Los coruñeses de "Masterchef": Un entrenador personal y una vendedora de vestidos de novia
La nueva edición del conocido concurso de cocina de Televisión Española (TVE) Masterchef cuenta con dos gallegos entre sus filas. Se trata de los coruñeses Iván Mariñas y Sara Lúa Barreiro, que anoche se estrenaron en la pequeña pantalla con el objetivo de cumplir su sueño.
En el caso de Iván tiene 38 años y es entrenador personal. En el vídeo de presentación,en el que se puede observar la Torre de Hércules, sus amigos le definen como muy hablador y "un sabelotodo". Además de ser un amante del deporte y de la cocina, otra de sus aficiones es la pesca submarina "para buscar producto y después llevarlo a los fogones".
En la prueba que realizó en el programa, Mariñas relató a los jueces el motivo que le llevó a convertirse en entrenador personal. De esa forma, el coruñés que reside en Ourense, indicó que hace muchos años una chica saludó a todos sus amigos con dos besos menos a él, que por entones estaba gordito. Ese fue el punto de partida para comenzar a cuidarse, hasta el punto de que hoy en día su profesión está directamente vinculada con el deporte. Por si fuera poco, Iván confesó que años después esa misma mujer le intentó "meter ficha".
Su actitud y sus habilidades culinarias convencieron a los jueces del concurso, Samantha Vallejo, Pepe Rodríguez y Jordi Cruz, que tras probar su arroz meloso con carabineros con su orballo de mar le dieron un sí y le hicieron entrega del delantal blanco, que lo convirtió en concursante oficial. Un hecho que celebró junto a su novia Sandra, a la que indicó que debe su presencia en la octava edición del programa: "Sin ti no lo hacía", le dijo.
De "vender sueños" a cocinar en la tele
La otra coruñesa presente en en el espacio televisivo es Sara Lúa Barreiro de 33 años y encargada de una tienda de Rosa Clará. "Vendo sueños" dijo la joven que, de acuerdo con sus perfiles sociales, reside en Barcelona y trabajó anteriormente para otras firmas de moda como Gucci, Emporio Armani o la gallega Bimba y Lola. A pesar de vender vestidos de novia confesó que no se va casar. "Hay un montón de gente que se divorcia, yo no quiero" dijo la gallega, que lleva 12 años con su pareja.
Para la prueba de acceso al concurso optó por un plato de la tierra al que llamó Morriña, realizado con pescado y patata cocida. "Lleva hasta las algas del Orzán", dijo Sara Lúa. Sin embargo, no acabó de convencer del todo a los jueces. Samantha, le dio un sí, mientras que Jordi optó por el no. Por ello Pepe, que manifestó sus dudas, le hizo entrega de un delantal negro, pieza que simbolizó que su entrada en el concurso no era definitiva.
En la primera prueba grupal el que tomó las riendas de uno de los equipos, del azul, fue Iván, que a la hora de la fase de eliminación tuvo que decidir a qué concursante salvar. Fue entonces cuando tiró de orgullo koruño y eligió a Sara Lúa "compañera del Atlántico" para que continuase en el concurso. Asimismo, evitó la expulsión de otro concursante, Fidel.
De esta forma, los dos coruñeses son ya concursantes oficiales de la nueva edición del espacio en el que competirán junto a otros 15 cocineros por hacerse con el título del mejor.
