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Ocho islas gallegas para soñar con el fin del coronavirus

¿Cansados de tantas semanas de pandemia? Nosotros también pero es momento de cumplir las medidas de restricción y de soñar con paraísos cercanos con los que disfrutar cuando volvamos a la normalidad. Si eres de los nuestros seguro que fantaseas con islas paradisíacas donde encontrar playas caribeñas, bosques frondosos y ¿por qué no? un poco de historia. Pues están muy cerca, en Galicia, y son auténticos tesoros naturales para perderse cuando pase todo esto
Vista de las islas Cíes.
Vista de las islas Cíes.
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Cíes, las islas de los dioses

Sin duda las Isla Cíes son los pesos pesados del Parque Nacional das Illas Atlánticas y uno de los emblemas naturales de Galicia, por lo que es de obligado cumplimiento que figuren en esta lista. El mismísimo Julio César puso su pie en ellas y se quedó impresionado por su belleza agreste y el geógrafo latino Plinio el Viejo las denominó "Islas de los Dioses", incluyendo en este calificativo a las islas de Ons y Onza. 

Islas Cíes, Praia Nosa Señora

Las Cíes siempre han sido muy apetecibles para los gallegos como excursión de un día o como perfecto plan de acampada de fin de semana, pero cuando en 2007 el prestigioso diario británico The Guardian nombró a Rodas como "la mejor playa del mundo" tuvo lugar un boom turístico que convirtió a las islas en el lugar más codiciado por los turistas nacionales y extranjeros, que llegaban en masa para conocer uno de los arenales más bellos del mundo. Esta situación cambió en 2017, cuando se optó por proteger el patrimonio natural de las Cíes y se limitaron las visitas mediante una autorización especial que es necesario solicitar para llegar a las islas. 

Quien llegue hasta Cíes se encontrará con tres magníficas islas (San Martiño, Faro y Monteagudo, las dos últimas unidas por el arenal de Rodas), no más de media docena de magníficas playas de arena blanca y aguas color turquesa y una serie de rutas de senderismo que nos llevan hacia miradores como el Faro norte, el Faro do Peito o el Mirador do Alto do Príncipe con su Silla de la Reina, desde el que podemos observar una buena panorámica de las islas desde lo alto, incluyendo los islotes de Ons. Ni más, ni menos. 

También te encontrarás con aguas gélidas, sólo aptas para valientes, que permiten que sus fondos marinos sean de los mejores y más ricos en vida marina de Europa. 

Isla de Ons, guardián de la Ría de Pontevedra

Isla de Ons, Playa de Area dos Cans

Como lo son las Cíes, la cercana isla de Ons es una reserva ornitológica en la que viven no sólo gaviotas, si no especies animales tan curiosas como el lagarto ocelado, el más grande de Europa. Aquí también podemos encontrar un faro, un cámping y, al ser una isla habitada, hasta algunos núcleos de población, siendo el principal una pequeña aldea, O Curro, donde el alojamiento escasea y los precios se ponen por las nubes en verano. 

Una serie de pistas sin asfaltar cruzan la isla en todas direcciones y nos permiten llegar a cinco playas paradisíacas casi vírgenes como la nudista Melide, Dornas o Area dos Cans. Sobre el arenal de Canexol encontramos el cementerio y el castro, un claro indicador de que esta isla ya estaba poblada hace cientos de años. 

Isla de Sálvora, un pequeño diamante en la Ría de Arousa

Isla de Sálvora

Otra de las islas que conforman el Parque Nacional Marítimo-Terrestre das Illas Atlánticas, Sálvora se encuentra en plena Ría de Arousa y forma parte de la parroquia de Aguiño (Ribeira). Se trata de una isla con mucha historia, habitada por colonos hasta la década de los setenta (de los que la isla heredó un pazo) y adquirida por la Xunta de Galicia en 2008, cuando se iniciaron las medidas de protección de la isla como espacio natural. 

En Sálvora hay un faro, utilizado por la Marina como observatorio durante la Segunda guerra Mundial, y varias especies animales protegidas, como el "sapiño pintoxo", la salamandra y la inofensiva lagartija de agua, que podrás observar si sigues las breves rutas de senderismo señalizadas en la isla: la Ruta do Faro y la Ruta da Aldea

Para llegar a Sálvora no hay transporte público, por lo que muchas empresas privadas han optado por incluir la isla en sus recorridos de un día por la Ría de Arousa. Además sólo se permiten 125 visitantes por día en la isla, que es pequeña y carece de servicios al turista lo que hace de la visita a la isla una experiencia algo más exclusiva que la de sus hermanas mayores, Cíes y Ons. 

