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Tintorera y peregrino, los tiburones más habituales en la costa de Galicia

La Cemma pide responsabilidad a la hora de actuar ante los avistamientos y varamientos de estos animales
El tiburón peregrino que apareció el pasado fin de semana en Oleiros.
Concello de Oleiros
El tiburón peregrino que apareció el pasado fin de semana en Oleiros.
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El avistamiento de tiburones en Galicia no es un fenómeno raro y se produce de forma habitual, especialmente en los meses de verano en el caso de las quenllas o tintoreras. Estas son, junto al tiburón peregrino, las que más acuden a la costa gallega, frente a otros como el tiburón solrayo que apareció en la ría de Arousa a principios de este mes.

El último tiburón que apareció en la costa gallega fue un peregrino (Cetorhinus maximus), el pez de segundo mayor tamaño en el mundo tras el tiburón ballena. El ejemplar avistado en Oleiros falleció por una obstrucción digestiva generada por diversos objetos plásticos, desde fibras procedentes de artes de pesca degradadas a un tapón de botella.

"É pouco frecuente pero habitual. Todos os anos son observados ou incluso aparecen varados como neste caso", explica el biólogo de la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (Cemma), Alfredo López Fernández, sobre la presencia de los tiburones peregrinos.

Las tintoreras o quenllas, por otro lado, aparecen generalmente en verano, especialmente en el mes de agosto y de forma simultánea en toda la costa de Galicia. "Son exemplares pequenos, de 50 a 70 centímetros, os de máis tamaño están fóra da plataforma", concreta López.

Actuar con responsabilidad

El biólogo de la Cemma recuerda la importancia de actuar con responsabilidad ante el avistamiento o el varamiento de algún tiburón en la costa de Galicia. Así, en el caso de las quenllas, indica que tienen dientes y que los bañistas no deben acercarse ni interactuar con ellas. "Xa houbo accidentes en Galicia a causa das quenllas. Non é que o animal sexa máis ou menos infensivo, senón o que se fai con el", explica López.

"O peregrino tamén ten dentes, pero son moi pequeniños. É un animal filtrador. Pode haber algún problema no caso do tamaño, como pode ser o do outro día que era un exemplar de catro metros", indica el biólogo. El peligro de este animal, por tanto, radica en el peso o la fuerza que pueda llegar a tener, pero no en su agresividad.

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