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Escape Rooms en pandemia en A Coruña: Reducciones de aforo, ERTE y ausencia de disfraces

Los responsables de locales de entretenimiento coruñeses piden medidas para ayudar al sector en esta complicada situación de crisis sanitaria como la ampliación de los ERTE, subvenciones a fondo perdido o carencia de un año para los créditos concedidos antes del coronavirus
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El sector del ocio es uno de los más golpeados por la pandemia y que en estos meses desde que se decretó el estado de alarma y se sucedieron las fases de la desescalada, estuvo más en ascuas sobre su presente y su futuro, ya que muchos de los trabajadores de este campo alegan que se sintieron indefensos y que no encajaban en ninguno de los grupos delimitados por el Gobierno en las ordenanzas. En esta "nueva normalidad", gran parte de los establecimientos de escape room y juegos en grupo de A Coruña están sobreviviendo pero en condiciones nunca vistas antes en sus negocios.

Los principales cambios se centran en las reducciones de aforos, los ERTE que se han tenido que aplicar a las plantillas, la eliminación de los disfraces para evitar crear focos de contagio y las reservas con poca antelación y realizadas a última hora debido a los continuos cambios que está experimentando la situación epidemiológica en toda la comunidad cada semana.

Desde Quincemil hemos hablado con los responsables de estos locales sobre su rutina actual y su visión sobre cómo se sucederán los próximos meses en el sector en medio de esta incertidumbre sanitaria:

The Rombo Code (Galileo Galilei, 12)

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Este centro abrió en noviembre de 2016 en la ciudad herculina en el Polígono de A Grela y cuenta con unas instalaciones de más de 300 metros cuadrados con tres salas principales: "El misterio de Don Quijote", "La fuga de Casanova" y "Tras el espejo". Actualmente están trabajando en la creación de una cuarta sala. Su responsable, Fran Suárez, comenta que por su ubicación están enfocados sobre todo a actividades de teambuilding para empresas y departamentos de RRHH, a parte de actividades de ocio para grupos de amigos o familiares y otras celebraciones.

Suárez explica que estuvieron cerrados durante el confinamiento y que abrieron el pasado mes de junio con toma de temperatura a la entrada para todos los clientes y empleados, con los imprescindibles geles hidroalcohólicos, mascarillas y reforzando la limpieza en el recinto con desinfectantes específicos y aparatos virucidas. "No mezclamos grupos de jugadores, cuando reserva un grupo el resto de salas quedan bloqueadas para que en ese momento sólo esté ese grupo en el local", detalla, a la vez que relata que han detectado un "cambio de hábitos a la hora de reservar" porque las reservas de última hora están a la orden del día.

"La parte genial de esta actividad es que es algo que no te mezcla con otro público, sino que juegas en compañía de familiares y amigos, es decir, con la gente que habitualmente ya estás en contacto", afirma. En cuanto a la situación de los escape rooms frente a la pandemia, el responsable de The Rombo Code opina que "van a salir reforzados al ser lugares de entretenimiento donde nos emocionamos y disfrutamos y porque es una actividad que se realiza en un entorno seguro rodeados de esa gente que ya está habitualmente a nuestro alrededor", detalla.

Mystery Gate (Travesía de Meicende, 190)

Este local abrió en octubre de 2018 y tiene dos escape room (orientados para entre dos y seis personas) y un escape hall (para grandes grupos de 4 a 18 personas) y en este último espacio se hacen cumpleaños, despedidas de soltero y eventos de empresa. El responsable del establecimiento, David Suena, cuenta que se vieron obligados a cerrar durante el estado de alarma y que "a la hora de abrir hubo un desconcierto bastante grande ya que no se situaban en ningún grupo de ninguna fase de desescalada".

"En nuestro caso nos acogimos a las normas de la fase 3, cuando pudieron abrir casinos y juegos de azar. Actualmente estamos abiertos y no tenemos ninguna previsión de cerrar en un futuro próximo", comenta el responsable del negocio, a lo que añade que con la pandemia los grupos que van a jugar son más reducidos y "han pasado de seis a dos o tres jugadores", a parte de que ahora registran más visitas de "muchas familias y convivientes y antes venían más grupos de amigos". En cuanto al escape hall, desde Mystery Gate aseguran que "los cumpleaños se han reducido prácticamente a cero".

