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La historia de los cuadros polacos robados por los nazis que acabaron en Pontevedra

El Museo provincial devolvía hace unos días un díptico, conformado por La Dolorosa y El Ecce Homo de la escuela de Dietric Botus, después de varios años de colaboración institucional y una exhaustiva investigación para determinar la autenticidad de las obras, espoliadas en la Segunda Guerra Mundial
Entrega de los cuadros espoliados por los nazis al museo  del castillo de Goluchow (Polonia).
Diputación de Pontevedra
Entrega de los cuadros espoliados por los nazis al museo del castillo de Goluchow (Polonia).
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El díptico de La Dolorosa y El Ecce Homo elaborado en la escuela de Dietric Botus se expone desde el pasado viernes en el museo público del castillo de Goluchow (Polonia), su lugar e origen. Después de una exhaustiva investigación y mucho trabajo de colaboración institucional, el gobierno polaco ha recuperado dos obras de arte perdidas durante la Segunda Guerra Mundial, tras el espolio nazi.

Marius Wisniewski, especialista jefe del Departamento de Restitución de Bienes Culturales del Ministerio de Cultura y Patrimonio Nacional, fue quien recibió las piezas de la mano de César Mosquera, director del Museo de Pontevedra, poniendo fin a cuatro años de conversaciones y burocracia para contribuir a restituir el patrimonio artístico de Polonia. Tras un descubrimiento casual a partir de una foto de la web del museo pontevedrés, Wisniewski comenzó la confirmación del hallazgo de las dos obras más importantes del castillo de Goluchow, que hoy han vuelto "a casa".

"La búsqueda de obras es una acción planeada, no solo lo la del díptico", explica el especialista polaco. "Desde 2019 utilizamos métodos de mercado para buscar imágenes en internet: rastreamos en base a fotografías antiguas y en el momento de introducir las fotos aparecen cientos de rastros". Así fue como apareció el díptico, del que asegura que hay "muchas réplicas", por lo que se restringió la búsqueda y apareció una pequeña imagen de La Dolorosa en la web del Museo de Pontevedra.

La clave la encontraron en los marcos de ambos cuadros, hechos a medida, que aparecían ya en las fotos de antes de la guerra. La parte posterior de dicha estructura, cuenta Wisniewski, "tiene una inscripción en latín que es errónea, lo que hizo saber que era a obra que buscábamos porque la cita no es exacta". Comenzó entonces un complejo trabajo de colaboración que partió desde el Museo y la Diputación de Pontevedra, pasando por el Ministerio de Cultura y Deporte de España hasta llegar al Ministerio de Cultura y Patrimonio Nacional de Polonia.

Cuatro años hasta lograr la restitución de los cuadros

El díptico entregado a Polonia constituye "dos obras de las más importantes de la colección (del museo del castillo de Golochow), pues aparecen en el momento en el que se constituye y en las guías de la fundadora del Museo Czartoryski, la princesa Izabela Czartoryska". Encontrar el cuadro, explica Marius Wisniewski, no es lo raro: "Con este método tan informatizado saltan hasta 100 rastros al día"; lo difícil es "saber tirar del hilo", localizarlos e intentar recuperarlos. En España, de hecho, se ha confirmado que no hay ningún otro cuadro polaco.

La colaboración con el Gobierno español, la Diputación de Pontevedra y el Ministerio de Cultura serán, por tanto, uno de los marcos de referencia a la hora de poder recuperar más obras. "Hay conciencia de que hay que devolver las obras no solo por pérdidas de guerra, sino también las exportadas y obtenidas de forma ilegal: a nivel jurídico los marcos legales en países occidentales son más parecidos y hay más colaboración". Ahora, Pontevedra servirá de ejemplo "para presionar a otros países que tienen arte polaco robado y ponen trabas para devolverlo", en palabras del ministro de Cultura polaco, Piort Glinski.

Durante el acto de restitución del díptico aseguró que en los últimos ocho años se han recuperado 600 obras y 150 están en trámite, "pero los problemas para llevar los expedientes adelante son continuos y muy variados con muchos países como Alemania o Gran Bretaña, en los que la legislación no acompaña". Por ello, la colaboración con el Museo de Pontevedra se utilizará como "ejemplo positivo de restitución", tras haber logrado devolver a su lugar de origen los cuadros robados en cuatro años de estrecha colaboración.

Para César Mosquera, director del Museo de Pontevedra, los motivos para proceder con rapidez y diligencia fueron la "justicia histórica" y la "coherencia política": "si la Diputación de Pontevedra está trabajando en la restitución de la memoria histórica en su país, también debe colaborar en la restitución de la memoria histórica de otras naciones". "Fue una decisión fácil, clara, de la que estamos orgullosísimos y que volveríamos a repetir", concluyó.

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