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De "road trip" por las Rías Baixas: el itinerario perfecto para una escapada de película

Desde la ría de Corcubión a la de Vigo, descubrimos los lugares más emblemáticos del destino más visitado del sur de Galicia
Istmo de La Lanzada al amanecer desde el monte Siradella en O Grove.
Istmo de La Lanzada al amanecer desde el monte Siradella en O Grove.
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Cada vez son más las personas que se suman a la moda de los viajes por carretera. No hace falta recorrer la famosa Ruta 66 para disfrutar de una auténtica escapada de película ―al puro estilo Thelma & Louise, pero con un final menos dramático―, sino que a veces los rincones más incréibles se esconden mucho más cerca de nosotros. Aprovechar los días libres para conocer una comarca o región es una opción cada vez más elegida, y en ese sentido, las Rías Baixas tienen mucho que ofrecer a los viajeros que se atreven a descubrirla por carretera

El final de la temporada estival es uno de los mejores momentos para poner rumbo a las Rías Baixas, pudiendo disfrutar todavía del buen tiempo pero con destinos no tan masificados y unos precios mucho más asequibles. Ya estés buscando una escapada de fin de semana o un viaje un poco más largo para desconectar, a continuación os proponemos un itinerario completo, con el asfalto por delante, para descubrir los encantos de una de las zonas más turísticas de Galicia.

En la ría de Corcubión: del fin del mundo al Olimpo Celta

Ensenada do Ézaro. Foto: Shutterstock

Uno de los posibles inicios de este viaje por carretera en las Rías Baixas da comenzienzo en el sector más al norte de las mismas, en un lugar conocido como "el fin del mundo". Cabo Fisterra supone una visita obligada en la Costa da Morte, un entorno que entremezcla un componente místico con paisajes salvajes entre acantilados. De hecho está considerado el punto final del Camino a Fisterra, una prologación de la ruta Xacobea a Santiago de Compostela. Esta ruta costera nos trasnporta a lo largo de lugares de gran belleza como la ensenada de A Langosteira o cabo Cee, con su famoso faro en el horizonte

Tras superar el Castelo de San Carlos, datado del siglo XVIII, entraremos en los núcleos las históricas villas de Corcubión (declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1985) y Cee. Desde aquí podremos tomar un desvío hacia la localidad de Dumbría, donde se sitúa la fervenza do Ézaro sobre las faldas del Monte do Pindo, considerado el Olimpo Celta por excelencia, ya que para este pueblo era un lugar sagrado y allí realizaban sus sacrificios sobre aras pétreas. También en esta primera etapa merece una visita la playa de Carnota, considerada el arenal más extenso de toda Galicia con sus 7 kilómetros de punta a punta.

Desde la ría de Muros e Noia entre castros, dunas e historia

Localidad de Muros. Foto: Shutterstock

La siguiente etapa de este road trip a la gallega arranca en la ría de Muros y Noia, desembocadura del Tambre y que lleva su nombre por dos de sus principales localidades. Esta será una jornada marcada por el pasado y la historia de Galicia, teniendo como punto de partida la parroquia de Louro, de gran tradición turística, donde destacamos las visitas al petroglifo de Laxe das Rodas, descubierto en el año 1956, o al Convente de San Francisco do Rial, situado a los pies del Monte Oroso. 

En la villa marinera de Muros descubriremos su pasado señorial con sólo recorrer su casco histórico. También en esta localidad, concretamente en la parroquia de Seres,  se localiza uno de los pocos molinos de mareas de toda la región: el molino del Pozo do Cachón. La ruta que bordea el litoral de la ría de Muros e Noia nos permite adentrarnos entre paisajes naturales de gran belleza y rincones donde la etnografía local está grabada en piedra. En el municipio de Noia, denominado la "pequeña Compostela", podremos visitar la Iglesia de Santa María a Nova, construida sobre una Quintana de Mortos y que posee un enorme depósito de laudas gremiales. 

Entorno de las Dunas de Corubedo. Foto: Shutterstock

Terminando el recorrido por la costa más septentrional de las Rías Baixas, en la península do Barbanza, ponemos rumbo a Porto do Son para visitar una de las joyas patrimoniales de esta jornada: Castro Baroña. Este poblado de la Edad de Hierro constituye uno de los ejemplos mejor conservados en cuanto a castros costeros. Para poner el broche de oro a esta etapa, a menos de 20 minutos de Castro Baroña se encuentra el Complejo dunar de Corrubedo y las lagunas de Carregal y Vixán, en Ribeira. Este parque natural repleto de flora y fauna, enclavado entre la ría de Muros e Noia y la de Arousa, conforma uno de los entornos más importantes y visitados de Galicia.

Comarca do Salnés: el destino turístico por excelencia

Faro de Punta Cabalo, Illa de Arousa. Foto: Concello A Illa de Arousa

Antes de entrar en la comarca do Salnés, podemos aprovechar el trazado costero desde Ribeira para hacer alguna parada en localidades tan emblemáticas como A Pobra do Caramiñañ, Rianxo o Catoira. En esta última se encuentran las famosas Torres do Oeste, ruinas de la antigua fortaleza Castellum Honesti, levantadas en el siglo XII por orden del arzobispo Gelmírez y que tenían una misión de vigilancia ante los posibles ataques llegados por mar. 

