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El truco para hacer la mejor mermelada casera con productos gallegos de temporada

La mermelada es un acompañante perfecto para cualquier almuerzo rápido, y el ingrediente indispensable para postres y dulces. Te ofrecemos las claves para poder presumir de receta casera, y una variante light para los que quieran recortar en azúcar
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Cualquier amante de la repostería sabe que la clave para un dulce perfecto es cuidar el detalle al máximo. El mimo por el perfeccionismo es lo que diferencia a un simple aficionado de un aspirante a repostero; por eso para los que buscan impresionar con sus creaciones es importante contar con los mejores ingredientes, y si pueden ser hechos en casa, mejor. Una mermelada elaborada a mano convierte cualquier tostada en un desayuno digno de brunch, y cualquier tarta en una elaboración propia de recopilatorios y libros de cocina. 

Además, la mermelada bien preparada a mano es un ejemplo de conserva perfecta para regalar y repartir entre familia y amigos, especialmente si nos esmeramos en cerrar al vacío el frasco donde la guardemos

En cuanto a los ingredientes, uno de los puntos a favor de este tipo de elaboraciones es que casi no existen límites. Cualquier fruta podría ser perfecta para utilizarse con este fin; de hecho, cuanto más original sea la idea más distintivo será el resultado. Desde La Tienda de Lino contamos con una gran selección de fruta de temporada, que siempre es la que le da un mayor sabor a recetas como ésta. Recomendamos especialmente los nísperos, pues la mermelada de este tipo pocas veces se encuentra en el mercado, pero la dulzura de esta fruta al natural puede ser una opción perfecta para los más golosos. 

Otro punto a favor para preparar mermelada es la tierra en la que estamos. Galicia es una zona donde el producto autóctono es amplio y de calidad, entre los que podemos encontrar una amplia gama de frutas que resultarían en perfectos candidatos para nuestra mermelada. Además, apostar por la fruta made in Galicia supone también un importante apoyo para los agricultores y el comercio de proximidad, que siempre ayuda. Destacamos en este sentido las ciruelas y mirabeles gallegos, pues algunas de sus variedades ya están entrando en temporada; también los kiwis son una fruta con importante presencia en la zona; de hecho, Galicia es líder en recolección anual de kiwis en toda España. 

En La Tienda de Lino tenemos una gran selección de fruta de temporada. Fuente: La Tienda de Lino. 

¿Qué es qué? 

Antes de adentrarnos en elaboraciones y pasos a seguir, debemos distinguir las principales diferencias entre mermelada, confitura y jalea. Seguramente, ante las múltiples opciones que encontramos en las estanterías del súper parece difícil identificar las diferencias entre estos productos, pero lo cierto es que tanto su creación como el resultado es diferente en los tres casos. 

La mermelada parte del uso de las frutas enteras, o cortadas en pedazos definidos, que se cuecen con el azúcar para conseguir una especie de puré, con una consistencia más cercana al líquido. En el caso de la confitura, sin embargo, solo se utiliza la pulpa de la fruta como ingrediente, que se cuece en almíbar para obtener una textura mucho más parecida a la gelatina. Por lo tanto, su contenido estará más basado en el azúcar, mientras que por regla general la mermelada tendrá más fruta. En el caso de la jalea, se suele utilizar el zumo filtrado de la fruta que se haya escogido para conseguir un resultado mucho más firme y homogéneo. 

La receta infalible para una mermelada de diez 

Debemos recordar que, aunque queramos recortar en azúcar para conseguir la opción más fit, no podemos en ningún caso descartar su uso. El azúcar no solo le aportará consistencia a nuestro dulce, sino que es una base inamovible de cualquier mermelada que se precie. De hecho, el secreto para dominar este tipo de elaboraciones será encontrar la proporción adecuada entre fruta y azúcar; como todo, habrá que apostar por la prueba y error. Recomendamos alrededor de un treinta por ciento de azúcar con respecto a la cantidad de fruta que se haya utilizado; pero si se quiere apostar por una versión más saludable, se puede empezar probando con el veinte por ciento, ¡y a ver qué sale!

Una vez escogida la fruta con la que elaboraremos nuestra mermelada, deberemos antes de nada lavarla adecuadamente y cortarla en trozos suficientemente pequeños para facilitar la cocción posterior (aunque si se quiere un resultado consistente en el que puedan identificarse los trozos, se pueden dejar más grandes). Aunque suele utilizarse la fruta más madura y con un aspecto más pasado, debemos tener en cuenta que es lo que le dará el sabor a nuestra preparación, por lo que debe evitarse usar fruta que ya estuviese en mal estado

 Tras esta operación, pesaremos la fruta e identificaremos la cantidad de azúcar que vamos a usar; nosotros recomendamos un kilo de la fruta elegida y trescientos gramos de azúcar, gramo arriba gramo abajo. Listos los ingredientes mezclaremos todo y lo pondremos el fuego, a poca potencia y removiendo frecuentemente para evitar que se pegue al fondo de la olla. Al poco de poner la mezcla al fuego se deberá añadir un chorro de zumo de limón; tras esto mantendremos el ritmo de cocinado, retirando la espuma que pueda soltar. 

La preparación de mermelada casera es poco laboriosa, aunque requiere de atención a la mezcla. Fuente: Unsplash

Un truco para medir el espesor de la mezcla será llevar una superficie al congelador, como un plato o similares, para después verter la mezcla en él una vez hayan pasado aproximadamente cuarenta minutos desde que la hayamos puesto al fuego. Si la mezcla coge espesor al poco de echarla, es que estará lista para guardarse en botes de cristal, en los que dejaremos que enfríe antes de cerrarlos. Terminada la operación, ya podríamos decir que tenemos una mermelada casera en nuestra alacena. Ahora, ¡a disfrutar!

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