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O Faiado: 17 años cantando música tradicional junto a la estación de tren de A Coruña

Jose Antonio, Jose el del Faiado o el Brasileiro, abrió esta taberna con la intención de convertirla en "la casa de la felicidad". Y vaya si lo consiguió: todos los jueves y viernes sus clientes cantan y bailan libremente hasta que el cuerpo aguante
Jose Antonio posa en el interior de O Faiado
LPR
Jose Antonio posa en el interior de O Faiado
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"Parte más alta de la casa, inmediatamente debajo del tejado". Este es el significado que da el diccionario a faiado, un término muy gallego que dio nombre al local que hace ya casi 17 años Jose Antonio, Jose el del Faiado o el Brasileiro, como le llaman en Laxe, abrió en la avenida del Ferrocarril, enfrente de la estación de tren de A Coruña.

De lunes a miércoles no tiene un horario fijo, aunque suele abrir hacia última hora de la tarde. Cuando nunca falla son los jueves y viernes, los días grandes de O Faiado. Esas dos noches los clientes cantan y bailan libremente, hasta que el cuerpo ( y la voz) les aguante.

Hijo de emigrante, José nació en Río de Janeiro. "En la rúa do Catete, la misma en la que vivió el exalcalde Carlos Negreira", comenta entre carcajadas este tabernero "atípico" que presume con honor de Laxe, adonde llegó con pocos años de edad.

¿Cómo definirías O Faiado? Jose lo tiene claro "Siempre quise que fuera la casa de la felicidad". Una casa por la que, entre otros, han pasado personalidades de talla del periodista Pepe Domingo Castaño, un cliente habitual en verano, el juez Vázquez Taín e incluso Laureano Oubiña.

Nos acercamos hasta O Faiado un día por semana, por lo que el ambiente es bien diferente al que allí se vive hoy, jueves. Sin embargo, pese a ser un día de semana por la mañana, dos clientes no dudan en entrar y consumir unas copas de vino como si estuviesen en su propia casa. "Ni que esto fuese un bar", bromea José, quien durante nuestra charla se atreve a cantarnos unas piezas. Y es que O Faiado tiene su propio himno.

Empezó como jamonería

Jose sentado en un mesa hecha en la estructura de una cama

¿Cómo nació O Faiado?

El Faiado nació, como siempre en la vida, en un momento de huida hacia delante. Había dejado un trabajo y un día se acercó un buen amigo de Laxe, Pichel, y me dice: "José, hay un bar que se traspasa en la estación". Yo le dije: "Pero, Pichel, cómo voy a montar yo un bar". Y él me dijo que le diese mi toque. La verdad es que empecé a darle vueltas, me fui para casa y empecé a pensar. Vine a verlo una vez, vine dos y a la tercera ya me decidí.

Yo quería un bar tradicional, no quería un bar de cafés ni de cubatas. Yo quería un bar de pipotes de vino, pero hoy en día Sanidad te pone muchas trabas. Di una vuelta por el barrio y vi dos o tres bares de ese estilo, pero no me gustaba el ambiente que había dentro.

"Yo quería un bar de pipotes de vino"

Primero lo abrí como jamonería, pero después de un año o así me di cuenta que no valía para eso. Todo surgió en una comida con unos amigos de Corme- Moncho, Germán, Kiko y Chinito-, que nos hicimos llamar los papeiros do Faiado, y se pusieron a cantar aquí. Después de la comida me dicen: "Para la semana venimos a hacer una comida aquí y traemos un chico que toca la guitarra, ¿te importa?". Y así fue. Eran 12 personas y el chico, que resultó ser Mario Mosteiro - integrante de Zapato Veloz- empezó a tocar. Y a mí me dio envidia y ahí empezó todo.

Al día siguiente me fui a Musical 47 a comprar una guitarra. Empecé a tocar y le dediqué muchas horas. Ese chico de Corme me dice: "Oye, mira, tenemos un compañero de Corme que toca la guitarra en los bares y te puede animar esto". Lo llamé y resulta que era el finado Paco Saleta. Estuvo aquí 10 años, era un artistazo. Y ahí empezó todo. Yo un día me animé, cogí una maracas y versioné una canción de Los Satélites y la convertí en el himno del Faiado. Era un show, había gente que solo venía para ver cantar el himno.

¿A día de hoy sigue sonando ese himno?

Lo dejamos, pero queremos recuperarlo.

¿Por qué el nombre de O Faiado? Creo que tuvo mucho que ver tu madre.

Sí, todo, Faltaban escasos cuatro días para abrir y yo no tenía nombre para el local. Un día, cuando estaban los carpinteros haciendo la mesa de la cama y había radios y aparatos por el suelo, entró mi madre en el local y dice "Arre demonios, tes moitos trastos aquí, xa parece un faiado". Y así surgió.

Un lugar para cantar y bailar

¿Se canta mucho en O Faiado?

Aquí la gente viene los jueves y viernes a pasarlo bien. Todo es de manera improvisada. La gente es muy participativa, pero lo cierto es que hubo un cambio generacional: antes había gente de mi edad para arriba, de 50 para arriba; y ahora hay muchas pandillas de juventud.

