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La odisea de conseguir piso en Santiago: "Solo dos o tres se salvaron de los 14 que vimos"

Los estudiantes del campus compostelano vuelven a la competición salvaje por conseguir un sitio donde vivir durante el próximo curso
Estudiantes haciendo cola en una inmobiliaria para visitar pisos en Santiago de Compostela.
Sara Gil
Estudiantes haciendo cola en una inmobiliaria para visitar pisos en Santiago de Compostela.
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Cada verano Santiago de Compostela acoge a dos tipos de peregrinos: los que vienen desde el Camino de Santiago para visitar la Catedral y los universitarios en búsqueda de piso. Es una experiencia exhaustiva en una ciudad en la que muchos de estos inmuebles están sin renovar, en condiciones que dejan mucho que desear o alquilados durante el verano a turistas.

La pelea por localizar dónde vivir el próximo curso se inició, como suele ser normal, al comenzar la prueba de acceso a la universidad, la EBAU. Desde mediados de junio ya se podían ver desde primera hora de la mañana colas de numerosos jóvenes situados a las puertas de las inmobiliarias compostelanas, esperando pacientemente que les atendieran para enseñarles inmuebles que, en muchas ocasiones, dejaban que desear.

La competición por los pisos ha alcanzado un nivel que muchos, o no se lo esperaban o no lo habían visto antes. Para Sandra García, estudiante de Filosofía, y sus compañeras de piso este año ha sido mucho más difícil que el curso pasado. "Llamamos para ir a ver un piso y antes de poder siquiera ir a verlo ya estaba alquilado. En el mismo día nos cancelaron otra visita porque unas horas antes ya había sido alquilado". Para la universitaria y sus amigas la situación era aún más estresante estando de exámenes.

Al final tuvieron "suerte", el propietario del inmueble donde vivían decidió suspender la reforma que tenía prevista por falta de un albañil así que solo lo reformará parcialmente, permitiéndole a las estudiantes quedarse otro curso. "El alquiler nos subió de 600 para 4 personas a 800 euros, pero viendo como estaban los precios de otros pisos así en general y la demanda que había preferimos asegurar y quedarnos un año más en el que estábamos antes que arriesgarnos".

Para Ismael Bocija y sus amigos, que llevan buscando desde inicios de mes, la experiencia de buscar pisos ha sido caótica. "La verdad es que la gran mayoría estaban fatal, sólo dos o tres se salvaron de los 14 o 15 que vimos", afirmó este estudiante. Como a muchos, al joven le sorprendió el estado de alguno de los inmuebles que le enseñaron: "Lo que más me llamó la atención fue que realmente quisieran alquilar pisos que tenían muebles rotos como armarios y cocinas o baños, que a mi parecer no estaban en condiciones de alquilar". A esta queja se le suman otras formuladas por universitarios a lo largo de los años por humedades, contratos fraudulentos e incluso visitas inesperadas de los propietarios.

El universitario consiguió encontrar con sus amigos un apartamento de tres habitaciones por 550 euros, lo que sale a unos 183 euros por persona. El precio se encuentra en la media de lo que un usuario se puede encontrar en cualquiera de los portales inmobiliarios online como idealista.com, en el que los inmuebles más baratos con varias habitaciones se encuentran sobre los 450 euros. En Spot A Home, otra de las páginas web más conocidas, se pueden comparar precios para compartir habitación, las más baratas se sitúan en los 185 euros al mes, pero en su gran mayoría los usuarios piden 200 euros a los nuevos convivientes.

El Ensanche es una de las zonas más populares para los estudiantes. Sandra García encontró su piso el año pasado allí. Sin embargo, muchos comentan que para encontrar algo barato se tienen que ir algo más hacia el norte de la ciudad, por la zona de San Caetano. Ana Cordido, de Lugo, explica que ella y sus amigos comenzaron la búsqueda mediados de junio y que ha sido "bastante complicado" localizar algo en su presupuesto. "Casi todos los de buen precio están en el norte, pero todo es cuestión de moverse y mirar bien", confiesa la estudiante.

Una estudiante de química de Mazaricos no lo ve así, y cree que el mercado inmobiliario santigués ha llegado a un punto de no retorno. "Parécenme que os prezos non son nada asequibles para estudantes, e que tampouco se axusta o prezo a calidade dos pisos". La joven, que ha comenzado a buscar recientemente después de que le aprobaran unas prácticas que estaba esperando, comenta que muchos de los inmuebles compostelanos no están al nivel de lo que hay en otras ciudades gallegas como A Coruña. "Na Coruña cando por exemplo pagas de alquiler nun piso compartido de 3 persoas por exemplo, 250 euros, e un piso moi reformado e moi ben, e en Santiago, pagas o mesmo por un piso antigo", señala la universitaria.

Las redes sociales: la nueva forma de encontrar piso

Para los que no han tenido tanto tiempo de buscar, las redes sociales están resultando sus mejores aliadas a la hora de enontrar dónde vivir este próximo curso. No es raro introducir los términos Santiago y piso en el buscador de Twitter y encontrar por lo menos cinco publicaciones o bien pidiendo compañero o encontrar un piso.

Lucía Rodeiro, una estudiante de Ciclo Superior comenzó ayer el proceso, sin mucha esperanza, pero a las horas de colgar un tuit y una historia en Instagram, ya había localizado con quien compartir un piso por 180 euros al mes. "¿Algunos pisos dan bastante pena? Sí, pero para el precio que tienen...", recalca la joven.

Todas las personas con las que ha contactado este medio publicaron o bien por Twitter o por Instagram su necesidad de encontrar un piso o alguien con quien compartir vivienda para el próximo en curso. Cada vez más los estudiantes son propensos a utilizar este tipo de recursos, tirando de amigos, y dejando que las menciones y las capturas de pantallas de la red social lleguen a la persona adecuada.

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