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La Farmacia Villar de A Coruña reabre en el local del Bazar de Pepe

La histórica botica de la Calle Real mantiene su imagen clásica en la recién estrenada ubicación, a tan solo unos metros de la antigua
Exterior de la actual Farmacia Villar
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Exterior de la actual Farmacia Villar
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"Qué pena". Dos palabras que este lunes hemos escuchado en la Calle Real cuando muchos coruñeses se acercaban hasta la legendaria farmacia J.Villar a comprar sus medicamentos. Tranquilo, la botica más antigua de la ciudad no cerró, simplemente se ha cambiado al local contiguo. Está pared con pared.

Hoy la legendaria farmacia J. Villar está de estreno. La botica más antigua de la ciudad ya no despachará medicamentos en el número 82 de la calle Real, donde fue fundada en 1827. Desde ahora atenderá en el remodelado local contiguo, al que ya se ha trasladado.

El bajo contiguo, el número 80, también tiene mucha historia. Fue el que ocupó desde 1929 el Bazar de Pepe, establecimiento que cerró hace muy pocos años.

Aunque la ubicación es prácticamente la misma, pues se ha movido medio metro, muchos coruñeses se han sorprendido este lunes cuando se disponían a entrar en la histórica farmacia coruñesa.

Dispensando medicamentos desde 1827

La Farmacia Villar no es una botica cualquiera. Hay que remontarse al año 1802 con el nacimiento de Don José Villar Vázquez en la ciudad de Betanzos. Tras cursar los estudios de Farmacia en la Facultad de Farmacia de Santiago de Compostela, en 1827 decide montar su botica, no en Betanzos sino en La Coruña, que estaba empezando a crecer gracias a su puerto, con más calado y buenas condiciones de resguardo, que la comunicaba con el resto del país.

La sitúa en la Calle Real número 82, siendo en aquellas fechas un lugar alejado del centro y de la Ciudad Vieja ya que era donde acampaban los ejércitos. En ese mismo emplazamiento se encontraba hasta ahora la farmacia Villar.

Antigua Farmacia Villar, que ya informa de su cambio de ubicación

Entre los episodios más destacados que vivió está botica destaca el ocurrido en el año 1854, cuando una epidemia de cólera asola la ciudad. La farmacia Villar colaboró desinteresadamente en paliar el problema suministrando gratuitamente medicamentos a las instituciones benéficas, sobre todo a la beneficencia municipal y a los conventos de religiosas, hasta el punto que casi le lleva a la quiebra del negocio.

La farmacia es la gran herencia familiar, y es que fue pasando de generación en generación. En la actualidad, es la sexta generación de farmacéuticos de la familia quien continua con una saga familiar que desde hace casi doscientos años se ha preocupado por la salud y bienestar de todos los coruñeses.

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