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Más de 19.000 retuits para ayudar a la pollería El Corralito de A Coruña

El local situado en la calle Pontedeume mantuvo el servicio a domicilio durante la cuarentena, pero las ventas bajaron notablemente, según el propietario
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El Corralito de A Coruña reabre sus puertas al público después de haber estado cerrado durante la curantena, aunque mantuvo el servicio de reparto a domicilio en todo momento. Este establecimiento situado en la calle Pontedeume tiene mucha repercusión en la red social Twitter desde el lunes, donde una publicación de la hija del dueño supera los 19.100 retuits y 13.200 me gusta y ha sido comentada más de 370 veces.

@AinhoaLodemas pidió en la red social a los otros usuarios "hacer vuestra magia". La joven explica que su padre "lo está pasando bastante mal por la crisis del Covid" y comparte fotos del local, los productos y la carta. En apenas 24 horas, ya eran miles las personas que habían compartido la publicación y muchos los comentarios de apoyo a "un vecino que hace las cosas cien veces más ricas y cuidadas que las cadenas" de alimentación, según un usuario.

Abel Milá explica que "no ha dado tiempo" a que la gente lo llame después del existoso tuit de Ainhoa para hacer más pedidos de lo habitual, ya que además el local cierra los martes. Los productos que vende El Corralito son muy variados: croquetas, bocadillos, pizzas totalmente caseras, pollo asado, carne asada, costilla en salsa, codillos, callos, lentejas, ensaladilla, mejillones rellenos de bechamel y jamón... Una amplia variedad de comida casera que puede ser adquirida con reserva previa. "Utilizamos las redes sociales para darnos a conocer, no hacemos pedidos a través de ellas sino a través del teléfono", aclara el dueño del negocio. De hecho, Milá agradece a localaiz haberle hecho una página web.

Desde que se decretó el estado de alarma y hasta el cambio a la fase 1 de la desescalada, el local estuvo cerrado al público, pero Milá decidió mantener el reparto a domicilio y reducir la jornada, abriendo hasta las 15.00 horas. Sin embargo, la carga de trabajo disminuyó notablemente y con ella, los ingresos.

"Es un local muy pequeñito en el cual respetando la distancia de seguridad, coje una persona dentro y la otra queda en la entrada. Hago una limpieza muy estricta, uso guantes que lavo tras cada servicio y tengo el gel de desinfectante a disposición tanto del cliente como mía", explica el gerente de El Corralito. Al igual que "todos" los establecimientos que empiezan a abrir con la flexibilización en el estado de alarma, Milá espera que las ventas aumenten para recuperarse poco a poco.

Milá explica que el restaurante estuvo cinco años cerrado, después de que su antigua dueña lo dejase tras pasar "45 años asando pollos". El actual propietario lo adquirió hace un año y medio y ahora quiere dar a conocer el servicio que ofrece, de ahí la iniciativa de publicar en Twitter o abrir una cuenta en Instagram (@elcorralitocoruna). Una forma actual de promocionar la comida tradicional.

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