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Conoce Santiago

Ruta por la Compostela más romántica y desconocida

Santiago compite con París o Roma como escenario romántico. Les proponemos conocer sitios de ensueño, desde un laberinto hasta un curioso jardín dentro de una lavandería
Ana Gayoso
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El mes de febrero es, por excelencia, el mes del amor. Sabemos que el día 14 se celebra San Valentín, también conocido como el Día de los Enamorados. Esta festividad de origen cristiano se celebra anualmente conmemorando las excelentes obras realizadas por San Valentín de Roma  que incluso ponía en riesgo su vida para unir a parejas en matrimonio durante la persecución a los cristianos y se celebra así desde que el Papa Gelasio lo estableciera así en el siglo V.

Sepan ustedes que existieron tres santos que llevaban por nombre Valentín y que pese a que aunque es una celebración comercializada en muchos países se sigue manteniendo por costumbre intercambiar postales entre los enamorados.

Y hablando de amor, seguro que muchos pensarán que París es la ciudad romántica por excelencia pero es Roma la que porta en sus letras este sentimiento y sin duda uno de los lugares mágicos donde enamorase. Pero si desmerecer ni un poco a estos dos lugares nosotros tenemos nuestra apuesta, la Compostela más romántica.

Fuente: Shutterstock

Por eso, porque el amor está en las pequeñas cosas y en todas partes y no siempre tienen que conllevar nada material, nosotros vamos a proponerles una ruta romántica por nuestra ciudad, Santiago.

Decidan ustedes si la recorren de la mano o en solitario, que a veces es una gran forma de demostrarse amor. Les proponemos el paseo más romántico por el casco histórico picheleiro, lugares de postal, algunos desconocidos, que son el escenario perfecto para seguir creyendo en el amor.

El laberinto de bog la Rúa da Trindade

Foto: Ana Gayoso

Quizás el laberinto más conocido de la ciudad sea el que está situado en el parque de Belvís pero este, más pequeño y escondido, es perfecto para pasear entre la vegetación perfectamente recortada. Fue tras el Xacobeo de 1993 cuando se instaló después de que el lugar estuviese ocupado por un lugar de acogimiento provisional para peregrinos y que hoy sirve para pasear o jugar al escondite… . Cuando vayan recuerden saludar al busto de Concepción Arenal que reside allí desde enero de 2020.

Un jardín escondido dentro de la lavandería de la Rúa das Hortas

Fotos: Ana Gayoso

Sí, como lo están leyendo, existe una lavandería en la que además de lavar y secar nuestra ropa podemos disfrutar de un rincón de ensueño. Alojada en donde durante muchos años lo estuvo una farmacia, tanto el interior del local, decorado con esmero y detalle, repleto de detalles que sus propietarios han ido recopilando de diferentes viajes, todo esto solo es el backstage de su auténtica joya: un coqueto patio donde una se imagina perfectamente leyendo un buen libro o descansando, mirando a los ojos de otro, mientras la lavadora hace lo suyo. No me digan que no les recuerda a cualquier comedia romántica que se precie… 

Las mejores y múltiples vistas de la Quintana

Foto: Ana Gayoso

Sí, sabemos que es uno de los sitios más emblemáticos de la ciudad pero es que no nos cansamos de esta estampa. Nuestra recomendación es que se sienten en las escaleras de la Casa da Parra (mucho menos transitadas que las de la propia escalinata de la Quintana) y que disfruten del atardecer… . No se olviden de observar la decoración a base de racimos que enmarcan las puertas inferior y superior del lado derecho de esta obra de Domingo de Andrade y, cuando se hayan cansado de esta panorámica, bajen para sentarse sobre uno de los muros del Monasterio de San Paio de Antealtares y disfruten de la belleza, nada más.

El claustro del Pazo de Fonseca y su jardín de piedras habladoras

Foto: Ana Gayoso

Seguramente el Pazo de Fonseca ya les suene y es parada obligatoria cuando se hace una visita a Compostela ya que el claustro ajardinado de este edificio del año XVI bien lo merece. Pero a mayores de este espacio les recomendamos que visiten el jardín botánico llamado “ Xardín das pedras que falan” por los versos y citas de diferente autores talladas en algunas rocas y que está situado en la parte trasera del Pazo (frente a la sede de Correos del Franco. En este singular  espacio encuentra un ejemplar de Gingko biloba plantado hace más de 150 años y que es el de mayor tamaño que se encontraremos en la capital gallega.

El olivo de la Rúa de Xerusalén

Foto: Ana Gayoso

Poco se puede decir de una de las plazas mas escondidas y desconocidas del casco histórico. En este callejón, paralelo a la Rúa da Troia, que no suele aparecer en guías de viaje se encuentra la tranquilidad y el silencio a veces tan escaso y que es perfecto para una primera cita, un beso… Dejen volar su imaginación.

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