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Las salas de conciertos de A Coruña, en "situación crítica": "No sabemos si podremos continuar"

El panorama para este sector cultural se complica todavía más tras el toque de queda. Piden a las administraciones "oxígeno económico" para poder sobrevivir
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En cuestión de una semana dos salas emblemáticas de A Coruña anunciaron su cierre definitivo. A la bajada de persianas del Bâbâr Bar, se unía ayer el Forum Celticum, de O Burgo (Culleredo) que nos decía adiós tras casi 22 años ofreciendo música en directo.

Estos cierres generan "mucha frustración" entre los compañeros de un sector muy golpeado por las restricciones del coronavirus y que ahora, tras el establecimiento del toque de queda entre las 23.00 y las 06.00 horas, todavía afrontan con mayor preocupación su futuro. "No sabemos si podremos seguir adelante", afirma el programador de la sala Mardi Gras y miembro de la directiva de Clubtura, Tomi Legido.

"Sabemos que no podemos abrir en cualquier circunstancia. No nos vamos a suicidar, si no tenemos garantías de retorno", asegura Legido que, al igual que el resto de compañeros de salas de música, desconocen si podrán abrir a corto o medio plazo.

Ante un futuro incierto, demandan a las administraciones públicas, tanto nacionales como autonómicas y locales, que encuentren "fórmulas" para ayudar económicamente a este sector que, debido a las circunstancias sanitarias, no puede desarrollar su actividad.

Las ayudas económicas prometidas no llegan, y eso dificulta, y mucho, la supervivencia de estos pequeños locales de música. Algunos, como el caso del Bâbâr Bar y del Forum Celticum, se vieron obligados a bajar la persiana de manera definitiva. Otros, dice Legido, sobreviven gracias a tener licencia de cafetería. Pero su futuro no es mucho más prometedor.

El sector demanda "ayudas directas". Necesitan soluciones económicas que puedan percibir con carácter inmediato. De lo contrario, están abocados al abismo.

"Oxígeno económico"

Estos espacios, de carácter cultural, solo se mantienen con "oxígeno económico", asegura Legido, quien teme que de cara a 2021, o en el momento que las las salas puedan volver a estar operativas, no haya fondos económicos para invertir en programación.

Estas ayudas económicas tan necesarias para la supervivencia de estos locales de música podrían acelerarse si, en el caso de A Coruña, estos espacios culturales (junto con salas teatrales, librerías y galerías de arte) tuviesen la categoría de espacio de interés cultural y turístico, tal y como llevan años demandando al consistorio herculino. "Si tuviésemos ese reconocimiento, todo sería mucho más fácil", dice Legido.

Mientras la tempestad no amaine y las restricciones por el coronavirus sigan marcando nuestras vidas, estos espacios de música previsiblemente permanecerán con la persiana bajada. Sin música en vivo, sin cultura. Un auténtico "empobrecimiento social".

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