Hay un grupo que se hacen llamar los Teritos, que surgio a raíz de la serie Fariña, y me llaman a mí Terito. Les hice unas camiseta con la famosa frase de Fariña "El tabaco es para Terito y los viejos, la fariña es el futuro", pero yo la cambié y puse: "La discoteca para Terito y los viejos, el Faiado es el futuro". La gente me pide muchas camisetas. Y no te digo nada el día que entró Laureano Oubiña y nos vio con las camisetas. (risas)

Jose y su hijo con el cantante Fito

¿Estuvo aquí Oubiña?

Sí, viene de vez en cuando. Ese día yo iba a quitarme la camiseta pero él me dijo: "No, no. ¿Tú sabes lo que significa capo? Aquí tú eres el jefe, así que deja la camiseta". Y yo, a sus ordenes (risas). Otro día entró el juez Vázquez Taín, me ve con la camiseta y digo: " O que teño que facer pra non ter que ir o mar". Y él responde: "Lo que te hacía falta" (risas).

Oubiña, durante una visita a O Faido: "Aquí tú eres el jefe"

¿Qué otras personalidades han pasado por aquí?

Me acuerdo un día que entró Moncho Alpuente, pero quien venía mucho al principio era Barritos, el delegado del Dépor. El más conocido es Pepe Domingo Castaño, que viene en verano. Es un tipo muy generoso, le encanta bailar. Cuando hay mucho jaleo no se atreve, pero aún hace poco estábamos cuatro y se pasó dos horas cantando. Le encanta cantar canciones gallega. Pero cuando me trae a la tropa de Madrid: Iñaki Cano, Manolo Sanchís... Manolo Sanchís viene siempre todos los veranos en barco a Galicia y hace aquí un parada. Le tocas una ranchera y Manolo se vuelve loco (risas)

Fotografías de personalidades que visitaron el local

Sé que tienes una relación especial con el exalcalde Carlos Negreira.

Sí. "Carliños" entró un día aquí con mi amigo Manolo, que era concejal en Culleredo. Cuando me presentó a Carlos, yo le dije: "Tú no los sabes pero tú y yo tenemos muchas coincidencias: tú eres brasileño, yo también; naciste en Río de Janeiro, yo también; viviste en la rúa do Catete, yo también; tu padre era de Santa Combra, el mío también". Desde esa, siempre me trató con mucho cariño. Hubo un año que incluso hicieron aquí la cena de la corporación.

Aquí entra todo tipo de personas.

Entra mucha gente, yo trato de que sean personas (risas). Ya tengo llevado algún "sopapo". Lo que mueve un local es el ambiente que generas.

¿Algún momento para el recuerdo?

Muchos, pero me quedo con uno de Pepe Domingo Castaño. Un día me llama para ver si podía traer un mariachi para una comida de 30 personas. Yo, tonto de mí, pensé en un "fulano con un gorro"; pero de repente llegan cinco personas. Fue espectacular. Avisé a los clientes más habituales del Faiado y esto se llenó, entre ellos estaba Jose Luís Núñez, el speaker del Dépor. Fue memorable ese día.

También hay malos recuerdos. Un día uno me pegó con un puño americano y me dieron seis puntos; pero uno siempre se queda con los recuerdos buenos.

Aquí suena música tradicional

Sí, es lo que queremos. ¿No vamos a cantar aquí reggaeton? Aunque también lo cantamos, por ejemplo la canción de Demi Lobato y Luis Fonsi:, pero le cambiamos el estribillo. "Unha vella dixo a outra polo furado da porta, ti joberna a tua vida a que miña nada che importa" (canta)

Y para comer...

¿Qué tienen de especial la tortilla y el raxo del Faiado?

Hay toneladas de amor, y hay que echarle huevos (risas). Tengo dos carteles. "A la tortilla échale huevos" y el raxo con patatas, como viene mucha gente extranjera, lo puse en inglés: "raxatetion con potatoes" (risas).

A final es cuestión de ir experimentando. La tortilla, por ejemplo, gusta mucho como la hace Alberto, y el raxo fue fruto de la experimentación y resultó una salsa muy rica. Son dos platos que salen muy bien.

¿Cómo es que solo abrís jueves y viernes?

Hay que estudiar (risas). Lunes, martes y miércoles sí que abro, lo que pasa que el ambiente más festivo surgió el jueves y viernes. Hubo una época que lo intenté también los sábados, pero vi que era forzar mucho la maquina. ¿Qué hago? Trabajo más a puerta cerrada con comidas.

El local está algo alejado del centro, ¿te influye?

No, no creo en lo de la ubicación. Os Belés funcionó, e incluso fue un referente. Y yo quise hacer una casa con mi estilo. ¿Dónde está el Bulli? Y la gente hace cola para ir. Lo de la ubicación es relativo: si hay algo que te atrae del local, vas.

¿Cómo definirías O Faiado?

Lo que siempre pretendí es que fuera la casa de la felicidad. Los problemas que queden de la puerta para fuera, que el rato que estés aquí seas feliz. Yo con tal de que la gente sea feliz.

"Siempre quise que fuese la casa de la felicidad"

Y como buen hostelero...

¿Tortilla o raxo?

Será por lo de carnivoro, pero a mí el raxo me puede. Pero hay momentos para todo. Tengo que reconocer que la tortilla está muy buena.

¿Vino o cerveza?

No soy ni de vino ni de cerveza. Soy un tabernero atípico, no soy ni un gran bebedor ni un gran comedor.

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