Rincones de Galicia: Manzaneda, uno de los emblemas montañosos de Ourense
La naturaleza cobra gran importancia en Manzaneda, que está limitada por el curso del río Bibei al este, en zona de valle, y al sur por por las cumbres de Serra da Queixa, donde la montaña comienza a ganar altura hasta culminar en Cabeza Grande de Manzaneda, con 1.778 metros de altitud.
Tanto Serra da Queixa como Cabeza de Manzaneda son las máximas altitudes del Macizo Central Ourensán del que forman parte, declarado LIC - Lugar de Interés Comunitario, donde cientos de aves de montaña tienen aquí su mejor refugio.
La montaña ha marcado desde siempre la vida de los habitantes de Manzaneda, que se dedican principalmente a la agricultura y la ganadería, pero también al cultivo de la vid, algo que se aprecia a simple vista en cualquier paseo por la comarca, en la que a menudo encontramos bancadas con viñas que parecen trepar por sus laderas.
Los castaños son otro de los elementos naturales que contribuyen a revitalizar la economía de Manzaneda, con pequeñas empresas que clasifican y envasan castañas en fresco, uno de los productos alimenticios típicos de la gastronomía ourensana. Manzaneda no sólo es conocida por ser un enclave donde se disfruta de la nieve en temporada, si no también por sus fiestas populares, entre las que destaca, como en toda la provincia de Ourense, su Entroido, protagonizado aquí por el “folión” y la “mázcara”.
Manzaneda, única estación de invierno de Galicia
Debido a su particular situación montañosa y su duro clima invernal, Manzaneda es una de las zonas más frecuentadas por los amantes del esquí y los deportes de invierno y el principal motivo es la Estación de Montaña de Cabeza de Manzaneda, la única de Galicia, que últimamente está bajo mínimos por la escasez de nieve en la zona, que trata de compensarse con nieve artificial.
Pese a las actuales restricciones y a la ausencia de nieve, la estación está acondicionando en la actualidad las pistas de su Manzaneda Bike Park para BTT, donde se celebran circuitos de montaña en bicicleta.
Conociendo Manzaneda a pie
A menos de 2 kilómetros caminando desde el núcleo urbano de Manzaneda se halla uno de los espacios naturales de mayor interés del municipio. Es el Souto de Rozavales, donde se encuentra el castiñeiro de Pumbariños, famoso por sus 12,15 metros de perímetro y sus más de mil años de antigüedad. Junto a su milenario tronco se han colocado bancos para observarlo, como si de una obra de arte se tratara, además de contemplar a las numerosas aves silvestres que dependen de la zona de castaños.
Nada mejor que conocer a pie otros de los lugares de interés paisajístico y etnográfico que la naturaleza nos brinda en Manzaneda, siguiendo la Ruta dos Curros, que nos acerca a la vida del pastoreo en época estival.
Otras rutas recomendadas son la PR-G 137 Ruta dos Soutos de Cesurís, que se adentra en el Macizo Central para llevarnos durante 10 km por uno de los parajes más desconocidos, y a la par bellos, de Manzaneda. Es este el perfecto escenario para participar en “A Rebusca”, la recolección de castañas que tiene lugar en los meses de octubre y noviembre para hacerse con este delicioso y tradicional fruto de los árboles.
Para senderistas más avezados queda la PR-G 138 Ruta Val do Glaciar de Prada, que durante algo más de 15 km se alarga por el curso del río Requeixo y nos permite contemplar el Glaciar de Prada, que sometió a estas montañas de la Serra de Queixa y también a O Invernadeiro a un fuerte proceso de abrasión glaciar hace más de diez mil años.
Un paseo por el patrimonio histórico de Manzaneda
La riqueza arquitectónica e histórica del municipio de Manzaneda se concentra en gran parte en su villa medieval del mismo nombre, donde han diseñado todo un itinerario turístico para que el visitante no se pierda ninguno de sus monumentos.
En realidad, la villa de Manzaneda y su estructura se corresponden casi al completo con una fortaleza medieval que alberga en su interior los restos de su esplendor de antaño. La primera edificación reseñable que encontramos en ella es la Cárcere dos Sarmiento, antigua cárcel que perteneció al castillo.
Los restos de este castillo, en la parte alta del casco histórico, hacen hoy de idílico mirador sobre la villa. Hay que hacer un gran esfuerzo para imaginar que sobre ellos se alzó un gran baluarte defensivo, pues sólo quedan algunos vestigios de la barbacana posteriores al s. XV y algunas columnas y capiteles dispersos.
Otras huellas del pasado de Manzaneda son sus murallas, en las que podemos cruzar la Porta da Vila y abandonar el centro histórico en la Porta de Baixo, puerta de salida de la localidad.
Además de otros edificios relevantes de su pasado medieval, como la Torre dos Barcia o sus casas tradicionales, dejando el núcleo de población de Manzaneda el municipio ofrece construcciones tan interesantes como la Igrexa de Santa María de Cesurís (zona de paso del Camino de Santiago), barroca del s. XVIII pero construida sobre una base románica del s. XI; o la Igrexa parroquial de San Miguel de Bidueira, una joya barroca del s. XVIII conocida por los vecinos de la zona como la “catedral das Terras de Manzaneda”.
En esta misma población, San Miguel, se puede visitar el Museo do Liño, donde se expone una gran colección de aperos utilizados para la elaboración artesanal del lino y se puede ver la planta en sus distintas fases del tratamiento artesano.
Cómo llegar a Manzaneda
Manzaneda se encuentra a 220 kilómetros de A Coruña por carretera, a 119 de Lugo y a 178 km de Vigo. La mejor manera de llegar es tomando la A-6 dirección Lugo, para desviarnos a la nacional LU-546 a la altura de Bóveda, seguir hasta Quiroga por la LU-933N y enlazar con la OU-536 hasta A Pobra de Trives, municipio que linda con Manzaneda y en el que también hay interesantes lugares que ver.
Emma Sexto
