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La gallega Vegalsa-Eroski evitó el desperdicio de 11.000 toneladas de alimentos en 2020

El programa 'Desperdicio cero' permite dar salida a los productos con fecha de caducidad próxima mediante descuentos de hasta un 50% y donaciones, así como aprovechar aquellos no aptos para el consumo mediante su transformación en subproductos
Vegalsa-Eroski
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La compañía gallega de distribución alimentaria Vegalsa-Eroski cerró el año 2020 evitando el desperdicio de 10.975 toneladas de alimentos a través de su programa Desperdicio Cero. Esta cifra se ha visto incrementada un 17,2% en los últimos tres ejercicios, en los que ha evitado el desperdicio de un total de 31.000 toneladas de alimentos.

“En Vegalsa-Eroski seguimos trabajando en nuestra lucha contra el desperdicio alimentario y lo hacemos minimizando los residuos derivados de nuestra actividad mediante procesos de economía circular, la promoción de productos frescos y la donación de alimentos con fines solidarios”, afirma la directora de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y Comunicación de Vegalsa-Eroski, Gabriela González.

Descuentos de hasta un 50% y donaciones

Desperdicio Cero es un programa de gestión interna que la compañía lanzó hace 12 años con el objetivo de darle salida al género que aún es apto para el consumo, evitando el desecho de alimentos. Esto lo consigue mediante descuentos de hasta un 50% a aquellos productos que tienen la fecha de caducidad próxima, realizando en 2020 estos descuentos a un total de 7.732.500 kilos de alimentos.

La firma gallega también hace donaciones directas desde sus tiendas, concretamente desde 54 establecimientos de toda Galicia, Asturias y Castilla y León, colaborando con 31 entidades sociales y ayuntamientos de las tres comunidades autónomas. Esta acción también se efectúa desde sus plataformas de Mercancías Generales y de Frescos, emplazadas en la localidad de Sigüeiro y en la ciudad de A Coruña respectivamente, habiendo entregado en el último año a través de estas donaciones directas un total de 835.000 kilos de alimentos.

Un supermercado de Vegalsa-Eroski.

“Todos los alimentos donados son productos frescos y de alimentación que
se retiran de los lineales bien porque se aproxima la fecha de caducidad, pero son aún aptos para el consumo, o porque su envase presenta una pequeña deficiencia como una simple abolladura o rotura de embalaje que impide su venta. Para garantizar su estado óptimo para el consumo, desde Vegalsa- Eroski se lleva a cabo un protocolo de actuación que vela escrupulosamente por la seguridad alimentaria de los productos donados. En el caso de los alimentos frescos se garantiza el mantenimiento adecuado de la cadena de frío también en la entidad receptora de la donación que debe asegurar que cumple las mismas garantías en su transporte e instalaciones”, explica González.

Otra de las medidas tomadas por la empresa, fruto de su estrategia de economía circular, es darles una segunda oportunidad a los alimentos que no son aptos para el consumo mediante su entrega a empresas especializadas que se encargan de procesarlos. A través de la logística inversa y la gestión en almacén, el pan y los yogures se tratan para obtener harinas; la fruta y la verdura se destinan a alimentación animal; y la carne y el pescado, a la obtención de grasas. La compañía transformó en subproductos durante el último año 2.408.000 kilos de alimentos de los cuales 2.033.000 kilos se corresponden con desperdicios cárnicos y pescado, 255.000 kilos fueron de pan, 82.000 kilos de yogures y 37.000 kilos de frutas y verduras.

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