Nueve años del accidente de Angrois: una noche trágica que aun espera justicia
La noche de la gran fiesta del Apóstol en Compostela siempre se respira un clima festivo que precede a la celebración del Día de Galicia.
El 24 de julio de 2013 el tren Alvia 04155, en el que viajaban 218 pasajeros y 6 tripulantes, realizaba un trayecto rutinario con punto de partida Madrid y destino Ferrol. Esa tarde dicho convoy entró en la curva de A Gandeira (Angrois) a 191km/h, duplicando la velocidad máxima permitida en ese tramo.
El maquinista del tren accionó el freno de emergencia y como se pudo ver en las cámaras de seguridad del lugar los trece vehículos que componían el tren descarrilaron.
De las personas que iban en el interior 144 resultaron heridas y 80 perdieron la vida en esa curva situada a pocos kilómetros de la estación de tren de la capital gallega, que ultimaba los detalles para la noche grande del Apóstol.
Así, un día que se preveía como festivo se tornó en tragedia.
El 24 de julio de 2013 Compostela estaría despierta toda la madrugada, pero esa vez no sería por los fuegos, los brindis o las celebraciones. La confusión, el sonido incesante de las ambulancias y la tristeza que reinó esa noche marcaría un antes y un después en los corazones de todos los que cada año seguimos recordando durante estas fechas a esas personas que perdieron su vida en aquella curva.
El pueblo gallego siempre a la altura de las circunstancias
La noticia tardó menos que nada en llegar a la capital e inmediatamente el Ayuntamiento de Santiago de Compostela suspendió los actos programados para las fiestas; ya no había absolutamente nada que celebrar.
Los servicios de emergencia pidieron a los ciudadanos la colaboración. Pero lo cierto es que no habría hecho falta, pues si algo nos caracteriza al pueblo gallego es la disposición para ayudar, siempre, a los demás.
A pesar del shock que produjo la catástrofe, la ayuda fue instantánea y masiva. Probablemente la mayoría no sabía cómo actuar ante la situación que se les presentaba en la denominada "zona cero", pero tenían algo importante: buena intención.
Los ciudadanos rescataron a supervivientes que estaban atrapados entre los vagones, llevaron agua y mantas para los heridos, acompañaron con palabras cálidas a todas aquellas personas desorientadas... De hecho, los vecinos de Angrois consiguieron salvar la vida de muchas personas gracias a su rápida actuación en medio del caos.
Por supuesto, fue imprescindible la labor de los servicios de emergencia, seguridad y sanitarios.
También se habilitaron números de teléfono especiales para los familiares de los pasajeros, se pidió la limitación del uso de la red para no colapsar la cobertura y se hizo un llamamiento a la ciudadanía para donar sangre en una carpa extraordinariamente improvisada en la zona del campus que, minutos antes del desastre, se preparaba para acoger un macro botellón juvenil.
Un pasado y un presente dolorosos
Tras el accidente, la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF) inició una investigación para tratar de esclarecer las causas del mismo. El informe final concluiría que como motivos el error humano del maquinista por despiste y exceso de velocidad.
Más tarde, la Agencia Ferroviaria de la Unión Europea emitió un informe encargado por la Comisión Europea en el que concluyó que la investigación realizada en España por la CIAF no fue independiente, que en ella no se abordaron elementos importantes y que además Renfe Operadora y Adif formaron parte del equipo de investigación de un caso del que eran protagonistas. Se reclamó entonces llevar a cabo una investigación exhaustiva independiente del accidente de tren.
Durante casi una década, el caso se ha abierto y cerrado en varias ocasiones con diferentes imputados, posible ocultación de informes, acumulación de retrasos y un montón de cuestiones sin resolver. De hecho a día de hoy, las víctimas siguen reclamando justicia y para este fin de semana la Asociación Plataforma Víctimas Alvia 04155 ha convocado diferentes actos.
Un futuro sin resolver: juicio en octubre de 2022
Será en octubre de 2022 cuando finalmente arranque el juicio por dicho accidente, que comenzará el 5 de octubre y se dilatará hasta junio de 2023 en la Cidade da Cultura.
Durante este proceso está prevista la comparecencia de más de 700 testigos y peritos. Además, se sentarán como investigados el maquinista del tren, Francisco Garzón, y el que era el director de Seguridad en la Circulación de Adif en el momento de puesta en funcionamiento de la línea, Andrés Cortabitarte.
Las víctimas sostienen que una justicia lenta no es justicia y recuerdan que algunas víctimas y familiares han fallecido a lo largo de estos años. Por ello, señalan que para algunos ya nunca se hará justicia.