En cuestión de turismo han notado un descenso considerable. "El año pasado hicimos juegos a gente de Alemania, Suiza, Inglaterra y hasta incluso Nueva Zelanda. También de turismo nacional como vascos y asturianos (que incluso venían a celebrar sus despedidas de soltero aquí), andaluces y madrileños y este 2020 no hemos tenido a nadie del extranjero y de turismo nacional ha disminuido mucho la cosa", concretan. Debido a la situación provocada por la pandemia, los responsables de este escape se vieron obligados a llamar y devolver el dinero de las reservas que tenían programadas durante el confinamiento, además de ampliar el plazo de las tarjetas regalo (que normalmente caducan a los tres meses).

Actualmente hay un empleado en ERTE y otro ya ha podido volver al trabajo pero para de momento no pueden recuperar la plantilla al completo porque "no tienen volumen de trabajo para poder sacar del ERTE a esta persona". En Mystery Gate consideran el uso de los escape room "como más seguro que otras actividades" y basan su teoría en que utilizan alfombras desinfectantes, exigen mascarilla durante todo el tiempo que se permanece en el recinto, disponen de gel hidroalcohólico, higienizan las salas entre sesiones, emplean lámparas ultravioleta clase C que esterilizan la habitación en 15 minutos, se limpian con Sanitol todos los elementos usados durante el juego y se ha dejado de disfrazar a los clientes para que estas prendas no se conviertan en "focos de contagio".

"Creemos que esta crisis nos ha golpeado fuerte, tengo noticias de escape rooms que cierran sus puertas todos los días. Algunas son empresas que tenían alquileres muy elevados y no pueden hacer frente a esos gastos", comenta Suena, al mismo tiempo que se muestra confiado en "volver a tener la afluencia de gente de antaño y en que se termine normalizando la situación y vuelvan a lo de antes más temprano que tarde". "La vida sigue y la gente tiene que divertirse", dice, mientras rememora el daño que le hizo al negocio los bulos como que iban a confinar A Coruña, lo que provocó que ese mismo día se cancelasen seis sesiones y que no llamase nadie para reservar en esa semana.

Clue Hunter (José Luis Pérez Cepeda, 8)

Este escape room abrió en junio de 2017 y hay dos salas: “Atrapados en el sótano” y “El caso WEN”, además de tres escape hall (salas donde los participantes se dividen en grupos para competir): “Indiana y el Ídolo Maldito” (aventuras), “El tesoro de Calicó Jack” (búsqueda del tesoro), “El asesino de Keylock City” (detectives). El responsable del local es José Expósito.

El recinto tiene en proyecto abrir una nueva sala, “Sherlock vs Moriarty”, que ya tendría que estar activa pero la pandemia lo retrasó. Las instalaciones cerraron durante el confinamiento desde el 14 de marzo al 5 de junio y con la vuelta a la rutina se han ido ciñendo a los diversos cambios de normativa. Ahora mismo están abiertos con un aforo limitado al 50% y en relación con las mismas fechas del año pasado la clientela se ha visto reducida a menos de  la mitad (un 40% aproximadamente).

"La mayor dificultad fue la de tener que hacer frente a los pagos con los ingresos tan reducidos, aunque hemos podido contar con la colaboración y comprensión de nuestros proveedores y de la propietaria del local. Lo complicado ahora es convencer a nuestros clientes de que estamos ante uno de los ocios más seguros que pueden existir", explica Expósito, que añade que durante la cuarentena puso al personal en ERTE.

Las medidas sanitarias en este centro de ocio se dividen en: mascarillas obligatorias, distancia mínima de dos metros con el cliente, gel hidroalcohólico en el puesto de trabajo de uso continuo, desinfección del puesto de trabajo después de cada uso y aforo reducido a la mitad (según la normativa vigente). A su vez, han modificado los horarios para que ningún grupo de clientes coincida en la salida o en la entrada con otro grupo, "lo que convierte la experiencia en privada y exclusiva", según el dueño.

