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Galicia, en el punto de mira del sector vitivinícola mundial

Cultura, suelo, clima, formación... son solo algunas de las recetas del éxito que han puesto al vino gallego en lo más alto del sector. Mayor demanda y precios al alza llaman también la atención de grandes bodegas e inversores nacionales que no dejan pasar la oportunidad de estar en Galicia
La DO Rías Baixas en una feria internacional de vinos en Alemania.
La DO Rías Baixas en una feria internacional de vinos en Alemania.
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Los vinos de Galicia están de moda. Lo dicen los expertos, lo confirman los mercados y, por fin, parecen haberse dado cuenta los gallegos. Si bien los movimientos empresariales no son algo nuevo, en los últimos tiempos el incremento de la demanda y el aumento de los precios ha llamado la atención de los inversores, que cada vez ven mayores oportunidades de negocio en el sector vitivinícola gallego.

Fue ya a finales de los 80 cuando la bodega de Rioja LAN, fundada en 1972, apostó por Santiago Ruiz, considerado el padre del albariño. Un proyecto en O Rosal que comenzó para el consumo propio y acabó dando enormes alegrías en el sector. Marqués de Murrieta apostó por el corazón de las Rías Baixas con Pazo de Barrantes, y entre los movimientos empresariales más recientes, con las viñas gallegas como protagonistas, se encuentran también la última adquisición de Matarromera, que se ha hecho con la bodega ourensana Sanclodio, o Pago de Carrovejas, que en el 19 se hizo con dos bodegas pertenecientes a la Denominación de Origen de Ribeiro. Movimiento importante en el sector es también el de Vega Sicilia, que invertirá nada menos que 20 millones de euros en Crecente (Pontevedra) para elaborar dos blancos de albariño.

Así, una zona en la que ya había cultura, clima, suelo y saber hacer, se ha convertido en pocos años en una de las áreas vitivinícolas más preciadas del mundo, con seguidores de sus caldos en muchos rincones del planeta y con un enorme desarrollo de profesionales que ha puesto a Galicia en el punto de mira de muchos inversores.

"Cuando sube la demanda suben los precios y cuando esto pasa los grupos que tienen más dinero entran a saco. Llegan con la billetera por delante pagando precios más altos de lo que se venía pagando e intentando comprar viña, comprar uva, entrar en la bodega... Esto se ha visto mucho en los últimos años", explica Álvaro Ribalta, uno de los cinco Master of Wine españoles que hay en el mundo y gran conocedor de los caldos gallegos.

Viñedo de uva albariño en Galicia. Foto: Shutterstock

"Estos movimientos demuestran el momento de buena salud que goza Galicia y los vinos gallegos. Cada vez el mundo, y también el mundo del vino, es más global. Hoy ya no vendes a tu alrededor si no que vendes a nivel mundial, con internet y otras herramientas puedes llegar a todo el mundo; los vinos gallegos están llegando a zonas donde antes no llegaban y están poniéndose muy de moda", confirma Juanjo Figueroa, presidente de la asociación de sumilleres de Galicia.

La fiebre del albariño

Los números hablan por sí solos. Con Estados Unidos y Reino Unido como principales mercados, la exportación de vinos de Rías Baixas no ha dejado de crecer en los últimos ejercicios.

Según explica el presidente de la D.O. Rías Baixas, Juan Gil de Araujo, "tenemos unos vinos de gran calidad y lo hemos sabido comunicar a través de una intensa labor de promoción de muchos años. El mercado estaba esperando unos vinos como los de la D.O. Rías Baixas con frescura, acidez, pues ya estaban cansados de los vinos blancos tradicionales".

Dentro de la denominación, la variedad albariño se ha convertido en el buque insignia con una fama internacional que no deja de aumentar año tras año. Sin embargo, este bum por la uva, es algo que los expertos creen que no ayuda a la zona.

