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CibeRespect, el proyecto gallego para luchar contra el odio en Internet

Esta iniciativa de la ONG coruñesa Ecos do Sur combate la intolerancia en redes sociales
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¿Cómo podemos reducir el impacto del discurso de odio sin limitar la libertad de expresión? Eso nos preguntábamos desde Ecos do Sur cada vez que echábamos un ojo a las redes sociales y nos encontrábamos con un panorama de prejuicios, odio, rumores y bulos xenófobos, que viajan a través de las plataformas digitales, se viralizan y llegan más lejos y más rápido que la información veraz.

La tecnología está transformando a la sociedad, democratizando las oportunidades de participación, debate y activismo, pero esto tiene también un reverso oscuro. Las palabras construyen realidades, y hoy la lucha en torno a los Derechos Humanos es, en gran medida, una lucha discursiva que se está librando en internet

Ecos do Sur es una organización referente en la promoción de una sociedad más justa, más equitativa y orgullosa de su diversidad. Desde 1991 desarrollamos iniciativas innovadoras de acompañamiento a colectivos vulnerables y que estimulan la participación ciudadana de los colectivos migrantes y de las comunidades de acogida, basada en el conocimiento mutuo y la superación de prejuicios. 

Siendo como somos, no podíamos permanecer impasibles ante la  desinformación y el ciberodio, dos fenómenos que se amalgaman al clima digital de postverdad. No son inocentes ni anecdóticos: si rascas un poco, descubres que debajo hay intentos de manipulación ideológica para imponer interpretaciones discriminatorias en la sociedad: en particular, un discurso anti migratorio deshumanizado y feroz. Por eso hemos diseñado CibeRespect, un proyecto que propone actuar contra el odio a nivel discursivo y en las redes sociales. 

El problema

Asistimos en España a un aumento lento pero constante de los delitos de odio contra las personas migrantes, según los datos del Ministerio de Interior. 

Paralelamente, emergen en toda Europa los movimientos populistas autoritarios, basados en el discurso xenófobo. Su mensaje se amplifica a través de Internet. Las características propias de las redes sociales (los sesgos algorítmicos, el anonimato, la sensación de distancia, la viralidad...), sumadas a las sofisticadas técnicas de manipulación (ejecutadas a través de propaganda pagada, cyber troops, botnets o sockpuppets), hacen que hoy sean el mayor cauce libre para la difusión de discurso de odio. Y esto tiene consecuencias: en las personas, en las comunidades y en las democracias.

Nuestras acciones de seguimiento del discurso online lanzan datos preocupantes: hay discurso intolerante en los comentarios que hacen las audiencias al 98% de las noticias sobre inmigración publicadas en las redes sociales de los medios de comunicación generalistas. Además, ese discurso intolerante es mayoritario y ronda el 60% de la totalidad de los comentarios. Esto genera un bombardeo desinformativo en las redes que impacta sobre las opiniones, actitudes e imaginarios de las audiencias, y muy especialmente en las personas con un criterio todavía en proceso de construcción. 

¿Por qué no respondemos al odio y a las mentiras en Internet? 

Probablemente, aquí opera lo que se denomina “la espiral de silencio del sector tolerante”: las personas que creemos en los Derechos Humanos somos mayoría, pero a menudo permanecemos calladas porque carecemos de herramientas para intervenir online, e incluso hay quien teme por su seguridad y privacidad

El argumentario antimigratorio ha extendido su influencia desde internet hasta las calles, haciendo previsible un peligroso impacto en nuestros barrios y entornos de relación. En este proceso, las redes sociales asumen un doble papel: son el principal cauce de difusión de odio y, al mismo tiempo, una inexcusable oportunidad para limitar el impacto de la intolerancia.

¿Cómo podemos afrontar este reto desde la transformación del relato sobre la diversidad? ¿Cómo sacar partido de las potencialidades de las redes sociales para evitar que el discurso excluyente se apropie de los espacios de debate online?

CibeRespect busca la transformación narrativa de la sociedad, activando los marcos mentales de la solidaridad, el respeto y la cooperación latentes en las personas. Apostamos por la creación de redes de apoyo, la promoción de una ciudadanía crítica y el ciberactivismo como estrategia integral para combatir las actitudes xenófobas que campan a sus anchas en los medios digitales y que favorecen un clima de odio, confrontación, discriminación e incluso agresión contra las minorías. Para esto, fortalecemos a las personas en su toma de protagonismo a través de acciones en positivo que frenan el impacto del Hate Speech y alimentan un paisaje digital de respeto, convivencia y cohesión social que reverbera en el paisaje de nuestros barrios. 

Desde 2016 mantenemos un proceso de campaña permanente que cuenta con la colaboración de SOS Racisme Catalunya, IDHC y United Explanations. 

  • INVESTIGAMOS el odio online y su relación con las fake news a través de un Observatorio cuyos datos basan la acción. 
  • CREAMOS herramientas, materiales formativos y una nueva narrativa sobre las migraciones (basada en los DDHH, digitalizable y viralizable), y los ponemos a disposición de las audiencias para que puedan rebatir el odio racista. Por ejemplo, acabamos de publicar un manual de ciberactivismo que se puede descargar aquí.
  • CAPACITAMOS a las personas para fortalecer sus habilidades de consumo crítico de información y activismo online: detección de fakes, fact cheking, digitalización de narrativas alternativas, campañas transmedia... Como el laboratorio de innovación narrativa que desarrollamos estos días en colaboración con Coruña Dixital. Aplicamos metodologías innovadoras como la gamificación, la teoría de marcos mentales o la teoría de juegos para proponer fórmulas impactantes de formación que estimulen un cambio de enfoque: Escape Rooms, Elige tu Propia Aventura, metagames... 

Impulsamos campañas de sensibilización en las redes sociales, que se construyen de forma colectiva a través da cohesión de un grupo motor de ciberactivistas que comparten conocimientos y actúan juntos para sumar impacto a los mensajes.

Y no podemos hacer todo esto solos. Desde 2016, financiadores como la Obra Social La Caixa, la Xunta de Galicia y la Fundación Pluralismo y Convivencia nos han apoyado para convertir en realidades todas estas ideas. 

Además, en esta lucha todo el mundo tiene un papel: asociaciones, administraciones, centros educativos, activistas, comunicadores: personas, en suma, preocupadas por el auge de los extremismos, se han sumado a nuestras acciones de capacitación y comunicación. Desde monitorizar el ciberodio en las redes a desmontar bulos, pasando por reportar y responder a comentarios de odio en Internet. Algunos de los participantes aprenden a elaborar y difundir memes, vídeos y posts con narrativas alternativas al odio, basadas en los Derechos Humanos. Otros impulsan campañas de sensibilización y realizan ciberactivismo colectivo en redes sociales. O actúan como cibervoluntariado y realizan iniciativas de Aprendizaje-Servicio. Hay mil maneras de participar. 

Hoy, CibeRespect es un referente estatal en la lucha contra el ciberodio y un interlocutor reconocido con las Administraciones públicas, las organizaciones sociales, el entorno educativo y los activistas particulares: aquí radica la fortaleza y la proyección de futuro de un proyecto en auge.

Natalia Monje, periodista y responsable de comunicación de Ecos do Sur

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