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Testigos dicen que la conductora del accidente de Ribeira (A Coruña) iba a gran velocidad

Forenses aseguran que era "consciente de lo que hacía" y que fue advertida de que no debía consumir alcohol con su medicación
La acusada del accidente en Ribeira
César Arxina- EP
La acusada del accidente en Ribeira

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 20 Dic. (EUROPA PRESS) -

Testigos que se cruzaron con la conductora que causó el accidente de Ribeira en el que fallecieron dos jóvenes en mayo de 2019 han afirmado este martes en el juicio que, momentos antes del siniestro, la mujer circulaba a gran velocidad e invadiendo reiteradamente el carril contrario de circulación, al tiempo que han narrado otros incidentes protagonizados por la mujer.

En la segunda sesión del juicio que se celebra en Santiago por este suceso han declarado dos vecinos de la zona donde se produjo el accidente, así como dos conductoras que circulaban por la misma vía.

Una de ellas, ha contado ante el jurado que conducía su coche hacia Ribeira seguida por un todoterreno cuando vio al vehículo de la acusada, que circulaba justo detrás, invadiendo reiteradamente el carril contrario, "como si quisiese adelantar". Estas maniobras, ha apuntado, obligaban a los vehículos que circulaban en sentido contrario a "salir de la carretera" para evitar una colisión.

La mujer ha contado que la situación le generó tanto "miedo" que paró durante unos segundos en el aparcamiento de un establecimiento comercial para dejar que el BMW que conducía la acusada la sobrepasase. "Tenía miedo que se viniese sobre mi, porque salía todo el rato hacia el carril izquierdo", ha dicho.

Por su parte, la conductora que circulaba detrás del vehículo de los fallecidos ha certificado que la acusada invadió el carril contrario en una curva, momento en el que colisionaron. Dos vecinos de la zona también han dicho que poco antes del siniestro vieron pasar por la carretera el coche de la procesada a "demasiada velocidad".

En la misma sesión ha declarado una mujer que se cruzó con la acusada poco antes de los hechos, cuando se disponía a cruzar un paso de peatones y el BMW de la procesada pasó a gran velocidad y sin parar. La mujer ha dicho que, con anterioridad, ella y un familiar ya habían vivido otro episodio en el que la mujer invadió su carril de circulación. "Casi nos embiste", ha dicho ante el jurado.

"Consciente de lo que hacía"

La sesión la ha abierto una de las médicos forenses que realizó el informe de imputabilidad de la acusada, que ha afirmado que era "conocedora de sus actos" y "consciente de lo que hacía" en el momento de los hechos. "Era consciente de que no podía conducir bajo los efectos del alcohol", ha explicado la testigo, que ha añadido que el tipo de trastorno que padece -adaptativo mixto-- es "muy común" como respuesta a una "situación de estrés", pero no afecta a la capacidad de tomar decisiones.

De su historial psiquiátrico, la forense ha asegurado que refleja que "toma alcohol desde su infancia" y realiza consultas "irregulares", así como poca constancia en su medicación.

Al mismo tiempo, ha mencionado una anotación que realizó una de sus psiquiatras en su historia clínica diciendo: "insisto en la necesidad de abstinencia absoluta", en relación a la necesidad de no mezclar los fármacos pautados con alcohol.

Al concluir la sesión también se ha dado lectura al informe forense, que recoge que la conducción de la acusada debía de estar afectada esa jornada, dado el nivel de alcohol en sangre junto con los fármacos que tomaba. No obstante, añade, la capacidad de conducción estaría "igualmente alterada" si no hubiese consumido alcohol, dado que la medicación pautada provocaba "somnolecia".

Otros testigos

En la segunda sesión de este juicio ha declarado también el agente de la Guardia Civil que realizó el atestado del accidente, que ha certificado que la acusada invadió con su vehículo el carril contrario de circulación y, de echo, llegó a colisionar contra una barandilla ubicada en ese sentido de la marcha. El mismo agente, que ha mostrado al jurado fotografías de la zona, ha asegurado que la curva "no es peligrosa si se toma a una velocidad adecuada".

Por su parte, por videoconferencia ha intervenido el grupo de reconstrucción de accidentes de la Guardia Civil en Madrid, que han estimado que el vehículo de la procesada viajaba a una velocidad superior a los 130 kilómetros por hora en el momento de la colisión.

En la sala han comparecido como testigos dos de los hijos de la acusada, que han explicado que el día de los hechos percibieron que ella "se encontraba mal" y "mareada", por eso le recomendaron que se tumbase a dormir.

El mayor de los hijos de la mujer dijo al mediano que escondiese las llaves del coche para que "no anduviese por ahí", dado que la veía en mal estado y ha reconocido que vio a su madre en varias ocasiones ebria. No obstante, tanto él como su hermano han asegurado que, cuando ellos viajaban en el vehículo, su madre conducía "con normalidad" y "respetando los límites de velocidad".

Ante el tribunal, han narrado que la mujer fue víctima de malos tratos por parte de su exmarido, que llegó también a agredir al hijo mediano, y han fijado en el momento de su separación, en torno al año 2017, la aparición de sintomatología ansiosa y depresiva que llevó a la mujer a la consulta del psiquiatra y a recibir medicación. El accidente, ha expicado uno de sus hijos, la dejó "destrozada". "Si ella venía mal, el accidente acabó destrozándola", ha narrado el otro.

Finalmente, ha prestado declaración la camarera de un local de hostelería de Ribeira que asegura que atendió a la acusada el día del accidente, algo que ella negó en su declaración este lunes. En concreto, la mujer ha dicho ante el jurado que la procesada entró sola en el restaurante y pidió "un vino", que ella no le sirvió porque consideró que "no estaba bien para seguir consumiendo alcohol". "No se le entendía muy bien cuando hablaba", ha dicho.

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