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Ruta por la asombrosa Costa Ártabra de A Coruña

Recorrer la Costa Ártabra es sumergirse en una de las zonas más sorprendentes y desconocidas de Galicia. Tierra de acantilados, faros, pueblos marineros y playas salvajes, el viajero que se adentre en ella se sorprenderá con todo lo que ofrece
Cabo Ortegal.
Cabo Ortegal.
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En el norte de la provincia de A Coruña, concretamente en el Cabo Ortegal, nace una zona de Galicia, la Costa Ártabra, que es posiblemente de las menos visitadas de la comunidad. Sin embargo, conviene prestarle atención y recorrerla con calma para disfrutar de sus muchos encantos, que nos conducen por su abrupta costa (una de las más recortadas del litoral español y por tanto llena de curvas) hasta acabar en la localidad marinera de Mugardos. 

Faro de Ortegal

Nuestro recorrido comienza en El Cabo Ortegal, que hace de límite occidental del Golfo de Vizcaya y de barrera imaginaria entre el océano Atlántico y el Mar Cantábrico. Ortegal es el segundo cabo más septentrional de la Península Ibérica, sólo superado por Estaca de Bares, que queda muy próximo. 

Las vistas desde Ortegal son impactantes e infinitas. Al frente los tres peñascos conocidos como Os Aguillóns, famosos por sus percebes; al este, habitualmente bañado por la niebla de la zona, Estaca de Bares; al oeste, Punta da Lima y los acantilados de Vixía Herbeira

Cariño

Pueblo de Cariño

Seguimos hasta el pueblo de Cariño, situado a pie de mar como todos los de esta comarca costera, nacido alrededor de las fábricas de salazón de pescado y con su zona vieja declarada "zona singular". Un paseo por su puerto y sus playas nos llevará por una Galicia poco turística y escasamente explotada. Por la auténtica Galicia marinera. 

De Cariño a otro de los pueblos emblemáticos de esta peculiar costa, famoso por sus leyendas y sus romerías, y con el mejor enclave que pudiera desear, la Serra da Capelada: los acantilados de Vixía Herbeira, los más altos de la Europa continental. Allí, en un escenario de vértigo, con no más de media docena de casas de piedra y un pequeño santuario encontramos San Andrés de Teixido, ese pueblo que todos los gallegos hemos visitado con padres y abuelos al menos una vez en la vida, porque a San Andrés de Texido, "irás de morto se non vas de vivo". 

Acantilados de Vixía Herbeira

En esta zona comienza una "ruta dentro de la ruta", que nos llevará por los mejores miradores de la zona, Teixidelo, Os Carrís y Chao do Monte, además de regalarnos la única playa de arena negra no volcánica del mundo: la Playa de Teixidelo. 

Punta Candieira

Punta Candieira

A un paso, Punta Candieira y su faro, en una costa agreste poblada de pequeños islotes conocidos como Galos da Gandeira. Continuamos camino hasta Cedeira, uno de los núcleos de población más importantes de esta comarca cuyo casco urbano se divide a ambos márgenes del río Condomiñas. Un casco antiguo amurallado donde dejaron su innegable huella varias de las familias nobles más importantes de Galicia, entre ellos los Andrade. 

Al final del puerto de Cedeira, en Punta Sarridal, otro imprescindible, se alza el Castillo de la Concepción, en definitiva sus restos, convertidos en uno de los mejores miradores turísticos de la localidad. 

La costa de Ferrolterra

Los alrededores de Cedeira y Valdoviño nos sorprenden con algunas de las playas más espectaculares de nuestra tierra, desde su arenal urbano hasta la surfera Pantín, pasando por Vilarrube y la misma Valdoviño. Faros no faltan en la Costa Ártabra, como el de Meirás en Punta Frouxeira, junto con la Capilla de Nosa Señora do Porto, donde los más puristas quizá finalizarían esta ruta. 

Playa de Vilarrube

Nosotros continuaremos nuestra aventura costera hasta llegar a otra de las playas preferidas por los surfistas, Doniños, pero antes hacemos parada obligatoria en Cabo Prior y su faro para admirar, si la constante neblina lo permite, el mar abierto en todo su esplendor. 

Pasamos el enclave militar del Castillo de San Felipe y, sin detenernos en la urbana Ferrol, finalizamos la ruta, ya sí, en la bella población de Mugardos, disfrutando de su peculiar paseo marítimo protagonizado por su llamativa barandilla de madera, de su escondida playa de Bestarruza o de un buen pulpo en alguna de sus tabernas. 

Mugardos

La Costa Ártabra acaba aquí, aunque hay quien la prolonga hasta Malpica, comienzo de la Costa da Morte, pero en esta ruta hemos querido destacar sólo aquellos imprescindibles que no hay que perderse en un recorrido por uno de los litorales más abruptos y auténticos de Galicia. 

Emma Sexto

https://unmundoinfinito.com/

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