos que admiten mascotas. "Es un turismo que alucinamos, creo que podría decirte que ahora mismo tenemos más clientela de perros que de niños", reconoce.
En lo que respecta al alojamiento, la casa rural de Os Migueliños dispone de cinco habitaciones con camas dobles y cuarto de baño propio así como tres apartamentos independientes con capacidad para acoger a unas cuatro o cinco personas. "En algunas se puede implementar una cama supletoria sobre todo de cara a niños pequeños", apunta Dani. Lo que sí incluyen todos los alojamientos del complejo es un desayuno artesanal y la limpieza diaria de las estancias privadas. De ese modo, los huéspedes de Os Migueliños podrán degustar cada día un variado menú para empezar, con algunos productos como el bizcocho o las tartas caseras elaborados por la propia madre de Dani. Los desayunos de los alojados en la vivienda principal presentan un formato híbrido, con una pequeña selección tipo buffet y otras elaboraciones servidas por los propietarios. "En las casitas adosadas tenemos unas cajas de madera hechas a medida por un chico de A Coruña y dentro de cada una metemos el desayuno, lo ponemos en el porche y ya la gente por la mañana, cuando se levanta, tiene su cajita y su desayuno ahí", aclara Úrsula.
A mayores de todos estos servicios particulares, desde esta temporada los viajeros y mascotas que visitan Os Migueliños también tendrán la oportunidad de disfrutar de un amplio rincón chill out con piscina, barbacoa y mobiliario de jardín que completa esta experiencia turística entre naturaleza en Catoira. Además, tal y como apuntan sus propietarios, disponen de "precios bastante competitivos" en comparación a otros alojamientos de la zona. Aunque depende también de la temporada, por norma general los precios de las habitaciones o suites privadas rondan los 65 o 80 euros, mientras que las estancias en los apartamentos oscilan entre los 130, 140 o 150 euros, todos ellos con desayuno y limpieza incluidos.
El horizonte más moderno de Os Migueliños
Si bien el relevo generacional del negocio apenas se hizo realidad hace unos meses, sus nuevos propietarios ya han sido capaces de implementar algunas de sus ideas en el ya asentado proyecto turístico de Os Migueliños: una de ellas, la ya materializada zona de la piscina exterior y otra, su incursión completa en el universo digital con la puesta a punto de una nueva página web. "Nosotros lo que buscamos ahora de este proyecto familiar es adaptarlo un poco a los tiempos", afirma Dani. "Cuando viajamos también intentamos fijarnos en lo que hace el resto, no para copiar, sino para mejorar nuestras ideas", reconocen estos dos viajeros empedernidos. "También las opiniones de nuestros clientes nos ayudan un montón a mejorar y fortalecer los puntos fuertes".
En cualquier caso, lo que está claro es que la dupla formada por Dani Ranz y Úrsula Maya conforma un auténtico laboratorio de ideas dentro del ámbito turístico del que ahora también forman parte. De hecho, de cara a un futuro próximo, en el ideario creativo de ambos propietarios se encuentra el poder seguir ampliando la capacidad del alojamiento con la creación de unas pequeñas casitas (pensadas para dos personas) que se ubicarían en el entorno más próximo a la piscina. Por lo pronto, Os Migueliños continúa escribiendo su historia desde el rural de Catoira y abriendo una ventana al mundo desde sus redes sociales para que cada vez más gente pueda descubrir los encantos de esta joya turística en las Rías Baixas.
