El Español
Treintayseis
Actualidad
|
Galicia

El periodista gallego Nacho Carretero cuenta su deportación de Egipto a raíz del caso Djokovic

Al coruñés le negaron la entrada en el país africano porque solo disponía de una dosis de la vacuna (algo normal en España si se ha pasado la enfermedad), razón por la que se vio obligado a viajar a Estambul para una PCR y volver con resultado negativo para poder acceder
El periodista coruñés Nacho Carretero.
El periodista coruñés Nacho Carretero.
Ofrecido por:

El tenista número 1 del mundo en la clasificación de la ATP, el serbio Novak Djokovic, está en el centro de la polémica mundial estos días tras la cancelación de su visado por parte de las autoridades australianas a su llegada al país para jugar el Open de Australia. Uno de los requisitos exigidos por el gobierno australiano es tener certificado de vacunación, algo de lo que el deportista carece y alega que pasó el virus.

Una de excepciones aceptada es disponer de una exención médica que el serbio supuestamente no ha tramitado a tiempo ni de la manera correcta, por lo que desde su llegada permanece en un hotel y este lunes se decidirá sobre su futuro, que se divide entre la deportación o quedarse en Australia para competir. A su vez, existen dudas sobre las teorías aportadas por Djokovic sobre su contagio por coronavirus, ya que su equipo de abogados afirmó que supuestamente lo pasó a mediados de diciembre, algo que supondría una actitud irresponsable del deportista ya que acudió a varios actos públicos oficiales días posteriores.

Independientemente del final de esta historia que se conocerá mañana, el periodista gallego Nacho Carretero ha contado en su perfil de Twitter lo que le ocurrió hace unos meses durante un viaje a Egipto relacionado con la vacunación y el coronavirus. "Djokovic menos quejarse", ironizaba en un tuit.

De Egipto a Estambul para una PCR

Carretero comienza su historia asegurando que "el pasado verano le deportaron de Egipto por culpa del coronavirus" y en comparación con el caso del tenista serbio, remarca que él "sí estaba vacunado", pero con una dosis porque acababa de pasar la enfermedad (en España quienes pasan el coronavirus solo reciben una dosis de la vacuna).

"Las autoridades egipcias exigían pauta completa de vacunación para entrar en el país. La web de la Embajada española en Egipto explicaba lo mismo, de modo que allá fui con mi pauta completa monodosis", rememora. Los problemas comenzaron para el periodista de origen coruñés a su llegada al aeropuerto de El Cairo a las 19:00 horas, cuando un trabajador del aeropuerto le achacó que "solo tenía una dosis". "Sin dejar que respondiese, nos apartó a un lado. Cuando terminó de desembarcar todo el vuelo, nos llevó a una garita dentro del aeropuerto donde había un chico sonriente con bata blanca que nos explicó que no podíamos entrar en el país porque solo teníamos una dosis", cuenta.

En esta complicada situación, Carretero intentó explicar que en España solo ponen una dosis a quienes hayan pasado el coronavirus y que "si pedían pauta completa ellos lo cumplían", a lo que los trabajadores del aeropuerto respondieron que "en Egipto la pauta completa son dos dosis y es la norma" (pese a que el periodista matiza que no está especificado en la información que aparece en la web gubernamental del país). "Me giré y, no sé por qué, le expliqué al chico del chaleco todo el razonamiento. Él me miró con suma atención y en silencio y tras 10 minutos, alguien se me acercó y me informó con discreción de que "no habla inglés"", recuerda.

Dados los acontecimientos, el periodista llamó a la Embajada, donde le indicaron que antes de viajar habría tenido que consultar previamente todo lo referente a la vacunación con las autoridades egipcias. Pasados unos minutos, en la web de la Embajada del país sí se especificaba la necesidad de dos dosis, aunque ya era tarde para Carretero, por lo que el periodista tuvo que aceptar la opción que les ofrecieron de volar a Estambul (Turquía) para realizar una PCR y regresar con un resultado negativo para poder acceder a Egipto.

"Le preguntamos si podíamos hacernos la PCR ahí mismo, señalando una mesa llena de test (no es broma). "No, eso es solo para egipcios. Es la norma", relata Carretero con estupor e incredulidad, las mismas que debió de sentir en esos complicados momentos. "Cuatro horas después de discusiones, asumimos. Pasamos la noche en el aeropuerto, volamos a Estambul, nos hicimos una PCR, comimos, regresamos a El Cairo y 20 horas después, sí nos dejaron entrar. Así que Djokovic, menos quejarse", finaliza su historia, a la vez que espera no tener que volver a pasar por algo similar.

Actualidad