La demanda de poderes preventivos crece un 175% en Galicia en los últimos cinco años
Un total de 304 personas otorgaron en Galicia el año pasado poderes preventivos en previsión de una situación futura en la que no podría decidir por sí mismo, según ha indicado el Ilustre Colexio Notarial de Galicia.
La demanda de la ciudadanía de este tipo de poderes casi se ha triplicado en los últimos cinco años, de 2017 a 2021, con un crecimiento del 175%, frente al 77% registrado a nivel nacional.
Este creciente interés por anticiparse a una situación de incapacidad podría deberse al envejecimiento de la población gallega, que con 213 personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 15, es la segunda comunidad autónoma con mayor índice de envejecimiento, solo por detrás de Asturias y a la par que Castilla y León.
El poder preventivo es un documento público, autorizado por un notario, que permite a una persona designar a otra o a otras para que representen sus intereses, en caso de que no pudiese decidir por sí misma. Esta fórmula jurídica es cada vez más demandada por los ciudadanos, que acuden a las notarías para asegurar que su voluntad prevalecerá en el futuro.
Otros instrumentos jurídicos de protección personal
Además de este poder, existen otros instrumentos jurídicos de protección personal, como la autocuratela y el testamento vital. Esta primera es una figura legal que permite que una persona, en previsión de que alguna circunstancia pueda dificultar el ejercicio de su capacidad, deje por escrito como desea que se organicen y administren los asuntos relativos a su persona y bienes, incluida la designación de un curador.
Por otra parte, el testamento vital, también conocido como voluntad vital anticipada, es un documento por el que una persona mayor de edad y con capacidades manifiesta qué asistencia médica desea recibir en caso de que se tope con alguna situación en la que no pueda expresar su voluntad.
Instrumentos jurídicos de protección patrimonial
Una preocupación creciente entre las personas mayores es perder calidad de vida y recursos para poder optar a una jubilación digna. Ante esta situación, existen varias fórmulas que están cobrando especial relevancia, como la renta vitalicia, un contrato que permite que una persona ceda a otra u otras su propiedad o algunos de sus bienes a cambio de una cantidad de dinero o pensión hasta su fallecimiento.
Otras de los instrumentos jurídicos que existen son: hipoteca inversa, contrato de cesión de bienes a cambio de alimentos y venta de una propiedad con reserva de usufructo vitalicio.