"El énfasis debe de estar en la zona, en la denominación, que es lo que no se puede copiar"

Álvaro Ribalta, Master of Wine

"Es importante poner el foco en las denominaciones, en las regiones, no solo en la uva en sí, porque si sigue esa fiebre del albariño, nada impide que otras denominaciones la acepten en su pliego de condiciones y comiencen a plantar albariño y lo ofrezcan a un precio más bajo. Yo siempre digo que el énfasis debe de estar en la zona, en la denominación, que es lo que no se puede copiar. Lo que hace que un vino sea especial no es solamente el tipo de uva, hay muchos factores, climatológicos, sociales, humanos...", señala Álvaro Ribalta.

Exportación de la DO Rías Baixas por países.

El presidente de la asociación de sumilleres de Galicia sostiene que "en su día nos equivocamos en Rías Baixas porque pusimos en valor la variedad albariño por encima de la zona, y esto ha hecho que la variedad que más fama tiene en los mercados sea el albariño; es importante valorar no solo la variedad si no las zonas". "En California o en Australia ya se planta albariño, si ponemos en valor solo la variedad al final lo que estamos haciendo es que otras zonas puedan beneficiarse de eso. Sin embargo, lo que no pueden tener California ni Australia es nuestro suelo, nuestro clima, etc.", añade Juanjo Figueroa.

Según explica Álvaro Ribalta, la variedad godello, de Valdeorras, es otra de las que está teniendo mayor impacto fuera de nuestras fronteras. "Albariño y godello son uvas que están muy bien asentadas en sus denominaciones, está más que demostrado que los mejores vinos de albariño se hacen en Rías Baixas y los mejores de godello en Valdeorras", apunta.

Cuando solo falta creérselo

El tirón de los mercados internacionales y el buen hacer de los productores gallegos en los últimos años han sido la combinación perfecta para que los vinos gallegos llegaran a lo más alto. De hecho, uno de los frenos para el sector, y en ello coinciden todos los expertos consultados, es la "mala" costumbre que existe entre los propios gallegos de no creerse el potencial y la calidad que tiene lo que uno hace.

Carlos Vidal, hostelero y empresario, tuvo durante años una vinoteca en Londres y ahora es propietario de Trago Largo en su tierra natal, Ponte Caldelas. "El tirón que han tenido los mercados internacionales ha sido muy importante. Nuestros vinos se han empezado a valorar en ciudades como Nueva York o Londres, con lo que ello supone, antes que en nuestra propia tierra. Yo vendía mucho más albariño en Londres del que vendo ahora, la gente lo conocía, y a veces aquí, en tu propia casa, eres el no elegido", asegura.

"Es un problema extrapolable al resto de España. Los españoles no sabemos muchas veces valorar lo que tenemos aquí; otros países, como Francia o Italia, con un producto a veces peor, a veces mejor y normalmente similar, son capaces de darle mucho más valor y de cobrar precios más altos. Gallegos, y por extensión españoles, quizás no sabemos darle el valor que tiene a nuestro vino", subraya Álvaro Ribalta.

Y sobre la repercusión internacional de las bodegas gallegas, el albariño de una bodega familiar de Cambados fue protagonista en la fiesta de cumpleaños de la Princesa Ingrid de Noruega. Un ejemplo más que enorgullece al sector y confirma que se están haciendo grandes cosas.

"Galicia es presente y futuro del vino mundial"

Juanjo Figueroa, presidente de la Asociación de Sumilleres de Galicia

"Galicia ha mejorado muchísimo a nivel enológico y de bodegas, y ahora mismo, el cambio climático que se vive favorece a esta tierra, ya que en otras zonas se está produciendo un mayor incremento de los grados", cuenta Figueroa. En este sentido, el experto asegura que "las grandes empresas que, entre otras cosas, se dedican a analizar los mercados y el mundo del vino de aquí a 20 años, están notando este cambio. Es normal que bodegas tan importantes empiecen a apostar por los vinos de Galicia y a montar proyectos aquí. Somos una zona que tiene muchísimo que decir, Galicia es presente y futuro del vino mundial", concluye.

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