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Netcyle: La "vida infinita" de redes y plásticos reconvertidos en mobiliario urbano en Galicia

Esta firma nació con el objetivo de aprovechar los desperdicios de mallas generados por Ecoplas y ahora también recoge botellas que tritura para crear perfiles con los que elabora desde bancos hasta pasarelas, papeleras o mesas de picnic con un diseño atractivo y cómodos para su uso
Uno de los bancos elaborados con desperdicios plásticos por Netcycle.
Cedida
Uno de los bancos elaborados con desperdicios plásticos por Netcycle.
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Transformar redes y botellas de plástico en mobiliario urbano y de jardín. Esta es la propuesta de Netcycle, un proyecto que nació en A Pobra do Caramiñal (A Coruña) con el objetivo de dar un paso más hacia la sostenibilidad mediante el reciclaje de desperdicios plásticos reconvertidos en mesas o bancos resistentes, con un diseño atractivo y cómodos para los usuarios.

"La llegada de un mobiliario urbano sostenible, duradero y más resistente a las inclemencias climáticas garantiza convertir las ciudades en espacios más seguros, inclusivos, resilientes y sostenibles", explican desde la firma. Netcycle forma parte del grupo Ecoplas, especializada en la fabricación de malla de envasado alimentario para marisco o ajo y cebolla.

El director de ventas de Netcycle, Rodrigo Eiras González, destaca la importancia de esta propuesta que consigue darle una "vida infinita" al plástico mediante el reciclaje y reutilización de un material que es transformado en tablones muy resistentes a las inclemencias meteorológicas de Galicia. "Nacemos muy vinculados al sector del mar y nos vamos expandiendo por toda Galicia, España, Europa y fuera", añade Eiras.

Rodrigo Eiras en uno de los bancos de Netcycle (Cedida).

Netcycle nace a raíz de la preocupación por saber qué hacer con los residuos generados, más allá de que una empresa pudiese recogerlos para llevarlos a un vertedero o una planta de tratamiento. Los responsables de la firma decidieron así apostar por obtener de estas mallas materiales de construcción resistentes y de larga duración a los que darles una segunda vida útil.

"Poco a poco se fue gestando lo que llamamos Netcycle, a raíz de una máquina que estaba parada a la que se le hicieron modificaciones", indica Eiras sobre este proyecto que ha aprovechado hasta las herramientas. La materia prima que usa el proyecto son los residuos de la malla y botellas de agua triturados y mezclados.

Puntos de recogida de plástico y contactos con otras empresas

Las botellas de PET tienen que ser de agua, aclara el responsable de Negocio, porque la firma no cuenta actualmente con las herramientas para reciclar otros envases como los de leche, que sería preciso limpiar antes de usar. Así, Netcycle recoge estas botellas entre sus empleados y centros educativos de la zona, aunque ya estudia ampliar su zona de acción.

La propuesta "tiene muy buena acogida" entre el profesorado y el alumnado, ya que sirve también como parte de la formación de los más jóvenes. Los puntos de recogida, además, aumentarán previsiblemente hasta instalarse en playas y empresas que muevan grandes cantidades de PET según vaya evolucionando el proyecto.

"Nosotros generamos alrededor de 3.000 kilos de desperdicio plástico mensuales, y somos una pyme que fabrica algo que no lleva mucho plástico en sí misma, porque son mallas poco pesadas, hablamos de gramos", señala el director de ventas de Netcycle, que añade: "Imagínate otro tipo de industria y empresas lo que puede llegar a generar en residuos".

Netcycle ya ha generado el interés de compañías de otros sectores que quieren conocer más de cerca este proyecto en el que los residuos plásticos vuelven a la vida. "Estamos generando esas sinergias para, sobre todo a nivel local, intentar que no acaben en vertederos o en la naturaleza", explica Eiras, que añade que huyen del greenwashing.

