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La USC participa en el diagnóstico de Hacho, el único perro del mundo sin órgano vomeronasal

La veterinaria Susana Muñiz de Miguel ha conseguido descubrir la novedad anatómica del cánido con la ayuda de investigadores de Lugo
Susana Muñiz de Miguel, con Hacho, en las instalaciones do hospital Rof Codina
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Susana Muñiz de Miguel, con Hacho, en las instalaciones do hospital Rof Codina
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Hacho, un perro de caza, es el primer caso conocido de un cánido sin órgano vomeronasal. El descubrimiento lo ha hecho Susana Muñiz de Miguel, veterinaria del Hospital Rof Codina, en una investigación en la que también han estado involucrados investigadores y docentes del Campus Terra de la USC.

El perro presentaba síntomas como la nariz bífida, los comportamientos agresivos, y una falta de apetito sexual. Todos esos indicadores delataron la dolencia misteriosa de Hacho, no tiene órgano vomeronasal ni tampoco el septum pellucium, un fino tabique en la parte central del encéfalo.

La tutora del animal lo acogió cuando apenas tenía cuatro meses, conociendo solo a los hermanos de la camada y la familia de Cuenca de la que provenían. Sus observaciones hicieron que la veterinaria Susana Muñiz buscara someter a la mascota a un tratamiento farmacológico y de conducta, para ver si así se podían solucionar los comportamientos.

"El tratamiento surtió efecto" , señala la profesional, pese a que "los problemas no desaparecieron por completo". Ante esta situación al investigadora decidió hacerle un seguimiento más exhaustivo al cánido, con una resonancia magnética y un TAC, para ver si podían encontrar el origen de la falta de habilidades sociales de Hacho y su hiperactividad. " El perro no era capaz de dormir incluso después de jornadas con importante actividad física".

Para poder llevar a cabo estas pruebas, investigadores del grupo de Morfoloxía Animal de la Facultade de Veterinaria de la USC participaron en el proceso. Pablo Sánchez Quinteiro e Irene Ortiz Leal están especializados en el órgano vomeronasal y la comunicación a través de feromonas, mientras que José Daniel Barreiro trabajó en las tareas de diagnóstico por imagen. Por último Ángela González, una de las siete veterinarias españolas con la diplomatura de Medicina de Comportamiento Animal también colaboró en el caso.

Con sus análisis y las pruebas anatómicas realizadas, pudieron llegar a la conclusión de que Hacho era el único perro del mundo sin órgano vomeronasal. La carencia no afecta a su sentido del olfato, pero sí a sus conductas, concluyeron los investigadores.

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