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Juicio Alvia: El interventor niega responsabilidad por la llamada segundos antes del accidente

"Si hubiera sabido lo que iba a pasar no la habría hecho, era el más interesado porque iba en el tren", expresó Antonio Martín Marugán
El interventor de RENFE, Antonio Martín Marugán, llega al juicio por el accidente del Alvia, en la Cidade de la Cultura de Santiago de Compostela, a 26 de octubre de 2022, en Santiago de Compostela, A Coruña (España)
Álvaro Ballesteros- EP
El interventor de RENFE, Antonio Martín Marugán, llega al juicio por el accidente del Alvia, en la Cidade de la Cultura de Santiago de Compostela, a 26 de octubre de 2022, en Santiago de Compostela, A Coruña (España)
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La quinta jornada del juico por el accidente del tren Alvia comienza este miércoles 26 de octubre con algunos de los testimonios más importantes: el del interventor del tren, Antonio Martín Marugán, el empleado de Prosegur, Celso Cástor y el otro maquinista que iba en el ferrocarril, Javier Illanes. Este fue el que llamó al maquinista Francisco Garzón el fatídico 24 de julio de 2013, minutos antes del descarrilamiento en la parroquia compostelana de Angrois que provocó 80 muertos y 145 heridos. Entre otras cuestiones Marugán tendrá que explicar por qué negó a la Policía hasta "dos veces" la llamada durante los interrogatorios.

Durante un tenso intercambio con el Fiscal, el interventor relató cómo habían sido los minutos previos al accidente y la razón de la llamada. Marugán señaló que iba sentado con un guardia de seguridad y otro compañero de Renfe de Ourense, del servicio de mecánica. Explicó que la empresa no les había dado ninguna información específica sobre el uso del teléfono y que quería hacer la gestión de la parada de Pontedeume antes de llegar a Santiago porque allí tenía más cosas que hacer y en ese momento "no estaba haciendo nada".

El interventor explicó que una familia se acercó a decirle que tenían que parar en Pontedeume, una estación en la que hay dos vías. El trabajador entonces, preocupado por "facilitar el paso" por un andén cercano a los viajeros, fue cuando realizó la conocida llamada de minuto y medio en los momentos previos a la curva de A Grandeira. Marugán insistió que "no sabía en qué punto kilométrico estaba".

"¿No se le pasó por la cabeza que podría distraer al maquinista", le preguntó el Fiscal, a lo que el interventor respondió que no sabía en qué punto exacto del trayecto se encontraba. Repreguntado más tarde si considera que es "responsable" por el accidente, algo que él negó. "Si hubiera sabido lo que iba a pasar no la habría hecho, era el más interesado porque iba en el tren".

Marugán también rechazó la idea de que se hubiese negado a hablar con la Policía, señalando que se había mostrado disponible para las declaraciones y que en ese momento no se acordaba de la llamada en los momentos previos al accidente. Cuando el Fiscal le insistió sobre que los agentes intentaron localizarle la semana siguiente y no fueron capaces, el interventor incidió que "en ningún momento me negué a declarar, fui yo voluntario".

Respuesta a las acusaciones

En el turno de las acusaciones, el interventor aseguró que, pese a que el maquinista tiene la obligación de contestar a las llamadas que él le haga, puede elegir si coger el teléfono o no en ese instante, y devolverla más tarde. Sin embargo, volvió a defender el haberse comunicado en el momento, ya que "era una llamada para prestar un mejor servicio a unos viajeros". Sobre los instantes inmediatamente después del descarrilamiento, Marugán describió un "absoluto silencio". "Salí y vi los coches caídos, y dije esto tiene que ser grave", recalcó.

Uno de los momento más tensos de la declaración fueron las preguntas del abogado de la Plataforma de Víctimas del Tren Alvia 04155, que buscó hacerle consciente de que en realidad sí sabía en qué punto del recorrido estaba. A respuestas del letrado, el interventor admitió que ya se había dado el aviso por megafonía que estaban llegando a Santiago y que varios pasajeros estaban de pie. Cuando la acusación le preguntó si consideraba "procedente" hacer la llamada, el trabajador responde que "yo sé que estoy cerca, pero yo no sé si esa curva existe o no existe". El interventor admitió también que la llamada la había hecho por el "confort" de los pasajeros y no por cuestiones de seguridad, y que bien se la podría haber hecho al puente de mando en lugar de al maquinista.