"El futuro lo vemos con optimismo y creemos que los propietarios de este tipo de ocio están muy concienciados con la seguridad y esta diversión inteligente, divertida y sana ha venido para quedarse. Uno de los puntos fuertes es que estimulamos la creatividad ayudando a pensar diferente porque nada es lo que parece y ayuda a desconectar y abstraerse de la rutina", asegura. Asimismo, en Clue Hunter están trabajando "para que en las salas no exista ninguna interacción física con los game master (monitores) y adaptar el juego aún más a las condiciones actuales". De este modo, el grupo desde que entra en el establecimiento hasta que sale puede funcionar de manera autónoma guiados por la voz del game master y por estímulos visuales.

Dogoplay (Polígono de Pocomaco, parcela D22)

Esta empresa de escape room se diferencia de las demás del sector presentes en A Coruña porque ofrece experiencias urbanas por las calles de la ciudad y no dispone de instalaciones como tal. Su responsable, Xosé Rodríguez, empezó con esta modalidad en 2017 y cuenta que "sus juegos trasladan las dinámicas de las salas convencionales a espacios abiertos y las combinan con tecnología móvil como la cámara, geolocalización o realidad aumentada".

Este tipo de entretenimiento es apto para grupos de dos a tres personas pero también permite eventos masivos con muchos jugadores compitiendo simultáneamente. A día de hoy cuentan con cuatro juegos en la ciudad herculina (uno de ellos para niños), dos en Pontevedra (uno para niños), un juego en Vigo y cuatro en fase beta en Madrid. Rodríguez detalla que "quitando el período de cuarentena, el coronavirus no ha afectado al negocio desde el punto de vista teórico, ya que todos nuestros juegos son "CovidSafe" de serie". "Los grupos son cerrados con la gente que tú organices, espacios abiertos en la calle, no tienes que tocar nada que no sea tuyo, ni interactuar con nadie que no vaya contigo", cuenta, a la vez que reconoce que ve que "la gente todavía está reacia a hacer este tipo de actividades, por miedo, desconocimiento o pereza de usar mascarilla".

Durante el período de cuarentena no han recibido reservas y las principales dificultades que encuentra ahora a la hora de desarrollar su trabajo se centran en "la barrera social y psicológica de la gente". Sobre el futuro de los escape room, en concreto los de sala, el responsable de Dogoplay lo ve "incierto" porque es consciente por compañeros del sector de que "en general el volumen de reservas se ha reducido al mínimo".

A su vez, desde este escape room ofrecen la plataforma para que otras empresas puedan crear sus propios juegos porque han notado un incremento de la demanda en este sentido. "Las empresas de escape room y también desde el sector público están buscando nuevas formas de llegar a la gente y nuestro sistema de juegos en la calle es innovador, viable y muy versátil para cualquier proyecto", concluye el responsable de las instalaciones.

LocknRol (Avenida Sardiñeira, 36)

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Este recinto es uno de los más nuevos de A Coruña porque inició su actividad en diciembre de 2019. Tienen un juego de temática de investigación policíaca y han realizado juegos portátiles para distintos eventos como la XuventudeGalicia.net (XGN), el salón de Ocio alternativo Hobbycon y una sala temporal con el ayuntamiento de A Estrada (Pontevedra) para su festival de Cine de Terror.

El alma de las instalaciones es Kevin Valcárcel y la pandemia ha afectado a la sala sobre todo a la hora de darse a conocer entre el público gallego porque la crisis sanitaria estalló cuando LocknRol tenía cuatro meses de vida. "A los cuatro meses nos vimos obligados a cerrar y no fue de gran ayuda para el negocio. Volvimos a abrir en Junio con las medidas de limpieza post juego, mascarillas, guantes y restricción de uso de aseos, pero notamos que la situación ha bajado alrededor de un 60% en nuestro caso", aclara en comparación con los primeros meses de actividad.

