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Betanzos subterráneo: un laberinto de túneles secretos recorre bajo tierra esta ciudad gallega

El entramado de grutas subterráneas atraviesa el casco histórico con galerías y ramales de longitudes que van desde los 10 hasta los 80 metros y cuyo origen podría establecerse en el siglo XVIII
Aparece una gruta subterránea en Betanzos.
Concello de Betanzos
Aparece una gruta subterránea en Betanzos.
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Los orígenes de la localidad coruñesa de Betanzos también se escriben bajo tierra. Desde sus entrañas más profundas, toda una red de túneles ocultos atraviesa la conocida como Ciudad de los Caballeros. De hecho, ya en el año 2002 el concello brigantino encargó a un equipo de espeleólogos explorar estas grutas subterráneas para poder conocer la magnitud de dicho entramado. Aquellos primeros trabajos ―así como otros posteriores de la mano de Dédalo de Brig y Espeleo Club de Descenso de Cañones―, permitió la documentación de varias galerías en distintos puntos del casco histórico, cuyas longitudes varían desde los 10 hasta los 80 metros, si bien es cierto que el paso del tiempo y la acumulación de sedimentos han hecho que la mayoría de ellas sean prácticamente inaccesibles e intransitables.

Pese a los trabajos de investigación realizados en las últimas décadas sobre la red de pasadizos en la localidad, todavía se desconoce el origen exacto de estas grutas subterráneas. Entre las historias y leyendas envueltas de incógnitas que existen sobre las mismas (como la de la misteriosa sinagoga de Betanzos o la antigua Liga Celta), una de las hipótesis más reconocidas establece que podrían tratarse de antiguas de minas de azogue (mercurio) habilitadas durante el reinado de Carlos III, en el siglo XVIII. En la actualidad se estima que existen al menos 19 pasadizos, aunque solo se ha podido acceder a cuatro desde el año 2002 e incluso el pasado mes de octubre se encontró una nueva gruta durante unas obras en un tramo de la calle Santa María.

El posible origen de las grutas

Imitación de grutas prehistóricas en el Parque del Pasatiempo, Betanzos. Foto: Concello de Betanzos

Hay muchas incógnitas sobre el universo subterráneo que esconde la localidad de Betanzos, pero varios historiadores y expertos apuntan a la explotación de las minas de azogue y otros minerales como su origen más plausible ―aunque en las investigaciones realizadas nunca se llegó a hallar algún resto de cinabrio, del que se obtiene el mineral. El historiador, profesor y cronista oficial de Betanzos, Francisco Vales Millamarín, llegó a documentar en el Boletín de la Real Academia Gallega (de la que era también secretario perpetuo) una serie de noticias y documentos que vendrían a ratificar la existencia de un yacimiento de mercurio en diversos puntos de la ciudad, entre 1785 y 1786. Estos textos antiguos hacen referencia a unas minas adjudicadas por Carlos III de España. De hecho, el Museo Arqueológico de A Coruña guarda en su poder una placa de una gruta sellada en el año 1786 en el barrio de A Ribeira, en la que también se mencionan las vetas de azogue que el marqués de Mos mandó prospeccionar. 

El grueso de estos túneles coincide además con el antiguo trazado de las calles, lo que hace sospechar a los expertos que dichas grutas podrían ser anteriores a la ciudad, y que por tanto se definiese el callejero de Betanzos en función de estas galerías. Gracias a los trabajos realizados por Dédalo de Brig y Espeleo Club de Descenso de Cañones, hoy se sabe que el más grande de los túneles, que cuenta además con tres ramales, se sitúa a la altura del número 8 de la calle Alfolí. También resulta curioso el hecho de que muchos de los accesos a estos subterráneos se encuentran ubicados en casas o patios particulares, con antiguas entradas tapiados o cerrados debido a los derrumbes, y a las cuales los vecinos no daban importancia o desconocían su existencia. En principio, estas grutas subterráneas no se encuentran conectadas entre sí, por lo que durante la Edad Moderna también resulta probable que fuesen utilizadas por las familias como despensa o bodega privada. 

Más allá de la teoría de explotación minera, es importante destacar otra vía de vinculación religiosa, pues resulta muy curioso que la mayoría de estos conductos parecen desembocar en la iglesia de Santa María de Azogue. De hecho se creía que el nombre del templo podría derivar de un vocablo árabe que significa "mercado", el cual tenía lugar en las proximidades de la iglesia durante la Edad Media. Sin embargo, el hallazgo de las grutas subterráneas planteó la posibilidad de que el origen de dicha denominación guardase alguna relación con los yacimientos de mercurio.

El último hallazgo

Gruta localizada en Betanzos (A Coruña). Foto: Concello de Betanzos

El pasado mes de octubre, el concello de Betanzos tuvo que paralizar las obras de mejora de un tramo de la calle Santa María. Durante los citados trabajos de instalación de una red de saneamiento, los trabajadores encontraron una entrada a lo que parece ser una de las grutas subterráneas del casco histórico brigantino. A la espera de la valoración por parte de Patrimonio, por lo pronto, el hallazgo ha hecho desplazarse a los técnicos de la Xunta de Galicia hasta Betanzos para analizar la situación y definir las actuaciones necesarias junto a los representantes municipales.

La Universidad de Santiago colaborará con el concello de Betanzos para conocer el alcance de estos pasadizos bajo tierra, y lo hará a través del grado de Enxeñaría en Xeomática y Topografía impartido en el campus de Lugo. Ambas partes mantendrán asimismo un encuentro con la asociación cultural Dédalo de Brig, que viene de realizar numerosos trabajos en la zona, para valorar las posibilidades en cuanto a la realización de actuaciones en el subsuelo de la localidad. El objetivo principal, según aseguran desde el concello, sería "trazar os mapas desas grutas, o percorrido, profundidade… é dicir, as súas características como punto de partida a outros pasos". Además, el trabajo conjunto permitirá conocer el recorrido de antiguos tramos de la red de servicios de los años 40 0 50 y de los que tampoco existe una constancia exacta de su localización. 

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