Sobre su negativa a mencionar la llamada a los policías, Martín Marugán insistió que en el momento no se acordaba de ella en los interrogatorios. El letrado intentó presionarlo sobre esta cuestión pero fue rápidamente reprendido por la jueza Elena Fernández Currás, que señaló que "es un testigo no un acusado".

El empleado de Prosegur

Tras la declaración del interventor, la jornada continuó con el resto del personal que viajaba en el ferrocarril el día del accidente. El primero en intervenir ha sido Celso Cástor, empleado de Prosegur y vigilante del tren.

Cástor, que todavía continúa trabajando en Renfe, explicó que instantes antes del descarrilamiento se había percatado que el tren iba a una velocidad superior a la normal. "Iba muy deprisa el tren", respondió a las preguntas del Fiscal. El vigilante también explicó que el interventor había realizado la llamada estando de pie como él, y que sabía que faltaba poco para llegar a Santiago porque ya habían cruzado el viaducto del Ulla.

Sobre la conversación que mantuvo Marugán con el maquinista resaltó que "podía haber esperado a Santiago o a Coruña, que al maquinista le iba a ver", y explicó que, desde su punto de vista, no colgaron. "Segundos antes el maquinista se daría cuenta de lo que estaba pasando y tiró con el teléfono y frenó". Sobre la seguridad de la curva, el vigilante aseguró que era algo comentado por los maquinistas que circulaban la vía y que "si sabes escuchar, escuchas".

El juicio continuó con la declaración de un mecánico que también viajaba en al cabina con los anteriores testigos. Muy nervioso, Francisco Sánchez intentó responder a las preguntas del Fiscal con dificultad, señalando que no se acordaba de los detalles del día, aunque sí de la llamada entre maquinista e interventor.

El testimonio más largo

El último y más largo testimonio del día fue el del otro maquinista que iba en el tren. En su declaración Javier Illanes trató de defender las acciones de su compañero pero en su intento incurrió en contradicciones, algo que tensionó los intercambios con el Fiscal durante la primera parte de su declaración.

En el primer intercambio Illanes incidió en la falta de señalización del área y en que tanto él como el resto de compañeros se "inventaban" un punto a partir del cual reducían la velocidad en la vía. A preguntas reiteradas sobre su formación, este maquinista precisó que no era lo mismo circular con una máquina a 140 kilómetros por hora que en un tren de pasajeros a 200 kilómetros, y que " la perspectiva para hacer frenada es muy diferente", teniendo que coger puntos diferentes de referencia.

En lo referente a la llamada, el maquinista que llevó el tren desde Medina del Campo a Ourense, señala que él mismo la hubiese cogido, pese a que en el proceso de Instrucción señaló que se "coge el teléfono si no hay riesgo". Illanes continuó insistiendo en la falta de de seguridad de la vía, reiterando que "no tengo nada que me avise de que tengo una limitación de velocidad" antes de llegar a la curva de A Grandeira y que durante el trayecto dependen del cuadro de velocidades y de sus referencias para saber cuándo frenar.

En el turno de preguntas del abogado de la Plataforma de Víctimas, Illanes fue también rotundo en sus declaraciones señalando que "no había ninguna señal ni baliza" en ese punto problemático del trayecto, y que de haber entrado por la vía 2 , el accidente no se hubiese producido.

Durante el turno del interrogatorio de las defensas, la letrada de Adif fue la primera en tomar la palabra para preguntar al testigo, que incurrió en varias contradicciones.

Cuando la letrada le preguntó sobre si "consideraba que estaba desprotegido" durante la circulación, Illanes respondió afirmativamente. El problema, insistió, fue que "no se le hizo caso al informe del jefe de maquinistas de Ourense". La abogada remarcó su inacción para seguir denunciando los problemas , pero el maquinista se defendió, añadiendo "no sé qué más puedo hacer yo".

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