Durante el cierre consiguió negociar parcialmente el alquiler para fragmentario y pagar una parte a final de año, pero admite que "aún así todo depende de lo que ocurra en los próximos meses". "No creemos que sea tanto un tema de restricciones, sino de sensibilización de la población porque hay mucha gente que no ha recuperado su ritmo de ocio por la amenaza latente a poder contagiarse", asegura. A pesar de todo, Valcárcel conserva el optimismo y cuenta que su modelo de negocio es más "de autor", por lo que confirma que aunque la pandemia "les cogiese al poco de abrir no impidió realizar una una inversión rápida en la segunda sala que están preparando".

En este ámbito comenta que "probablemente esta situación vaya a afectar mucho más a los grandes del sector con cuatro, cinco o seis salas acostumbrados a mover toneladas de grupos cada fin de semana". En caso de que la crisis continúe, cree que "la gente se acabará acostumbrando a convivir con el virus e irá recuperando este tipo de ocio paulatinamente", al mismo tiempo que predice "una evolución de los juegos masivos (hall escape o urban scape donde pueden participar desde 16 a 150 personas) a directamente salas más pequeñas, centrándose en la calidad de experiencia de grupos más definidos".

Mientras la situación epidemiológica varia todas las semanas, en este escape capean el temporal como pueden y creen que el ocio que ofrecen es "una opción de futuro". "Tendremos que ver si las salas conseguimos reestructurarnos y aguantar el tirón hasta que el público nos vuelva a llamar", dice.

Asociación Española de Juegos en Vivo Escape Room (AEJEVER)

El presidente de la Asociación Española de Juegos en Vivo Escape Room (AEJEVER), Jorge Martínez, afirma que "a pesar de tener que reinventarse y modificar y adaptar pruebas e instalaciones para convertir los escape room en un ocio seguro sin dejar de proporcionar una experiencia diferente y divertida", la mayor parte de estas instalaciones lo han conseguido y siguen sobreviviendo. El presidente a su vez es consciente de que no todas las empresas han tenido la misma suerte y muchos se han visto obligados a cerrar o se enfrentan a graves dificultades "para aguantar el tiempo que queda para ganarle la batalla al coronavirus", razón por la que AEJEVER pide a las autoridades que adopten medidas específicas para el sector y así evitar el cierre de más salas.

Entre los principales problemas, Martínez destaca los gastos fijos, la reducción de la facturación y los rebrotes. Sobre esto, el presidente apunta que "durante los meses que los centros han permanecido cerrados y sin ingresos los gastos fijos se han mantenido (alquileres, suministros, pago de créditos por inversiones…) y la única ayuda real fueron los ERTE por fuerza mayor hasta final de junio para los que se pudieron acoger a ellos". A su vez, Martínez se pregunta que con una disminución de la actividad notable como es el caso, de qué manera es posible conservar la plantilla anterior a la pandemia".

Según el máximo representante de AEJEVER, "la afluencia y facturación de los escape room ronda en general entre el 5 y el 30% de lo normal antes de la pandemia" y recuerda que "el miedo a los contagios existente en la sociedad y la mala situación económica en la que se encuentran muchas familias, afecta especialmente al sector del ocio y el entretenimiento, ya que no se trata de una primera necesidad". Sobre los rebrotes, que actualmente en varias comunidades están obligando al confinamiento por zonas, a nuevas restricciones y reducciones de aforo, indica que "las previsiones de futuro por parte de Sanidad y el Gobierno no son nada alentadoras" y asegura que eso ha supuesto que "muchos centros hayan tenido que volver a cerrar o estén bajo mínimos en cuestión de reservas".

"Desde AEJEVER solicitamos a las autoridades que adopten medidas específicas para el sector del ocio y entretenimiento, de cara a evitar el cierre de muchas más salas Escape Room", afirma, al mismo tiempo que enumera posibles soluciones como: ampliación de los ERTE, subvenciones a fondo perdido o que las entidades bancarias ofrezcan a las empresas y autónomos una carencia de un año para los créditos concedidos antes del coronavirus para inversiones en los centros de ocio y reducir los gastos fijos. "Si no se activan ayudas y apoyos eficaces con urgencia el sector está abocado a casi una quiebra total", concluye con preocupación.

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