La comarca do Salnés se localiza entre las rías de Arousa ―la más grande de Galicia― y Pontevedra, abarcando los municipios de Vilagarcía, Vilanova, A Illa, Ribadumia, Cambados, Meis, Meaño, O Grove y Sanxenxo. El territorio cuenta con númerosos rincones dignos de visitar entre arenales, pazos, miradores y otros repletos de historia y singular belleza. A nuestro paso por las localidades arousanas no podemos dejar de visitar lugares como el Pazo-Convento de Vista Alegre, el Parque Botánico Enrique Valdés en Vilagarcía o Monte Xiabre en Vilagarcía; el Mirador de Lobeira o Faro das Lúas en Vilanova; así como el Faro de Punta Cabalo y el Parque Natural de Carreirón en la Illa de Arousa.  

Vista al itsmo de A Lanzada desde el Monte Siradella, O Grove. Foto: Shutterstock

Podemos disfrutar de la ruta en coche por el Salnés en varias etapas, para así poder disfrutar de todo el patrimonio paisajístico, gastronómico y cultural que abarca. En Meis destaca el imponente Monastrerio de Armenteira, datado del siglo XII, y punto de partida de la conocida Ruta da Pedra e da Auga. Está senda fluvial encuentra su último tramo en el municipio de Ribadumia, donde también encontraremos uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de la comarca: el Castro de Leiro y Besomaño, en Monte do Castro.

Por último, las localidades de O Grove y Sanxenxo acumulan gran parte del flujo turístico de la comarca. La localidad meca atesora entre sus límites atractivos turísticos como la única capilla del mundo recubierta de conchas; un singular parque infantil denominado Aldea de los Grobits, o el entorno natural que conforma San Vicente do Mar, lugar en el que se ubica un templo de la música en Galicia que este año celebra su 30 aniversario. En Sanxenxo, más allá del núcleo urbano situado frente al arenal de Silgar, merece la pena recorrer todo el litoral costero desde el entorno de A Ermita da Lanzada, pasando por Punta Faxilda, Montalvo o Portonovo, disfrutando del paisaje y también su gastronomía.

Comarca do Morrazo: patrimonio natural en estado puro

Costa da Vela, Cangas do Morrazo. Foto: Shutterstock

La comarca do Morrazo también merece una etapa completa para sí misma, aunque antes de recorrer el paradisíaco litoral morracense tendremos que hacer un alto en el camino ―de forma obligatoria― en la villa marinera de Combarro o la histórica ciudad de Pontevedra. Entre los municipios de está comarca, dividida entre las rías de Vigo y Pontevedra, se encuentran Marín, Bueu, Cangas y Moaña. Si viajamos con niños entonces la Finca de Briz, también conocida como Parque de los Sentidos, será nuestra primera parada en esta etapa. Este singular parque infantil en Marín cuenta con cinco zonas diferenciadas dedicadas cada una de ellas a un sentido. En el municipio de Bueu podremos recorrer, desde la ría de Pontevedra a la de Aldán, algunas de las calas más secretas y paradisíacas de las Rías Baixas. 

Desde la localidad de Cangas, con la vista puesta en el horizonte podremos disfrutar del patrimonio histórico y natural que ofrece la Costa da Vela: emblemáticos faros, miradores de infarto y la simbólica Caracola de Cabo Home, entre otros atractivos. También en este municipio encontraremos el Bosque encantado de Aldán, un lugar recóndito y mágico que esconde tesoros ocultos en su interior. Continuando el recorrido por la costa morracense, nos adentramos en Moaña, donde queremos destacar un curioso mirador con manos giratorias, ubicado en la parroquia de Domaio muy cerca del área recreativa de Chan da Arquiña; así como también las Pozas da Moura, una pequeña piscina natural formada por las aguas procedentes del río Muiños.

Desde la ría de Vigo con Baiona como destino final

Vista de la ría de Vigo desde el monte de O Castro.

El representativo puente de Rande marca la entrada a Vigo, la ciudad más poblada de Galicia y el inicio de esta última etapa por las Rías Baixas. La ciudad Olívica bien merece una jornada completa para recorrer y descubrir sus encantos e imprescindibles (también gastronómicos), incluso disfrutando de algún free tour para conocer su historia. La playa de Samil, el barrio marinero de Bouzas, el parque de la Alameda y el puerto de Vigo, Porta do Sol o el museo Marco (Museo de Arte Contemporáneo), son sólo algunos de los lugares más destacados. Un poco más alejado del núcleo urbano, el Monte do Castro ―y el parque-mirador con las mejores vistas a la ría― también supone una parada obligatoria en el callejero vigués.

Antes de alcanzar Baiona, la localidad de Nigrán bien merece un alto en el camino. Monteferro y batería militar, el Templo Votivo del mar, Chandebrito y sus pulmones de O Rexurdimento, el mirador de Piricoto do Vilar o el Parque de Juan Alves ("Recuncho del amor") son algunos de los puntos más recomendados. Mientras recorremos el callejero nigranés deberemos fijarnos en sus muros, pues el arte urbano copa varios de los exteriores del municipio.

Castillo de Monterreal, Baiona. Foto: Shutterstock

Por último, la villa histórica y monumental de Baiona supone el destino final de este viaje por carretera en las Rías Baixas. La localidad es conocida por haber sido el primer puerto de Europa donde se anunció el Descubrimiento de América. De hecho, visitar la réplica de la carabela Pinta, así como la Casa de la Navegación, es el primer plan que deberíamos realizar en la ciudad. El entorno de Cabo Silleiro, lugar en el que se alza un imponente faro reconstruido en 1924; o la Fortaleza de Monterreal conforman dos de los lugares más transitados de la ciudad. El recinto amurallado de Monterreal hunde sus raíces en el siglo XI y en la actualidad sus muros acogen el reconocido Parador de Turismo de Conde de Gondomar

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