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Estudiantes de Santiago pagan alquileres sin clases presenciales por no haber sido avisados

Hoy ha arrancado en Santiago un curso universitario en el que, tras haber alquilado un piso para todo el año, muchos estudiantes se encuentran con que apenas tendrán clases presenciales.
Alumnos en el interior de la Facultad de Matemáticas de la USC.
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Alumnos en el interior de la Facultad de Matemáticas de la USC.
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Este lunes la Universidade de Santiago de Compostela (USC) arrancaba su curso más atípico hasta la fecha, marcado por la pandemia de la COVID-19. Seis meses atrás, la declaración del estado de alarma trastocó por completo el desarrollo normal de la docencia.

En medio de una situación que nadie pudo prever, clases y exámenes pasaron a ser telemáticos, mientras que muchos estudiantes de fuera de Santiago volvieron a sus casas, dejando en marzo pisos en los que, en la mayoría de los casos, tenían un contrato firmado hasta junio o julio. Algunos siguieron pagando sus alquileres, otros consiguieron alcanzar acuerdos con sus caseros.

Aula de la Facultad de Derecho de la USC (USC).

En previsión de que se volviera a repetir una circunstancia similar, inmobiliarias y propietarios incluyeron en sus contratos una "cláusula covid" que regulaba lo que podía suceder en caso de que se volviese a decretar un confinamiento obligatorio.

Sin embargo, esa cláusula no preveía el escenario con el que finalmente ha arrancado el curso: no hay confinamiento pero, en muchos casos, tampoco hay clases presenciales ante la imposibilidad de disponer del espacio suficiente para impartirlas garantizando las distancias mínimas de seguridad.

Ante este escenario, las distintas facultades fueron las que decidieron, atendiendo a las circunstancias particulares de cada una, cómo desarrollar sus clases. Esta decisión se produjo en septiembre, de tal modo que la mayoría de los estudiantes ya había firmado sus contratos de alquiler para todo el curso.

"Hace una semana nos avisaron de que tendríamos un turno rotatorio un poco complicado, con clases interactivas una semana al mes y las demás a distancia", explica Lidia, una estudiante del Grado en Maestra de Educación Primaria que ha alquilado un piso para todo el año. "Para dos días podía quedarme en mi casa y venir en coche", lamenta.

Las prácticas

Alumnas frente a la Facultad de Matemáticas de la USC (USC).

Esta situación también genera más incertidumbre sobre las prácticas: en el caso de los grados relacionados con la educación, éstas dependerán de lo que determinen los centros en los que se destine a cada alumno.

En las titulaciones sanitarias, sin embargo, el Servizo Galego de Saúde (Sergas) ya ha tomado una decisión. "Tengo un contrato para todo el año y no voy a tener clases presenciales, por lo que estoy en Santiago sólo por las prácticas, que se redujeron al 50 %", detalla Ramón, estudiante de Medicina.

"Cuando hice la matrícula las prácticas eran de cinco semanas y ahora me dicen que tengo sólo dos: voy a ir al hospital nueve días en lugar de 25, pero no cambia ni el precio ni el número de créditos", prosigue.

Ante este escenario, en la calles de Santiago y en portales de alquiler comienzan a aparecer anuncios de personas que buscan nuevos compañeros de piso después de que los suyos hayan decidido volverse a sus casas. Otros, mientras tanto, han preferido perder las fianzas y dejar sus pisos para ahorrar el alquiler de lo que resta de curso.

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