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Vuelo 118 Madrid-A Coruña: Un familiar de las víctimas recuerda la tragedia 47 años después

La escasa visibilidad y varios intentos fallidos de aterrizaje acabaron por provocar que el avión en el que viajaban 85 pasajeros se estrellase a pocos kilómetros de Alvedro, un siniestro sin supervivientes que cuenta con un memorial dedicado a las víctimas en el cementerio de San Amaro
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A Coruña revive hoy la mayor tragedia aérea que sucedió en Galicia y uno de los peores accidentes de avión de España, con motivo de que el 13 de agosto de hace 47 años se estrelló a un par de kilómetros del aeropuerto de Alvedro el avión Aviaco 118 que cubría la ruta entre Madrid y la ciudad herculina y que acabó en un instante con la vida de sus 85 ocupantes. A su vez, un familiar lejano de dos de las víctimas de nacionalidad inglesa, ha querido rendir homenaje a sus allegados a través de su cuenta de twitter recordando el trágico suceso y aportando portadas de la prensa que recogieron en aquel momento lo sucedido en Galicia.

Tal y como rememora el familiar de dos de los fallecidos, el día del suceso en A Coruña hacía un tiempo soleado pero la niebla hizo acto de presencia en las primeras horas de la mañana, por lo que la visibilidad era escasa. Alrededor de las 10:23 horas, el avión intentó un primer aterrizaje que resultó ser fallido a causa de la niebla y en un segundo intento tampoco logró tomar tierra y desde la torre de control le indicaron que debía desviarse a Santiago de Compostela. A las 11:39 horas el piloto informó de que quería intentar aterrizar por tercera vez y en ese momento se desencadenaron unos hechos que han cambiado para siempre la historia de la aviación en España.

Lo que ocurrió fue que la nave descendió rápidamente y el avión golpeó la copa de algunos eucaliptos, lo que provocó que chocase frontalmente contra el Pazo do Río (Montrove) y eso desencadenó la explosión de la aeronave y unas intensas llamas que mataron a pasajeros y tripulación en el acto salvo a una persona, que fue trasladada al hospital Juan Canalejo (actualmente conocido como CHUAC) pero que desgraciadamente no consiguió sobrevivir y murió poco tiempo después de que se produjese el siniestro. A su vez, la mala fortuna hizo que un vecino que estaba cerca de la zona en aquel momento también perdiese la vida.

Muchas de las victimas fueron enterradas en el cementerio municipal de San Amaro, donde se erigió un memorial en recuerdo de los fallecidos y muchas familias quedaron rotas para siempre. Sobre las causas del accidente, la versión oficial cuenta que se debió a "la violación de las normas de seguridad aéreas" por intentar tomar tierra sin visibilidad clara y teniendo el aeropuerto de Santiago a medio centenar de kilómetros con visibilidad óptima. Sin embargo, algunos documentos recientes que estaban desclasificados contradicen esta versión y sostienen que las cartas de navegación no informaban sobre la altura de aquellos eucaliptos con los que se topó en su camino.

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