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Los comerciantes de A Coruña optan por la prudencia ante la retirada de las mascarillas

La mayoría seguirá utilizando el cubrebocas en sus negocios por seguridad para sus clientes, que tendrán la libertad de acceder con o sin este elemento de protección
Andrea Botana
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El fin de las mascarillas en espacios interiores supone un paso más en la gripalización del coronavirus, una enfermedad con la que poco a poco los ciudadanos han ido aprendiendo a convivir. Hay división de opiniones respecto a la retirada de los cubrebocas en un momento en el que las hospitalizaciones siguen en aumento, al igual que la incidencia.

El Consejo de Ministros ha aprobado este martes un Real Decreto por el que el uso de mascarillas dejará de ser obligatorio en espacios interiores. La publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de este miércoles marca el inicio de esta nueva fase de gestión del Covid-19, con la entrada en vigor de esta nueva norma que permitirá mostrar de nuevo los rostros y sonrisas.

Desde que se tuvo conocimiento del fin de las mascarillas en interiores, ya hubo quien comenzó a plantearse cómo sería el proceso de dejar atrás este elemento de protección que se ha convertido en un elemento indispensable en el día a día. La mascarilla dejará de ser obligatoria en centros escolares, puestos de trabajo, hostelería y comercios; únicamente se mantendrá su uso obligatorio en centros, servicios y espacios sanitarios, centros sociosanitarios y medios de transporte.

En el comercio se podrá circular libremente con la cara descubierta, puesto que la regla general del Real Decreto es la retirada de la obligación del uso de la mascarilla. Este cambio llamará la atención tanto a clientes como a comerciantes, que ya se preparan para abordar este cambio al que tendrán que adaptar su negocio. La prudencia impera entre los responsables de los comercios de A Coruña, que afrontan este fin de las mascarillas con inseguridad. Por ello, son muchos los que optarán por seguir usando la mascarilla, con el objetivo de ofrecer una mayor seguridad al cliente. Sin embargo, dejan a elección del cliente el uso o no del cubrebocas al acceder a sus respectivos negocios, tal y como han comentado asociaciones y comerciantes a Quincemil tras ser preguntados por cómo afrontan este cambio.

"La mascarilla la seguiremos utilizando nosotros, pero dejamos en manos del cliente que elija si quiere entrar con o sin mascarilla"

En el caso de la Asociación de Comerciantes de Oza, sus asociados han optado por seguir utilizando la mascarilla en sus respectivas tiendas, pero los clientes podrán estar con o sin mascarilla. "La mascarilla la seguiremos utilizando nosotros, pero dejamos en manos del cliente que elija si quiere entrar con o sin mascarilla", indica Marta Fernández, de la joyería Serviglass.

Además, para evitar confusiones entre los clientes, estos comerciantes han decidido colocar carteles en las puertas de su negocio en los que se informará sobre la "entrada libre con o sin mascarilla". Pese a que la mascarilla deja de ser obligatoria y los clientes tienen libertad de usarla o no, esta asociación de comerciantes afronta con "incertidumbre" este cambio. "Estamos todos en alerta porque el virus sigue estando ahí. No estamos tan a salvo como nos pensamos". asegura.

Hay otros comerciantes que optan por "ser espejo" de sus clientes y utilizar la mascarilla en función de lo que haga este primero. "Si el cliente lleva la mascarilla, me la pongo; si no la utiliza, yo también prescindo de ella. Si hay dos clientes, uno con y otro sin, me pondré la mascarilla", comenta Daniel Rocha, comerciante de Os Mallos, quien opta por esta medida dado que su local está muy ventilado.

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Para evitar confusiones, colocará un cartel en la puerta informando al cliente de que pueda acceder al interior con o sin mascarilla. Se trata, dice este comerciante, de actuar con prudencia y respetando la decisión individual de cada cliente.

En cuanto a los centros de estética y peluquerías, preocupa especialmente cómo será la situación a partir de ahora, puesto que son servicios en los que trabajador y cliente no guardan el metro y medio de distancia. En un principio, en aquellos centros con los que se ha puesto en contacto este diario digital, sus trabajadores van a mantener el uso de la mascarilla, tanto por su seguridad como por la del cliente. Es el caso del centro de estética Maos, donde los empleados seguirán portando la mascarilla y los clientes tendrán libertad para elegir llevar el cubrebocas o no.

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