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Deportivo 4 - Tudelano 3: Victoria que no disipa las dudas en el equipo blanquiazul

Un Tudelano ya descendido fue capaz de adelantarse hasta en tres ocasiones en Riazor ante un Deportivo que remontó en la segunda mitad.
El Deportivo venció al Tudelano en RIazor
Foto: Fernando Fernández
El Deportivo venció al Tudelano en RIazor
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El Deportivo venció por cuatro goles a tres al Tudelano en un encuentro en el que los visitantes se adelantaron hasta en tres ocasiones. Granero, Soriano, Miku y Villares fueron los goleadores de un partido absolutamente loco. Los blanquiazules cuajaron una mala primera mitad en la que la falta de precisión y seguridad defensiva encendieron la alarma en el deportivismo.

No salió mal del todo un Dépor que tuvo la primera en las botas de Soriano tras un centro de Antoñito. Fue una de las pocas llegadas por banda derecha. Caballero pronto instaló dudas en Riazor tras convertir el primer gol con un gran disparo desde fuera del área que se colaba por la escuadra derecha de la meta de Mackay.

Antes el Tudelano se pudo adelantar tras un centro por la derecha que Granero remataba en su propia portería. El poste derecho de la meta blanquiazul evitaba el gol. Los coruñeses reaccionaron y en el tercer córner a favor, primero que enviaban de manera directa al área, Granero remataba una buena peinada de Bergantiños en el primer palo.

Poco duró la alegría ya que Caballero remataba un buen centro desde la izquierda y hacía el segundo para el Tudelano. El gol nacía tras una pérdida muy grave de Soriano que propiciaba el centro que acabaría en el fondo de la portería.

El partido loco entró en una fase algo más tranquila. El Dépor lo intentaba con muchas llegadas desde la izquierda pero la falta de precisión en los centros de Aguirre provocaban que apenas inquietara la meta visitante. Solo en una ocasión el envío llegó en una posición idónea a William de Camargo que disparaba flojo y al centro de la portería.

Cuando la primera mitad llegaba a su fin, Soriano empató en una acción muy polémica. El jugador cedido por el Atlético de Madrid remataba de cabeza un buen centro de William. Los jugadores visitantes se comían al colegiado al entender que el remate del jugador blanquiazul había sido con la mano. Ni colegiado ni asistente lo estimaron así y el gol subió al marcador.

Pero estaba claro que la primera mitad era una montaña rusa blanquiazul y lo peor todavía estaba por llegar. El Tudelano realizó una jugada colectiva fantástica que acababa con un disparo fuerte de Agus que Mackay era incapaz de sacar. Con el dos a tres se llegaba al final de un primer tiempo loco que multiplicaba las dudas del Deportivo a las puertas del playoff.

Borja movió el banquillo en el descanso y dio entrada a Miku en lugar de William. El equipo inició el segundo tiempo bastante atascado y con poca profundidad. A ello se unió el bajón físico de un Tudelano que no fue capaz de aguantar el esfuerzo físico de los primeros 45 minutos. Tras un cuarto de hora con poco avance, el técnico blanquiazul introdujo a Héctor y Yeremay y el Dépor adelantó líneas.

Villares se convirtió en protagonista del segundo tiempo. Primero inició la acción del empate con un buen balón filtrado hacia Quiles que ponía el pase de la muerte a Miku y este batía a placer al guardameta. Los blanquiazules igualaban por tercera vez el encuentro. En esta ocasión el equipo fue capaz de no encajar y se fue en busca del cuarto.

Primero lo intentó Miku con un disparo potente que sacó bien el portero. A falta de quince minutos sí encontró el camino del gol Villares. Falta sacada por Juergen y tras varias pantallas Villares alojaba la pelota en la meta del Tudelano. El Dépor lograba adelantarse en un partido completamente loco. El Tudelano lo intentó en una falta lejana que Mackay logró blocar.

Yeremay logró levantar a los aficionados de la butaca tras una galopada espectacular por la banda izquierda en la que dejó sentados a dos rivales y no fue capaz de definir en el mano a mano. Miku tampoco aprovechó el rechace en lo que pudo ser la sentencia del partido.

El Dépor sufrió hasta el último minuto por culpa de su inseguridad defensiva. Cada perdida se convertía en una pesadilla blanquiazul y el Tudelano la tuvo en el descuento en una falta que rozó el larguero de la portería de Mackay. El final del partido supuso un gran alivio para un equipo que llegará al playoff con dudas y mucha presión.

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