El día que el escudo del Dépor bailó al ritmo de The Housemartins
La grandeza y el cariño que mucha gente le tiene al Dépor a lo largo y ancho del planeta está muy ligada a la época gloriosa del club. Pero antes de que el conjunto coruñés fuera Súper, además de Dépor, su escudo fue protagonista del segundo LP de la banda The Housemartins, grupo de indie rock inglés formado en los años 80.
Corría el año 87 y el grupo lanzaba The People Who Grinned Themselves to Death. En la foto del insert, se podía ver al vocalista del grupo, Paul Heaton, posando con un pin del conjunto coruñés en su chaqueta. Heaton era un aficionado a la música, algo alcohólico y muy futbolero. El músico era hincha del Sheffield United y cuentan que le gustaba coleccionar cosas de fútbol.
No ha quedado muy claro nunca cómo llegó ese pin al poder de Heaton, pero hay varias teorías al respecto. Una de ellas es que se lo pudo regalar Louie Donowa, un delantero inglés que se enfundó la elástica blanquiazul cuando el Dépor militaba en Segunda División. Allí llegó procedente del Norwich City. Las fechas cuadran, ya que estuvo en el club entre el 85 y el 89 y tendría sentido que el ariete volviera a su país con merchandising del club, pero no vivía en el mismo sitio que Heaton.
Otra teoría es que Norman Cook, conocido actualmente como Fatboy Slim, habría vivido en A Coruña como estudiante de Erasmus en su juventud. Así, podría haberse llevado de recuerdo el pin del Deportivo y años más tarde habérselo regalado a Heaton. La última teoría, quizás la más realista, es que la banda hizo un viaje por el norte de España en la que visitaron algunas localidades gallegas. Allí Heaton se habría hecho con ese pin que acabaría pasando a la posteridad.
La historia podría acabar aquí, pero Heaton tiene una anécdota más relacionada con el Dépor. Habían pasado unos años de aquello y el inglés lideraba a los Beautiful South. Junto a su compañero David Rotheray decidió viajar a Canarias y allí se paseaban por los campos de fútbol juveniles y amateur, mientras se emborrachaban para pasar el tiempo.
Un día deciden desplazarse hasta Arguinequín y ven a un joven de unos 15 años, flacucho, pero con un talento descomunal para la práctica de fútbol. Paul Heaton se queda asombrado y ya piensa en llamar a un amigo que trabaja en el Sheffield United para que lo fichen. El músico no puede esperar y le pregunta a uno de los lugareños el nombre de aquel chaval. El hombre le responde: "ese chico se llama Juan Carlos Valerón".