Un perfil lleva entre siete y 20 kilos de despercidio

La firma arrancó la fabricación apostando por la elaboración de perfiles y tablones de diferentes tamaños a partir de los que crean mobiliario como bancos o mesas de picnic. El resultado final es, además, atractivo gracias a los colores que las propias mallas tienen (rojo, azul, amarillo, violeta, gris, negro o verde) y a un diseño pensado para que la ciudadanía pueda usarlos con comodidad.

El proceso comienza con la recogida del plástico, que se realiza en los centros educativos cada dos o tres semanas, y su almacenamiento. "Lo trituramos en pequeñas escamas y a partir de ahí los procesos que usamos son extrusión, inyección y prensado en caliente. Tenemos una máquina pequeña en la que hacemos tablón o baldosa y estamos en proceso de adquirir una más grande", explica Eiras.

Cada uno de los perfiles elaborados en el marco de Netcycle llevan entre siete y 20 kilos de desperdicio plástico, siendo los más habituales los que contienen hasta 10 kilos. La firma, además, elabora uno cada 20 minutos, un tiempo más reducido que el que se precisa para crear las baldosas: una cada hora independientemente del tamaño.

Los operarios precisan un día para extruir las partes de un banco y tres para tenerlas totalmente ensambladas. Una papelera lleva sobre dos días, mientras que la mesa es el producto de Netcycle que más tiempo lleva construir, con cinco jornadas. Un tiempo que se ha ido reduciendo conforme ha ido evolucionando el proyecto, en el que sus responsables no dejan de innovar.

De bancos a mesas de picnic o pasarelas

"Queríamos vincular la recogida de esas bolsas de marisco, de esas mallas o botellas que a veces acaban en la playa, con el mobiliario urbano que hay en ella para que desde papeleras hasta pasarelas o mesas de picnic que hay debajo de los pinos se hayan hecho con los residuos íntegros recogidos ahí", explica Eiras. Así, el proyecto también busca transformar los materiales en mobiliario que resulte útil en la zona en la que han sido recogidos.

Netcycle nació vinculado al mar y, por lo tanto, muchos de sus propuestas están orientadas a espacios como playas. Mesas, sillas, bancos, pasarelas, pasamanos, baldosas, tablones, maceteras, señalizaciones o aparca bicicletas forman parte de los artículos de esta firma que también podría crear con sus tablones mobiliario para viviendas como armarios.

Algunos de estos artículos ya están en manos de clientes de Ecoplas, que han podido comprobar de primera mano su calidad y diseño. "Con sus residuos les hemos mandado mesas de picnic y bancos a modo de detalle, para que vean que es real. El último que yo he visto, que se está usando, es en una empresa de Francia que lo ha puesto en la zona del descanso de los trabajadores", explica Eiras.

Netcycle ya tiene listos varios bancos para colocar en paseos marítimos, elabora mesas de picnic y papeleras que viajarán hasta A Coruña y ha entregado papeleras para un edificio de la Xunta. "Estamos haciendo un stock para poder enseñar. Estamos con pruebas de resistencia a la calor, a las intemperies... Está funcionando muy bien, pero no queremos asegurar antes de fabricar en masa", indica el representante del proyecto.

Los particulares también pueden comprar estos productos y, de hecho, la firma se muestra abierta a propuestas sobre sus acabados, colores o medidas. Rodrigo Eiras lo ejemplifica con unos bancos que probaron en un paseo marítimo y que recibieron la aprobación de algunas mujeres de edad avanzada, que sugirieron que fuesen más altos que los convencionales para que les resultase más sencillo usarlos.

Un mobiliario en el que la estudia colocar unos códigos QR para explicar qué ha implicado su fabricación, desde la recogida del material hasta su transformación. Netcycle nace de forma alineada con la Agenda 2030 con el objetivo de generar una actividad de economía circular que además repercuta en la zona con la creación de empleo. El proyecto apuesta de esta forma por la innovación para conseguir evolucionar "hacia una industria más productiva y menos contaminante".

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