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Mico Rabuñal, el artista coruñés que convierte la piedra en un objeto realista y detallado

Este escultor natural de Arteixo trabaja el granito, el mármol y la piedra caliza hasta obtener obras comprometidas con las que demuestra que el arte es capaz de transformar en algo físico pensamientos o sentimientos
El artista coruñés Mico Rabuñal con su obra 'Forward or reverse'.
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El artista coruñés Mico Rabuñal con su obra 'Forward or reverse'.
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Tallar la piedra hasta convertirla en un objeto totalmente realista y con el mínimo detalle de lo que se representa. Esto es lo que hace Mico Rabuñal, un artista de Arteixo (A Coruña) que se formó en la escuela Pablo Picasso de A Coruña como técnico superior en escultura entre 2002 y 2004. Fue en este centro, precisamente, donde descubrió su pasión por la talla de la piedra, afición que ahora se ha convertido en su oficio.

Las prácticas laborales las realizó en una empresa de cantería donde aprendió diversas técnicas de trabajo y, con el paso de los años, evolucionó técnicamente hasta que en 2010 se instaló en su casa-taller en la aldea de Figueroa, en el municipio arteixán. El alpendre marcó un antes y un después en su carrera: aquí es donde da rienda suelta a su creatividad este artista que siempre se ha fijado en los grandes clásicos ("la mayor escuela que existe") pero que también se siente atraído por la obra de Gustav Vigeland, Francisco Leiro y Bruno Walpoth, entre otros.

El proceso creativo de Mico Rabuñal

Rabuñal trabaja granito, mármol y piedra caliza, aunque también realiza obras en bronce y otros materiales si el encargo lo requiere. "La elección del material en las composiciones se debe a la exigencia de los matices de textura. Si necesito mayor realismo, utilizo mármoles o calizas y cuando puedo insinuar más sin llegar a un realismo tan extremo, utilizo el granito", explica el artista, que indica que le exige "lo máximo al material", hasta el extremo de la rotura en los pliegues.

El trabajo que desarrolla este arteixán es "sucio y ruidoso", pero con él consigue crear objetos sorprendentemente realistas dentro del estilo Pop gracias a una técnica perfeccionada con la práctica. Las piezas que talla son únicas: no existe la reproducción en serie y aparecen a base de darle forma al material de forma directa. ¿Su inspiración? Los temas de actualidad y los comportamientos humanos.

"Vivimos en una sociedad de consumo feroz donde los objetos o cosas han adquirido un valor a veces por encima de lo humano, hay un culto por lo material demasiado extremo. Por eso me gusta retratar esos objetos dotándolos de connotaciones humanas: es más fácil retratar perfiles humanos identificativos a un grupo variado políticamente o de clase social mediante un objeto común para todos", explica Rabuñal.

Obras estéticas y comprometidas

Las obras de este escultor coruñés están clasificadas en dos series. La primera es más estética, dirigida a las ventas, y en ella suele jugar con los tótems como hizo con los caramelos o la gilda. La segunda es comprometida políticamente, contiene cierta crítica social combinada con "un poquito" de humor e ironía. Un ejemplo es la obra sobre Superman que está en proceso de elaborar: "Es el traje de Superman doblado sobre una estructura de metacrilato transparente que simularía la silla de hielo que está en su casa. Es el descanso de Superman, como el que tiene cualquiera un domingo: la obra sería El domingo de Superman", explica el artista.

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Todas sus esculturas son especiales y consiguen que Rabuñal esté totalmente inmerso en ellas. Las escalas que suele utilizar, salvo excepciones, son 3:1 o 5:1, lo que significa significa que las obras son hasta cinco veces más grandes que el objeto a retratar. Este aumento se debe a que la talla a tamaño real de alguna de sus representaciones podría implicar la rotura del material. El coruñés, además, pinta las obras con materiales perdurables porque le "exigen el color".

Las ventas: directas o en galerías

Mico Rabuñal gestiona desde su Casa Taller la venta de esculturas a personas que lo conocen o siguen en redes sociales, pero trabaja además con la galería Furiosa Gallery de Madrid. Este espacio acogió una de sus exposiciones en septiembre y comercializa parte de su obra a través de la tienda online. El artista no descarta la realización de figuras por encargo. "Es una parte que tengo destinada a la escultura de oficio. Alguien viene con una idea o una inquietud sobre algo que quiere hacer y a partir de sus ideas desarrollo toda la composición", explica Rabuñal, que siempre intenta llevar las creaciones "un poquito" a su campo en el aspecto visual.

Hay mucha diferencia en cuanto al tiempo que una u otra figura puede necesitar desde el planteamiento de la idea hasta que está totalmente terminada, aunque suele llevar un mínimo de una semana e implicar hasta un año de trabajo. "Depende del material y del volumen, pero también del tiempo que pase la obra en el estudio, ya que puede que en algún momento varíe algo de lo que ya estaba diseñado", indica Rabuñal.

La plastilina y el dibujo fueron las primeras tomas de contacto de este arteixán con el arte, que se ha convertido en una necesidad y una forma de vida. Lo que más le atrae de esta disciplina es la oportunidad de exponer de forma táctil un pensamiento o un sentimiento, de convertir elementos abstractos en algo físico. "Creo que no hay nada que consiga esa magia", relata el escultor. La elección de la piedra como material, por otro lado, tiene un componente agradecido: "Va a durar mucho en el tiempo. Nosotros no estaremos y eso seguirá ahí, es un patrimonio que queda".

El arte no paró durante el confinamiento y no lo hará en el futuro. Rabuñal, sin ir más lejos, participará a finales de febrero en la Feria Urvaniti en Madrid junto con Furiosa Gallery. "Hay un movimiento artístico, esto continúa con las medidas", sentencia el artista coruñés.

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