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La nueva vida del emblemático local de puertas rojas de Santiago: así es Café Chusca

Chusca significa en gallego bollo de pan, además de utilizarse también como apelativo cariñoso “chusquiño/a”
@chuscasantiago
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En el número 90 de la Avenida Rosalía de Castro se situaba la histórica carnicería A Jeremías, pero un día cerró y desde entonces se empezó a dudar en si dicho local volvería a abrir. Ubicado en la zona nueva, en una de las principales vías de paso de peregrinos y estudiantes en la ciudad, Irupé y Diego Rubén vieron en ese espacio una oportunidad de negocio y decidieron darle vida a Chusca, un café-repostería que abre cada mañana esas originales puertas coloradas ofreciendo bollería artesanal y bebidas de calidad.

Interior de Chusca.

Ninguno de los dos tenía una trayectoria profesional ligada al mundo de la hostelería cuando emprendieron este proyecto, ella trabajaba en una escuela infantil mientras que él era comercial de una empresa de venta de vehículos industriales. Sería por cuestiones de la vida que a ambos ésta les llevaría a poner en común sus ideas para crear un nuevo modelo de negocio en plena zona nueva de la ciudad.

"Diego rescató las recetas reposteras familiares que había aprendido de su madre y decidió dar el salto a la cocina", explica Irupé, "y yo aporté mis aptitudes para hacer de este viejo local un lugar agradable y darle un ambiente familiar".

Irupé con la original decoración del local y Diego elaborando alfajores.

La idea que tenían era modificar lo mínimo el histórico local, de manera que la estructura, la baldosa, las puertas de madera... se conservaron tal cual. "Le dimos un toque de pintura a esas zonas", aclara, "lo demás casi todo ha sido trabajo de restauración de muebles que ya teníamos o regalos que conservaba". Así fue cómo le dieron una nueva vida a distintos recuerdos que querían que formasen parte de su nuevo proyecto.

Dulces artesanales para hacerte la boca agua

La repostería de Chusca destaca porque la elaboración es 100% propia. "Diego está siempre en el obrador para ofrecer a la clientela productos recién hechos", afirma Irupé. Crumble de ciruelas, manzana, higos... y tartas de todo tipo (Lemon pie, carrot cake...) que se pueden disfrutar en el local o pedir para llevar.

A la izquierda carrot cake con pistachos y a la derecha tarta de mascarpone, almendras y naranja (sin gluten).

¿Y el dulce más solicitado? Sus ya famosas "chuscas" de chocolate y los alfajores, de azúcar glasé, almendras, nueves, coco, merengue, maíz... en la variedad está el gusto.

A la izquierda chusca de chocolate con arándanos y a la derecha chusca de chocolate con frambuesas.

Si bien este primer mes desde su apertura se han centrado en la parte dulce, pretenden también empezar a añadir a su oferta salados, por supuesto también artesanales. En cuanto a las bebidas destacan los zumos naturales, tés de origen, café de tostador 100% Arábica... Sorbos de calidad para acompañar los bocados dulces y salados del lugar.

Alfajores caseros de diferentes sabores.

Un lugar que abre sus puertas a todos

Además, para que nadie se quede sin disfrutar de Chusca, también ofrecen opciones para veganos y celíacos. "Pretendemos que cualquiera pueda venir aquí a pasar un buen rato sin preocuparse de no poder comer debido a sus preferencias o tolerancias", destaca Irupé. De hecho, entre los planes a medio plazo tienen pensado formarse para poder ofrecer también productos para diabéticos.

La filosofía de Irupé y Diego de no cerrar las puertas a nadie puede verse tanto en esa gran variedad de productos, como en el hecho de que son un local pet friendly.

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