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Así es comprar en un supermercado de conveniencia: Entramos en el Eroski Rapid de A Coruña

Te invitamos a que nos acompañes a probar esta nueva tienda de conveniencia en Juan Flórez para que veas que es posible ir a comprar cuatro cosas, o algo más, al super sin robarle demasiado tiempo al día
Nuevo Eroski Rapid en Juan Flórez
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Nuevo Eroski Rapid en Juan Flórez

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El trabajo, la familia, las clases, el gimnasio... Nuestro día a día está repleto de compromisos y actividades que nos restan tiempo de realizar ciertas tareas imprescindibles, una de ellas es ir al supermercado. Aunque cada mes realicemos una gran compra para llenar nuestra despensa, después necesitamos adquirir ciertos productos de manera prácticamente diaria. Y he aquí el problema.

No disponemos del tiempo suficiente para ir a un gran supermercado a hacer la compra, necesitamos hacer una compra rápida con la que solucionemos ese déficit de productos para el desayuno, la merienda o la cena. Incluso en muchas ocasiones también la comida.

Por ello, cada vez es más habitual recurrir en nuestro día a día a compras cómodas, en establecimientos de proximidad que nos brindan una solución en un momento de consumo en concreto. A Coruña cuenta desde hace unos pocos días con un nuevo supermercado de conveniencia. Se trata de Eroski Rapid, situado en plena calle Juan Flórez, al lado de la Plaza de Pontevedra.

Este establecimiento ofrece en sus 150 metros cuadrados todo tipo de productos cotidianos, desde pan, fruta, bebidas... Uno puede encontrar de un vistazo rápido todo aquello que busca, sin esperar colas. Además, también podemos comprar aquellas dos o tres cosas que necesitamos para reponer en casa, como leche o aceite, sin olvidar que en esta tienda destaca su amplia oferta take away que ofrece una solución rápida a cualquier comida o cena.

Si tú eres una de esas personas a las que el día se les queda corto con solo 24 horas y todavía no te has acercado hasta este nuevo establecimiento Eroski, pero sabes que, por tu ritmo de vida, este promete ser un nuevo establecimiento de referencia en tu día a día, seguro que te gustaría conocer todo lo que te ofrece, ¿verdad? Lo cierto es que, aunque se asemeja mucho a un pequeño supermercado, este establecimiento presenta ciertas particularidades que, si sigues leyendo, puedes conocer antes de cruzar sus puertas por primera vez.

Para empezar, debes saber que tiene un horario más amplio: abre los 365 días, de 08:00 a 23:00 horas. Así que ahora ya no podemos poner la excusa de "es que el super estaba cerrado". Ahora que sabes cuándo está abierto, qué te parece si lo conocemos por dentro. Te invitamos a que nos acompañes (de manera virtual) en nuestra compra en Eroski Rapid. ¡Comencemos!

El Eroski Rapid, por dentro

Entramos en la tienda y lo hacemos con el objetivo de comprar algo rápido para un tentempié en el trabajo, una cena rápida para esta noche y un par de cosillas para reponer en nuestra despensa. Entramos con el tiempo bastante justo porque, en apenas media hora, hay que fichar en el trabajo; así que necesitamos que nuestra experiencia de compra sea rápida. Vamos allá.

Para empezar, decir que la tienda está divida en dos zonas, la parte delantera se centra en productos take away y de consumo rápido; mientras que la parte trasera semeja un supermercado tradicional.

Cruzamos la puerta y lo primero con lo que nos encontramos es con la sección de frutas y verduras. Estupendo, porque justo queríamos comprar una manzana para comer de tentempié en el trabajo. Y sí, podemos comprar solo una, porque toda la fruta se vende a granel. Maravilloso. No tenemos que comprar el típico envase con cuatro manzanas que al final se acaban estropeando.

Una vez con la manzana ya en la bolsa, continuamos nuestra compra. Igual te estás preguntado que nos falta pesar la fruta; pero no, esto lo haremos una vez lleguemos a caja. Continuamos por el pasillo, a la derecha hay una serie de neveras donde nos encontramos con una extensa variedad de productos listos para consumir. ¿Encontraremos lo que buscamos? Por supuesto, echamos la vista arriba y vemos que en la parte superior de cada nevera hay un letrero que nos indica qué tipo de productos contiene cada una de las neveras, y sobre todo si hay que cocinarlo o ya está listo para tomar. Perfecto, así no perdemos tiempo.

Queremos una ensalada, de las que ya vienen preparadas, para cenar y una barra de pan y embutido. La primera la encontramos ya en estas neveras, en la que pone "listo para comer". Perfecto, una cosa menos. Nos damos la vuelta y cuál es nuestra sorpresa: toda una estantería llena de chocolatinas, bollería industrial y demás productos para la merienda expuestos de manera que, sin duda, atraen la mirada de cualquiera. Toca recuperarse de los excesos de las vacaciones, así que hacemos un ejercicio de fuerza de voluntad y continuamos nuestra compra sin caer en la tentación.

Al final de esta dulce estantería, nos encontramos con la máquina para exprimir zumo de naranja natural. Esto ya suena más sano. Miramos el reloj, vamos bien de tiempo, así que nos disponemos a colocar nuestro recipiente en la máquina para llevarnos un poco de zumo recién exprimido para beber en la oficina. Y justo enfrente, la maquina de café. La combinación perfecta, cogemos el vaso de cartón (como el de las cafeterías) y nos preparamos un café con leche. Todo lo pagamos una vez en caja.

El tentempié del trabajo ya lo tenemos. ¿Qué nos falta para la cena? El embutido y el pan. Al fondo ya vemos la zona de panadería. Allí que vamos. Cogemos nuestra barra y vemos que al lado hay otro lineal de neveras, los embutidos están justamente en la que tenemos delante. Cogemos un paquete de jamón serrano y otro de chorizo. Lista la cena.

En casa solo queda un cartón de leche, así que ya aprovechamos nuestra visita para comprar un par de bricks para lo que queda de semana. Justo en el otro lateral de la tienda está la leche, el agua y los refrescos. Cogemos nuestros dos cartones y ya estamos listos para ir a pagar a la caja. Pero justo en nuestra camino a por la leche nos topamos con otra nevera (esta de congelados) y nuestros ojos se fijan en esos helados que tanto disfrutamos este verano. Aquí la tentación nos puede, abrimos la nevera y los cogemos. No hay riesgo de que se descongelen porque en el trabajo tenemos congelador, así que allí los guardaremos hasta la hora de salida.

Ahora sí, listos para pagar. O no. Justo antes de acceder al pasillo de las cajas, vemos enfrente una nevera con bebidas frías. Con este calor que todavía hace en septiembre, no viene mal hidratarse. Cogemos un botellín de agua. Y ahora sí que sí, nos disponemos a pagar.

Las cajas son de auto cobro, pero vemos que hay un empleado allí prestando ayuda para que nuestra compra sea todavía más sencilla. Pesamos la fruta y escaneamos todos los productos, sin olvidarnos del café y el zumo. Los metemos en un bolsa y procedemos al pago con tarjeta (más cómodo cuando uno tiene prisa). Y listo, en menos de 15 minutos hicimos la compra para el día de hoy. Ya tenemos tentempié, cena y hemos cubierto las pequeñas necesidades de nuestra despensa. Ahora, a trabajar.

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