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Los pasajeros del bus de A Coruña se quitan la mascarilla poco a poco: "Ya teníamos ganas"

Una gran parte de los usuarios del bus urbano e interurbano han decidido prescindir del cubrebocas, mientras que otros lo mantienen por precaución. "Somos de mucho riesgo", explica un matrimonio de 95 años
Un autobús en la parada del Obelisco de A Coruña.
López
Un autobús en la parada del Obelisco de A Coruña.
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La mascarilla ya no es obligatoria en el transporte público. Una noticia que la gran mayoría de los usuarios de A Coruña ha celebrado hoy subiéndose al autobús sin ella, mientras que otros ciudadanos prefieren ser más cautos.

Es el caso de una pareja de 95 años (ambos cumplirán 96 en abril) que espera por el bus urbano en la plaza de Ourense. "La seguimos usando porque somos de mucho riesgo", explica este matrimonio que ayer celebró los 72 años de casados y que tampoco se quita el cubrebocas para ir a hacer la compra.

Tres generaciones esperan el bus en el Obelisco. Las tres irán harán sin mascarilla el primer trayecto que realizan tras la modificación del real decreto aprobada ayer en el Consejo de Ministros. "Ya teníamos ganas de poder quitarla", explica Raquel López.

Ellas lo tienen claro, pero hay otros usuarios del transporte público que todavía dudan al subirse al autobús. Algunos de ellos preguntan antes de entrar si pueden hacerlo sin llevar el cubrebocas, y otros se suben con él y se lo quitan a mitad de trayecto, al ver que tras casi tres años es posible hacerlo.

Las dudas fueron mayores a primera hora de la mañana, cuando muchos de los usuarios del autobús llevaban la mascarilla. La situación fue cambiando conforme pasaron las horas y este mediodía gran parte de los viajeros habían decidido quitársela.

Son las personas mayores las más reticentes a prescindir de este elemento protector. Lo hacen por precaución, ante el temor de contagiarse. Así lo explican Ángeles y María Veiga, que esta mañana llegaron desde Carral hasta A Coruña en taxi y que regresan en bus interurbano: una de ellas lleva la mascarilla y la otra, no.

"Ela non a quita por medo. Sei que ao mellor eu a debería levar, pero xa é demasiado o que me estorba, non son capaz de respirar", explica una de ellas, que lleva el cubrebocas colgado al cuello por si precisase ir a una farmacia, por ejemplo. "Se a teño que volver a poñer, indudablemente que o farei sen ningún tipo de problema. Pero se o podo evitar...", concreta esta usuaria del transporte público.

Ángela Amez se subió esta mañana al autobús con la mascarilla "por si acaso", pero después se la quitó y decidió, este mediodía, hacer el trayecto de vuelta ya sin ella. "Mucha gente mayor la seguía llevando pero prácticamente toda la gente joven no la tenía, tampoco la conductora", explica esta usuaria.

Precisamente, los taxistas y conductores de autobús recibieron con "satisfacción" esta noticia. La mayor parte de ellos, de hecho, han prescindido de la mascarilla, aunque alguno se muestra reticente a dejar se usarla: "Por ahora, no me la voy a quitar".

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