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La Joyería Lino dice adiós tras 100 años de historia en la coruñesa calle Real

Con solo 14 años, Manuel Pardo empezó trabajando como chico de los recados en este emblemático establecimiento que cerrará sus puertas este 2020
Manuel Pardo ante el escaparate de su joyería
LPR
Manuel Pardo ante el escaparate de su joyería
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Es uno de los establecimientos más emblemáticos de la calle Real A Coruña. Joyería Lino cierra sus puertas este 2020 con motivo de la jubilación de su propietario, Manuel Pardo, que abandona los mostradores tras 32 años al frente de este de este pequeño comercio.

Esta histórica joyería se despide de la ciudad coruñesa el mismo año en que celebrara su centenario. Y es que este año hace exactamente 100 años que entraba el primer cliente por esta joyería ubicada en una calle que en su día presumía de tener las mejores joyerías de la ciudad.

Tres décadas después de tomar las riendas de este negocio, Manuel recuerda con nostalgia sus inicios: "Yo empecé a trabajar aquí a los 14 años de niño de los recados y esta joyería es mía desde 1988. Estoy llegando a los 70 y es lógico que abandone el barco".

Manuel Pardo delante de un expositor de su joyería

La Joyería Lino es una superviviente, es uno de los pocos pequeños negocios que han sobrevivido al boom de los centros comerciales. Y todo, por el esfuerzo y sacrificio de este hombre que ha vivido por y para su negocio: "Mis últimas vacaciones fueron cuando me casé, en el 1978. Para conseguir una cosa así hay que trabajar".

"Mis últimas vacaciones fueron cuando me casé, en 1978"

Manuel PARDO

Un año para vender toda la mercancía

En noviembre anunciaba su jubilación en el escaparate de su joyería, que permanecerá abierta hasta que se deshagan de toda la mercancía. "Tenemos de plazo un año; pero si terminamos la mercancía, nos vamos antes", asegura este joyero, que ofrece un 40% de descuento en todos sus productos.

Este comercio lleva abierto 100 años con el nombre de la Joyería Lino, pero antes este negocio, también como joyería, se llamaba 'Currás'. "Como joyería esto lleva bastante más de 100 años", dice Manuel, que lamenta que la gente hoy en día "no sepa apreciar" el valor del pequeño comercio.

Fotografía de la antigua Joyería Currás

"Hay una degeneración enorme en todo el sistema de consumo, se han quitado calidades y se han puesto apariencias", apunta Manuel, que cree que el último capítulo de esta joyería lo protagonizará él, porque, pese a que puede haber interesados en continuar con el negocio, los costes son muy elevados.

Manuel sabe bien lo que es dedicar una vida al trabajo. "La gente hoy en día cree que abrir un negocio es abrirlo y ganar dinero, y eso es un error. Hay gente que cierra el negocio seis meses después de haberlo abierto", declara Pardo, quien dice que, para abrir un negocio, uno tiene que estar dispuesto a perder dinero.

A este joyero, que dice adiós a un negocio en funcionamiento, le entristece el hecho de que se haya perdido la profesión que él ejerció durante toda su vida. "Me da mucha pena", nos confiesa tras el mostrador de su joyería. Un joyería que, según comenta, ha sabido sobrevivir en una céntrica, pero "abandonada", calle de A Coruña. Una calle en la que en cuestión de meses esta joyería bajará sus verjas para siempre.

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