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La ortoqueratología, la técnica para frenar la miopía en niños que aplica una óptica de A Coruña

Es ideal para niños de entre 7 y 17 años y consiste en la adaptación de unas lentillas que se deben utilizar por la noche. El equipo de optometristas de Adrián Salgado prescriben esta técnica en aquellos casos en los que la miopía avanza más rápido de lo esperado

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La miopía en niños suele aparecer en la etapa escolar, entre los 8 y los 18 años, de forma súbita. Actualmente no hay una cura para la miopía, pero sí hay métodos que ayudan a controlar su progresión. Es el caso de la ortoqueratología, una técnica que consiste en la adaptación de unas lentes de contacto que se deben utilizar por las noches, mientras el paciente está durmiendo. Este método además de controlar la progresión de la miopía, permite disfrutar de una buena visión, sin gafas ni lentillas durante el día.

“Es una alternativa ideal para aquellos niños que tienen miopía en edades comprendidas entre los 7 y los 17 años. Podemos controlar su miopía y así, no tendrán que usar gafas”, destaca Ana Vázquez Amor, óptico-optometrista y directora del centro de Adrián Salgado en A Coruña.

Desde el equipo de optometristas de Adrián Salgado, ubicado en el número 58 de Juan Flórez, prescriben la ortoqueratología en aquellos casos en los que la progresión de la miopía avanza más rápido de lo esperado. “Podemos adaptarlas en niños a partir de los 6 años de edad y hasta -6.00D de miopía y -1.75 de astigmatismo: así que todos aquellos papás con niños miopes, pueden ayudar a sus hijos con este tipo de lentillas, controlando su miopía y liberándolos de usar gafas. Las lentillas son muy fáciles de poner y además, solo se usan por la noche. El propio niño aprende a hacerlo y también a cuidarlas. Igual que se ponen el pijama, se ponen las lentillas y se van a dormir. De hecho, también reciben el nombre de “lentillas pijama”, afirma la óptica.

Los resultados que se pueden obtener son una ralentización de la progresión de la miopía, así como, una calidad visual óptima durante todo el día. “Por ejemplo, hoy viene un paciente a nuestra consulta en Adrián Salgado a poner este tipo de lentillas, al día siguiente revisamos su agudeza visual y en pocos días, disfruta de una visión plena para su día a día”, añade.

La vida de un niño que se somete a este tratamiento mejora mucho: desde la calidad de visión hasta su propia autoestima, debido a que le permite no tener que utilizar ni gafas ni lentillas durante el día. “Tenemos algún paciente al que le encanta jugar a fútbol, el hecho de tener que utilizar gafas o lentillas durante el día le limitaba mucho el desarrollo de este deporte, y ahora que no tiene que usar nada durante el día, está encantado”, concluye Ana Vázquez Amor.

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