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Un equipo de la USC trabaja en predecir la evolución epidemiológica con aguas residuales

Se trata de una herramienta "más fácil y económica" que los cribados masivos y que podría cobrar especial relevancia para medir la eficacia de la campaña de vacunación
Profesor Jesús López Romalde, líder de una investigación de la USC sobre la presencia del covid-19 en aguas residuales.
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Profesor Jesús López Romalde, líder de una investigación de la USC sobre la presencia del covid-19 en aguas residuales.

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 15 Mar. (EUROPA PRESS) -

Un equipo de investigadores de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) trabaja en un sistema de predicción de la evolución epidemiológica del SARS-COV-2 a través del análisis de las aguas residuales de las poblaciones; una herramienta "más fácil y económica" que los cribados masivos y que podría cobrar especial relevancia para medir la eficacia de la campaña de vacunación. Esta estrategia se lleva realizando en A Coruña desde hace meses con CovidBens, un sistema que mediante el análisis de las aguas residuales ha sabido detectar con antelación los repuntes de casos de coronavirus, lo que ha permitido tomar las medidas de prevención oportunas en el área sanitaria.

Este trabajo, desarrollado bajo el paraguas del Ministerio para a Transición Ecolóxica, forma parte de una de las líneas del programa de micromecenazgo 'Sumo Valor' con el que la Universidad compostelana busca financiación para sus investigaciones vinculadas con la pandemia a través de pequeñas donaciones que nunca pueden superar los 3.000 euros.

En concreto, el equipo que encabeza el profesor Jesús López Romalde desde el Centro Singular CRETUS, busca vigilar la evolución de la pandemia empleando las aguas residuales como herramienta predictiva para determinar cómo se disemina el virus por la población. "Llevamos muchos años estudiando los virus que se transmiten por las vías oral y fecal, responsables de enfermedades como la gastroenteritis", ha explicado el profesor López Romalde, que recuerda que al inicio de la pandemia se descubrió el SARS-COV-1 era detectado en las eces, por lo que el material genético del bacilo se encontraba en las aguas residuales.

Este hallazgo hizo que equipos de todo el mundo, incluido el santiagués, se lanzasen a investigar la posibilidad de controlar la expansión del coronavirus mediante el análisis de las aguas fecales, todo ello con la predicción de nuevos brotes como principal objetivo.

Uno de los cuatro equipos a nivel estatal

El de Santiago es uno de los cuatro equipos a nivel estatal que investigan la carga de virus presente en 38 estaciones de aguas residuales de todo el Estado. El proyecto de la USC, que permanece activo, arrancó en julio y centra su trabajo en las depuradoras de Ourense, Lugo y Vigo, a las que recientemente se ha sumado la EDAR de Santiago.

Predicción a siete días

En concreto, los resultados que consiguen cada uno de los cuatro grupos de trabajo se entrelazan para avanzar en un sistema que permite cuantificar "de forma fiable" qué cantidad de virus hay presente en las aguas, con lo que es posible predecir la incidencia del virus con una antelación de entre siete y diez días.

"Detectamos que los momentos de mayor número de población afectada por la enfermedad coinciden con una mayor cantidad de virus en las aguas residuales", señala el profesor López Romalde, que pone como ejemplo la tendencia "ascendente" de los datos registrados entre el 18 y el 22 de enero, coincidiendo con la tercera ola.

Vacunación

En este sentido, los investigadores consideran que este sistema de monitorización y predicción puede ser de gran utilidad los próximos meses para medir la eficacia de la campaña de vacunación contra la covid-19. Y es que, ante el desconocimiento de si las personas vacunadas pueden transmitir la enfermedad, el análisis de las aguas puede permitir estudiar la evolución de la pandemia a través de un sistema "más fácil, estable y económico" que los cribados masivos.

Todo ello, incluso, con datos monitorizados por barrios y acotando a las áreas con mayor incidencia del virus. "Es un sistema que funciona, que es realmente predictivo, y permite tomar medidas de control tempranas", ha añadido el profesor.

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