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Bocalamar y su bocadillo de calamares dan el salto de Santiago de Compostela a Madrid

Bocalamar nació en 2015 inspirado por el bocadillo de calamares madrileño. Seis años después abrirá su primera franquicia en Madrid, donde dará la batalla a este clásico con su propia versión: pan artesanal, producto gallego y ni una gota de grasa.
La propietaria de Bocalamar, María José Rodríguez.
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La propietaria de Bocalamar, María José Rodríguez.
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La franquicia Bocalamar nació en Santiago de Compostela en 2015 inspirado, precisamente, en el éxito del bocadillo de calamares madrileño, aunque diferente: su pan es artesanal, el producto es gallego y no tiene una gota de grasa.

Seis años después, Bocalamar abrirá su primera franquicia en el kilómetro cero del bocadillo de calamares: en la calle Fuencarral de Madrid, en pleno barrio de Chueca.

"Queremos expandirnos a nivel nacional y Madrid es el escaparate perfecto: nunca se sabe cómo va a funcionar, pero es algo distinto y hasta ahora todo el que prueba Bocalamar repite", explica en una entrevista concedida a Quincemil la propietaria de la tienda, María José Rodríguez.

Origen

El bocadillo de calamares de Bocalamar (Cedida).

Este negocio, impulsado por María José, su marido y sus dos hijos, partió de su gusto por el clásico bocadillo de Madrid. Tras darle muchas vueltas, se lanzaron a por este proyecto, apostándolo todo a un único producto: los calamares.

Lo primero fue localizar un local, para lo que resultó ser idóneo un pequeño bajo en la Praza do Toural, entre el Froiz y la Fundación Eugenio Granell.

"Queríamos algo céntrico pero tampoco en el Franco, así que el actual, pequeñito, era perfecto: no nos hace falta salida de humos, ya que los calamares no se hacen en sartén, sino en una máquina, por eso no tienen ni una gota de aceite", detalla.

Aunque no le gusta afirmar que sus bocadillos son mejores que los tradicionales de Madrid, una cuestión "que es para gustos", sí es cierto que son mucho más saludables -sin aceite, colorantes ni conservantes- y mantienen la misma esencia.

La oferta completa de Bocalamar, salsas incluidas (Cedida).

"El pan de los de Madrid no es caliente ni crujiente, nosotros usamos pan gallego artesanal y la diferencia es increíble; además, al hacer los calamares sin aceite, los bocadillos no repiten y puedes tomarte uno para cenar sin ningún problema", prosigue.

El negocio abrió ofreciendo dos bocadillos -pequeño y grande- y fue añadiendo poco a poco otros productos a su oferta, desde un rollo con lechuga, tomates, calamares y salsa hasta croquetas de calamares en su tinta, cucuruchos de calamares con patatas o panini.

"El producto estrella es el bocadillo: tenemos auténticos adictos que vienen a por él dos o tres veces por semana, aunque también triunfa mucho el cucurucho de calamares", apunta.

Bocalamar en su reapertura tras el estado de alarma (Cedida).

A toda esta oferta se suman sus salsas, como salsa negra -de mayonesa y tinta de calamar-, la salsa verde -de aguacate-, la salsa de lima -con lima rayada y exprimida-, la salsa á feira -con aceite y pimentón- e incluso salsa Jägermeister, que incluye notas del sabor de dicho licor de hierbas.

Aunque la pandemia supuso un duro golpe para la llegada de turistas, los principales clientes de este establecimiento, Rodríguez aprovechó el tiempo de cierre para trabajar en la expansión y seguir formándose.

Apertura en Madrid

Imagen promocional de la apertura de Bocalamar en Madrid (Cedida).

Precisamente en plena pandemia, en el mes de diciembre, empezó a gestarse la apertura en Madrid: el franquiciado probó los bocadillos de Bocalamar en una visita a Santiago y, tras volver con su familia, "encantando con el producto y con el diseño", decidió lanzarse a abrir una tienda en la capital.

Así, tras encontrar un local y meses de duro trabajo, la apertura de esta primera franquicia fuera de Galicia cristalizará el próximo miércoles, cuando Bocalamar abrirá sus puertas en la calle Fuencarral, en el barrio de Chueca.

"La oferta será la misma, con el pan y los calamares de aquí, además de con Estrella Galicia, igual que ofrecemos en Santiago", detalla Rodríguez, quien espera "con el corazón en la mano" que el negocio funcione en Madrid.

Así, la creadora de Bocalamar se desplazará a la capital para supervisar esta apertura con a expectativa de que sea la primera de muchas y su modelo de negocio se expanda por todo el territorio español.

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