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Sylla Sarr: "Ser el rey Baltasar es mucha responsabilidad"

Llegó de Senegal hace 22 años y su primer trabajo, tras conseguir la residencia, consistió en pintar los nichos en Feáns. Ahora trabaja en una escuela de negocio y la tarde del 5 de enero siempre la tiene muy ocupada
Baye Abdou Sylla Sarr
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Baye Abdou Sylla Sarr
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Se quedó prendado de A Coruña. La ciudad herculina le traía recuerdos de Yoof, la localidad senegalesa de la que procede. Baye Abdou Sylla Sarr es un gran trabajador. Llegó a A Coruña con la intención de visitar a un amigo, pero la ciudad lo enamoró. 22 años después, Sylla continúa el idilio con la ciudad.

Estudió Económicas en Dakar y era el secretario general de la casa de la juventud cuando en 1998 lo mandaron a Lisboa al Festival Mundial de la Juventud. "Decidí aprovechar los días que me quedaban de visado y visitar un poco Europa. En cada país europeo tengo algún conocido, familiar o amigo. Al final vine a A Coruña porque tengo aquí un primo. A los dos días me enamoré de la ciudad y me quedé aquí", confiesa.

Su primer trabajo consistió en pintar los nichos del cementerio de Feans. Ahora trabaja en la escuela de negocios IFFE y la tarde del 5 de enero siempre está muy ocupado.

"Me enamoré de la ciudad"

¿Cómo llegaste a A Coruña?

Yo vengo de Dakar, en Senegal, de un pueblo pesquero llamada Yoff. En el 98 me vine a Portugal como miembro de la delegación de mi país para participar en un festival mundial de la juventud. Me obligaron a ir a Portugal, a Lisboa.

De Lisboa a A Coruña.

Al terminar las actividades en Lisboa decidí aprovechar los días que me quedaban de visado y visitar un poco Europa. En cada país europeo tengo algún conocido, familiar o amigo. Al final vine a A Coruña porque tengo aquí un primo. A los dos días me enamoré de la ciudad y me quedé aquí.

"A los dos días me enamoré de la ciudad y me quedé aquí"

¿A los dos días?

Sí, a los dos días. Yo venía de un pueblo pesquero y A Coruña me recordaba mucho a él. Dakar es una península como A Coruña.

¿Te atrapó la ciudad?

Sí. Aquí estoy muy a gusto, me siento uno más.

¿Qué es lo que más te gusta de A Coruña?

El aire puro, la brisa marina fue lo que primero me atrajo; la gente es abierta, amable. Además, aquí se come muy bien, así que aquí me quedo.

"Me siento un coruñés más"

¿Cómo han sido estos últimos veinte años?

Una vida. Es una vida porque en 21 años viví de todo. Fueron años intensos laboralmente, personalmente, socialmente. Años de alegría, tristeza. Lejos de la familia, la morriña está ahí. Busqué mi hueco aquí y me siento como uno más, pero la morriña siempre está ahí. Hay un punto que se despierta cuando hablamos del pasado, pero aquí estoy a gusto. Estoy como en mi patria.

¿En qué trabajas?

Estoy en la escuela de negocios IFEE, trabajo en coordinación académica. Tenemos muchos másteres y trabajó allí desde hace cinco años, anteriormente trabaje en otra escuela de negocios y también en la universidad. Además, daba clases particulares de francés antes de conseguir la tarjeta de residencia y de trabajo; actividad que sigo desarrollando de forma puntual…

¿Y antes a qué te dedicabas?

Trabajé durante siete años en Vegalsa. Empecé como operario en pescadería, después me pasaron a facturación y al departamento de compras de productos no perecederos. Esta experiencia me marcó mucho, fueron muchos años con la misma gente, eran como mi familia. También trabajé como intérprete y traductor en los juzgados, y hasta hice de actor en un cortometraje de Jorge Coira e Isabel Blanco.

Pintar nichos en Feáns, su primer trabajo

¿Y cuál fue tu primer trabajo?

Mi primer trabajo con papeles consistió en pintar los nichos de Feáns. Al no tener papeles cuando llegué costaba encontrar trabajo, pero a los dos años me dieron los papeles y conseguí regular mi situación.

La tarde del 5 de enero la tienes muy ocupada

Sí, el 5 de enero es un día único en el año. Es un día en el que recargo las pilas porque los niños brindan una energía positiva y una ilusión que me llena el cuerpo. Voy guardando su energía para poder aguantar todo el año. (risas). Este trabajo no tiene precio, no puedes encontrar una satisfacción tan inmensa.

"El 5 de enero recargo las pilas con la energía positiva que desprenden los niños"

La ilusión de los niños

La cabalgata el año pasado

Antes de recalar en España, ¿conocías la tradición de los Reyes Magos?

Fue toda una sorpresa. Yo escuchaba hablar de los Reyes Magos pero no sabía el escenario en el que estaban. Al principio preguntaba mucho a la gente. En cuanto llegué ya hice de rey mago en Friol (Lugo) y después lo hice por otros municipios de Galicia. Así iba conociendo la cultura.

Entonces, ¿no sabias quién era el rey Baltasar?

No, yo preguntaba a la gente hasta que vi que era algo muy importante para los niños. Vi que era algo muy arraigado aquí. Es un compromiso, es mucha responsabilidad. Ver a los niños que desprenden tanta ilusión en sus ojos es algo único.

¿Cuántos años llevas repartiendo ilusión? 

En Galicia, 21, desde que llegue; y en A Coruña llevo 19 años. Ya casi es mi profesión vitalicia (risas).

Este año, ¿vendrán cargados los reyes?

Como siempre decimos: Hay que potarse bien, del resto nos encargamos nosotros (risas)

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