Cortegada, la isla hospital

Isla de Cortegada, Arousa

Camino de Vilagarcía de Arousa desde Padrón es obligado pasar por Carril y, al hacerlo, veremos a nuestra derecha la isla de Cortegada. Se trata de una isla de tamaño considerable que mide algo más de 2 kilómetros y medio de perímetro y que se puede recorrer en un par de horas. En eso reside precisamente su encanto: en pasearla de arriba a abajo y disfrutar de sus arboledas. 

Cortegada también fue una de las islas a las que llegaron los romanos y el historiador Plinio hizo referencia a ella. En la isla existió un hospital, el Hospital de Carril, levantado cerca de un santuario, pero hoy sólo podemos encontrar sus restos que datan de 1652. 

Isla de Arousa, un entorno natural privilegiado

Isla de Arousa

Seguimos en la provincia de Pontevedra y esta vez visitamos la Isla de Arousa, con sus siete kilómetros de longitud de punta a punta y un paisaje variado que tanto se compone de monte como de llanura. 

A la Isla de Arousa se la conoce como A Illa, aunque a finales del siglo XX un largo puente que la unió con tierra le hizo perder en parte su carácter insular y desde entonces, para llegar a la isla ya no hay que recurrir al barco que hacía el servicio regular de transporte.

La Illa perdió la insularidad, pero no el encanto y a pesar de que su núcleo principal nunca ganará un premio urbanístico, el sur de la antes isla se ha protegido de la riada de veraneantes y turistas y no se permite el paso con vehículos. Todo un entorno natural privilegiado. 

Islas Sisargas, paraíso de gaviotas

Islas Sisargas

En plena Costa da Morte, con el pueblo marinero de Malpica y su Cabo de San Adrián enfrente, aparecen ante nuestros asombrados ojos tres escarpadas islas que no necesitan presentación, pues están cargadas de historia y de leyendas. Los nombres de los islotes son Grande, Chica y Malante y son un auténtico paraíso para los amantes de la zoología y la ecología. Abundan las gaviotas, que se convierten en los habitantes más numerosos de las islas, de las que encontramos varios tipos que escasean en el resto de la península. 

Las leyendas hablan de romanos poblando las Sisargas, construyendo calzadas de piedra, necrópolis y aras, pero lo único constatable es que hay un faro de 1883 construido junto a las ruinas del original. 

Para llegar a las islas podemos contratar alguna embarcación privada en el puerto de Malpica, ya que no hay transporte público. Esto hace que las Sisargas sean islas muy poco accesibles pero también convierte su visita en toda una aventura. 

Isla de San Simón, culto a la memoria histórica


Isla de San Simón

Todavía son muchos los gallegos que no han oído hablar de San Simón, aunque con las Cíes, Ons, Sálvora y As Sisargas es una de las islas más famosas del noroeste peninsular. Se ubican en la Ría de Vigo, en concreto frente a la playa de Cesantes (Redondela), desde la que es fácil alcanzar la isla a nado con marea baja. 

San Simón acogió comunidades de religiosos y también funcionó como leprosería. El régimen franquista la convirtió en campo de concentración para prisioneros de guerra y hoy alberga un centro de estudios de Ciencias del Mar. Además San Simón guarda entre sus muros leyendas de piratas como la de Francis Drake, un memorable "Paseo de buxos" y un parque escultórico homenaje a las víctimas del franquismo

Si te gusta la historia reciente, ésta es tu isla, a la que puedes llegar en excursión desde Vigo o contratar una barca en la misma playa de Cesantes. 

Isla de Tambo, un jardín en medio de una ría

Isla de Tambo

Con el corazón en la mano, definiríamos Tambo como un jardín en medio de la ría de Pontevedra, pero se trata de una isla militar con instalaciones igualmente militares y de acceso restringido debido precisamente a ese carácter castrense. 

Tambo es una pequeña isla que en la Edad Media acogió a una comunidad religiosa y que también sirvió de refugio a nobles y curas en épocas de epidemias. Hoy en día sólo se puede visitar en contadas ocasiones, con la autorización de la Escuela Naval Militar de Marín y de la mano de la asociación Irmandade Illa de Tambo, que realiza varias excursiones anuales a la isla. 

Emma Sexto

https://unmundoinfinito.com/

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