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Opinión

La gran oportunidad del Puerto Exterior de A Coruña hacia un nuevo modelo más sostenible

Una reflexión sobre cómo el Puerto Exterior de A Coruña puede contribuir a la economía gallega con el proyecto A Coruña Green Port
Irene Souto Blázquez
Por Irene Souto Blázquez
Imagen aérea del puerto exterior de A Coruña.
Imagen aérea del puerto exterior de A Coruña.

Cuando describimos el puerto de A Coruña con un atributo, en líneas generales, se suele decir que es un puerto “energético” y fundamentalmente “granelero”, que significa que las mercancías que llegan o salen del puerto lo hacen en forma de granel (bien sea líquido, o sólido), y que sus tráficos están vinculados a industrias energéticas, para aprovisionamiento de materias primas o expedición de productos terminados.

El puerto de A Coruña está estrechamente vinculado a los movimientos de importación de petróleo y exportación de los productos derivados (gasolina, gasóleo, etc...) que se producen en la refinería de Repsol, tras su proceso de destilación. Es de todos conocido que Repsol es el principal cliente del puerto de A Coruña, seguido de otros tráficos de gran importancia, como es el movimiento de cereales y piensos, que sirven a las principales granjas y fábricas de nuestro entorno (para alimentación de las aves y del ganado gallego), así como los tráficos de productos derivados del acero, denominados productos siderúrgicos, la pesca, maderas y otros tráficos que no son de mercancías (cruceros y embarcaciones de recreo, fundamentalmente). 

Imagen aérea de las instalaciones de Repsol en el puerto interior 

El tráfico de carbón que alimentaba la central térmica de Meirama se perdió de manera irreversible en el año 2019, con motivo del cierre paulatino que las centrales térmicas fueron sufriendo en nuestro país, en el marco de una política energética basada en la “descarbonización” de la economía y la transición energética hacia nuevas fuentes de energía renovables. 

Imagen aérea de la instalación de la Medusa en el muelle del Centenario del puerto interior

La grave crisis social y económica provocada por la pandemia de la Covid-19 a nivel mundial ha derivado en el establecimiento de una serie de instrumentos y normativas emanadas desde las instituciones europeas, tendentes a reactivar y dinamizar determinados sectores económicos, así como fomentar una transición ecológica y energética más sostenible. Sin duda, la pandemia ha servido como catalizador y acelerador de algunos de los cambios que estaban en la agenda de la Unión Europea, y que se han ido materializando en distintas normativas, para los que la misma ha dotado un importante paquete de ayudas dirigidos a materializar proyectos de muy distinta índole, a través de los diversos fondos y mecanismos europeos. 

Naciones Unidas se ha fijado 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS), entre los que se encuentra la “Acción por el clima”, que busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, así como mitigar los efectos del cambio climático; objetivo claramente alineado con el cierre de las centrales térmicas al que me refería más arriba y que cuentan con el respaldo de la Unión Europea.

Esquema de los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS). Fuente: Web de Naciones Unidas (https://www.un.org)

En este marco, el gobierno de España aprobó un Real Decreto de modernización de la Administración Pública, así como para la ejecución del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que supondrá la materialización de los fondos que la Unión Europea ha asignado a España para la recuperación económica de nuestro país.

El plan de recuperación cuenta con varias “políticas palanca”, como la transformación digital, la transición ecológica, la cohesión territorial y social, y la igualdad

Está claro que Galicia necesita una transición ecológica justa, ordenada y planificada, que se encuentre alineada con los objetivos europeos y permita articular medidas de reindustrialización en sectores de futuro. El puerto exterior de A Coruña es, sin duda, una oportunidad para poder articular y aglutinar distintas iniciativas que han ido surgiendo en base a estos objetivos mencionados. Fruto de ello, nace el proyecto “A Coruña Green Port”. Un proyecto que aglutina iniciativas de distinta índole, articuladas en cinco ejes estratégicos diferentes:

  • La cadena de valor del hidrógeno verde, y su integración en la actividad industrial petroquímica y logística. El hidrógeno verde es aquel que se obtiene de la separación de las moléculas del agua (hidrógeno y oxígeno), mediante la utilización de fuentes de energía renovables (eólica, solar, mareomotriz, etc), y tiene numerosas aplicaciones como el nuevo combustible del futuro, para la movilidad u otros usos industriales. En el futuro, hablaremos de “hidrogeneras” (surtidores de hidrógeno), igual que lo hacemos hoy de “gasolineras”.
  • Digitalización y modernización de las empresas ubicadas en el puerto. La COVID-19 no cabe duda que ha acelerado a pasos agigantados la transición digital de numerosos procesos y ha hecho que una gran parte de las empresas de nuestro país tuvieran que adaptarse a nuevas formas de trabajar, más eficientes y acordes con los tiempos en los que vivimos. 
  • Desarrollo de energías renovables eólicas marinas y desarrollo de hubs de conocimiento. Esto significa aprovechar el potencial del puerto exterior, con grandes superficies de agua disponibles, para la colocación de prototipos y demostradores de energía eólica marina, que luego puedan servir para su utilización a gran escala, en parques comerciales, así como para la exportación de piezas a otros países.
  • Almacenamiento de energía y electrificación del puerto. La energía no se crea ni se destruye, solamente se transforma. Por eso es importante buscar fórmulas para poder “almacenar” la energía, con el fin de poder optimizar la oferta y la demanda. 
  • Transformación industrial y producción de biocombustibles, como sustitutos de los combustibles tradicionales.

En este sentido, en los últimos meses hemos asistido a importantes avances en el puerto exterior de A Coruña, en línea con los objetivos establecidos por la Unión Europea anteriormente mencionados, como es el caso de la solicitud de concesión por parte de Inditex para la instalación de 3 aerogeneradores, que suministrarán la electricidad necesaria para el funcionamiento de sus instalaciones en Sabón, así como para el propio autoconsumo del puerto. Una inversión superior a los 30 millones de euros, a los que se suma el proyecto presentado por la empresa Enerfin, del grupo Elecnor, que ha solicitado también una concesión para la instalación de una hidrogenera en el puerto exterior (en cuyo proceso de fabricación se empleará la energía eólica generada por Inditex).

Infografía de la ubicación en el puerto exterior de los aerogeneradores que instalará INDITEX

Me considero una persona optimista, así que intento pensar que de toda crisis podemos sacar grandes aprendizajes e identificar nuevas oportunidades de mejora. En este caso, la necesidad de realizar esta transformación hacia un nuevo modelo, o hacia una nueva era, ha tenido un fortísimo impulso por parte de la Unión Europea para tratar de paliar  el desolador impacto del COVID en las distintas regiones y países, y  fomentar así la recuperación económica, por lo que tenemos que saber aprovechar estas oportunidades y desde las administraciones públicas tenemos el deber de intentar aglutinar intereses de las distintas empresas, para conseguir unir esfuerzos e incentivar la tan ansiada recuperación. 

Irene Souto Blázquez
Irene Souto Blázquez
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Irene Souto es Ingeniera de Caminos, Canales y Puertos y Licenciada en Derecho. Actualmente es la Jefa del Departamento de Desarrollo Portuario y Comercial de la Autoridad Portuaria de A Coruña. Cuenta con varios reconocimientos a su trayectoria: Premio Modesto Vigueras 2015, “Referente Galega” y una de las “Top 100 Mujeres Líderes en España 2020”. Colabora también con EF Business School, impartiendo docencia sobre liderazgo personal y profesional.