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"No se dio a la pandemia la importancia que tenía": el día a día en una farmacia coruñesa

Las hermanas Isabel y Beatriz Peñalver pasan la cuarentena detrás del mostrador de su farmacia solucionando dudas y desmintiendo bulos sobre el coronavirus a la vez que realizan entregas a domicilio de medicinas a personas que pertenecen a grupos de riesgo
Las hermanas Peñalver en la farmacia familiar en A Coruña.
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Las hermanas Peñalver en la farmacia familiar en A Coruña.
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Isabel y Beatriz Peñalver trabajan en la Farmacia Peñalver de A Coruña, un negocio familiar que abrió sus puertas hace más de ocho décadas y que en 1996 fue adquirido por su padre a una farmacéutica amiga de su madre. La farmacia sigue prestando servicio a los clientes que lo necesiten desde que comenzó la cuarentena y ambas coinciden en que "al principio a la pandemia no se le dio la importancia que requería". Las hermanas aseguran que cuando estudiaban en la facultad nunca se hubieran imaginado estar trabajando en un momento de crisis sanitaria como el actual pero aseguran que "aunque estemos viviendo una pesadilla, todos estamos aprendiendo de esto y quedará guardado en nuestra memoria para siempre". Ellas siguen con su rutina diaria detrás de el mostrador de la farmacia con cambios sustanciales como las mamparas protectoras y los guantes y mascarilla que ya forman parte de su uniforme.

Las Peñalver afirman que desde el decreto del estado de alarma e incluso antes "se vive una inquietud grande entre los pacientes que atienden" y cuentan que hace semanas prestaban servicio con la puerta abierta, pero cuando empeoró la situación y fue aumentando progresivamente el número de contagios tomaron la decisión de trabajar a puerta cerrada y a través de un torno para preservar la seguridad de los clientes y la suya propia. "Tuvimos varias situaciones de pacientes positivos (algunos de ellos asintomáticos) que no tomaban las medidas requeridas y por eso cambiamos la manera de trabajar. Ahora si se forman colas indicamos a los clientes que mantengan un metro y medio de distancia entre ellos y después de cada dispensación nos desinfectamos las manos con el gel hidroalcohólico y nos cambiamos los guantes frecuentemente", describen.

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Otras medidas sanitarias que llevan a cabo por prevención son lavarse las manos con agua y jabón tras cada cambio de guantes, realizan los pagos con tpv para minimizar los riesgos que existen si se tocan las monedas y delimitaron la zona de mostradores. "Aconsejamos a los pacientes desde el comienzo de esta situación que saliesen de casa sólo para lo estrictamente necesario e incluso en los casos de personas muy mayores o grupos de riesgo estamos autorizadas a llevarles la medicación a casa", cuentan al mismo tiempo que reconocen que "la gente es más consciente y cumple más las medidas de seguridad".

Las coruñesas cuentan que cuando se inició el estado de alarma "hubo afluencia masiva para aprovisionarse de todo tipo de productos de
protección y desinfección como alcohol, gel hidroalcohólico, guantes, mascarillas, y termómetros" además de medicinas principales como paracentamol o ibuprofeno. "Cuando se decretó el confinamiento
se redujo bastante la afluencia"
, dicen. Sobre el riesgo de contagio que corren a diario en su trabajo, ambas se muestran muy conscientes de ello y explican que "intentan minimizarlo dentro de las posibilidades" pero sostienen que "su obligación es estar al pie del cañón" a la vez que les llena especialmente poder ayudar a la gente en estos días más complicados y se sienten afortunadas.

Servicio a domicilio y resolución de dudas

A raíz de la resolución del 21 de marzo del Colegio Oficial de Farmacéuticos de A Coruña de posibilitar la entrega a domicilio de medicamentos y productos sanitarios a población vulnerable como personas dependientes o con pérdida de autonomía que no tengan apoyo familiar o profesional así como personas susceptibles de sufrir complicaciones derivadas de la infección por coronavirus, la farmacia Peñalver decidió ofrecerse a ayudar a hacer llegar los medicamentos a los clientes que se lo soliciten por vía telefónica.

A su vez, un aspecto clave de su labor es la resolución de dudas de las personas que acuden a la farmacia sobre el coronavirus, ya que admiten que han recibido preguntas de todo topo. "Una tarde vino una señora a por unas mascarillas para su nieto que dijo que iba en clase con un niño chino. Le pregunté si había viajado recientemente a China y me contestó que el pequeño era adoptado, el miedo es libre", afirma Beatriz a la vez que recuerda cómo intentó tranquilizar a la gente que acudía aellas preguntando cosas que leyeron sobre la enfermedad que resultaron ser bulos o noticias falsas que circulaban por las redes sociales y Whatsapp, como por ejemplo si era verdad que "el Ibuprofeno y los antihipertensivos empeoraban el pronóstico de la enfermedad o si la desinfección era mejor con un producto u otro".

"Siempre intentamos tranquilizar a los clientes, aclararles todas las dudas y recomendarles fuentes fiables donde encontrar información adicional. En una farmacia es vital estar actualizados y correctamente informados ya que eso te permite ir un poco por delante de lo que está sucediendo y saber qué responder en cada momento", aseguran. A su vez, las redes sociales de la farmacia son para ellas una herramienta más de trabajo ya que en estos días difíciles hicieron uso de ellas desde el primer momento porque "la información en un inicio no era muy clara".

"Creo que la mayoría de las personas trataba de comparar al Covid-19 con la Gripe común y de esta forma la gente se tranquilizaba y decía la típica frase de nuestra tierra “maloserá”. Cuando empezó a empeorar la situación en Italia ya asumimos que en España era inminente y empezamos con nuestra educación sanitaria de cara al público y vía redes sociales", dice Beatriz, a lo que su hermana añade que "había gente que escuchaba más y otra menos, pero nosotras siempre intentábamos pararnos con cada paciente y explicarle cual iba a ser la situación o qué medidas debían tomarse".

Además de estar arriesgándose día a día al contagio para acudir a la farmacia, las hermanas están alejadas de su familia, ya que su hermano mayor vive en Suíza y sus padres no salen de casa porque tienen más de 60 años y su progenitor forma parte de un grupo de riesgo por una patología que sufre que conlleva la correspondiente medicación."Nosotras somos quiénes hacemos la compra y las gestiones inherentes a la farmacia. Gracias a las nuevas tecnologías solemos hacer un Skype casi todos los días con nuestra familia así que por ahora la distancia la llevamos bien", aseguran a la vez que quieren transmitir un mensaje de confianza: "si cumplimos las normas que las autoridades sanitarias han impuesto de esta guerra contra el coronavirus salimos y con medalla", afirman esperanzadas.

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