El buen pulso del fútbol femenino en A Coruña, en progresión imparable
Hace unos días se publicaba una imagen que hablaba por sí sola: las jugadoras de la selección española de fútbol eran recibidas por una nube de fotógrafos y periodistas a su llegada de Francia donde lograron jugar el partido de cuartos de final. El fútbol femenino va consiguiendo su tirón, y en A Coruña eso también se nota.
No solo porque la ciudad cuenta con un Dépor Abanca que estuvo intratable esta temporada, a la que puso broche de oro sellando el ascenso sin conocer la derrota, sino porque también en el último par de años han proliferado el número de equipos de fútbol femenino amateur en la ciudad.
"Que los medios de comunicación cada vez hablen más, no solo del fútbol femenino, sino en general del deporte femenino de élite" es una de las razones para esta eclosión, reconoce el coordinador del Orillamar. Antonio Villamor, conocido como Tonecho.
Para poner cara a este boom, hay una cifra que habla por sí sola: de la temporada pasada a esta que acaba de terminar, se duplicaron los equipos de Fútbol 8 femenino en toda España, que pasaron de ser 8 a 16. Hablamos con los coordinadores de dos equipos con categoría femenina en la ciudad, el Orillamar y el Victoria.
Orillamar Sociedad Deportiva
El Orillamar es un equipo con 60 años de historia en la ciudad de A Coruña y esta fue la segunda temporada para el equipo femenino. "Fue una apuesta de la dirección con el objetivo de crecer como club; como sociedad deportiva pensamos que teníamos que dar ese servicio y nos aprovechamos del boom no solo en la ciudad, sino en todo el mundo", cuenta el coordinador del Orillamar, Tonecho.
Reconoce el mérito de Uxía, la entrenadora, que ha llevado al equipo femenino a quedar en la quinta posición entre los 16 equipos que jugaron esta temporada en Fútbol 8. "El año pasado eran solo 8 equipos en la competición y el equipo femenino había quedado en séptima posición", asegura.
Una progresión imparable, tanto por el número de equipos que se han sumado esta temporada, como también a nivel de desempeño deportivo para el Orillamar. Sin embargo, Tonecho destaca que "lo principal es transmitir valores a través del fútbol".
"Empezamos en la categoría de fútbol 8 que es la que menos chicas necesita y tuvimos muy buena acogida tanto por parte de las jugadoras como de la ciudad y el equipo. Las jugadoras van desde los 17 a los 27. Es un gran abanico de edad y lo que importa es que están enganchadas, se nota un alto compromiso por su parte", destaca el coordinador.
Victoria Club Fútbol
El equipo de las cebras es, junto con el histórico Orzán, el que cuenta con más cantera en A Coruña. Esta temporada cerraron con 120 jugadoras federedadas.
El equipo Victoria A jugó en la misma liga que el Dépor Abanca, aunque las blanquiazules lograron ascender. "En esa Liga hay muchísimo nivel, nuestro gran reto para la próxima temporada es el ascenso", asegura Juan Ferreiro, coordinador del club.
"Las niñas estaban cohibidas a la hora de jugar y ahora se animan al verlo en televisión", asegura Juan, que añade que "el Deportivo también tiró mucho del tema". La tendencia es claramente al alza. Este fin de curso, en las jornadas en las que captan nuevos talentos, 35 nuevas incorporaciones se sumarán al equipo. Una cifra que considera "un récord" de captación.
Tendencia al alza
Según Tonecho, el fútbol femenino va "cada vez a más; esta temporada para el Orillamar fue mucho mejor, no solo a nivel deportivo, también en cuanto al compromiso del equipo".
Tonecho no duda que esto es imparable. "El fútbol es el deporte más practicado, y en el caso del fútbol femenino siempre ha habido pasos adelante". Ahora esos pasos se están dando de forma más decidida, con respaldo mediático e institucional, por lo que cuesta pensar que pueda producirse una vuelta atrás.
¿Cuál es el límite? "Ojalá que sea la equiparación entre el fútbol masculino y el femenino", coinciden los coordinadores de ambos equipos. Aunque los dos son prudentes y aseguran que el camino hasta ver cumplido ese objetivo es "muy a largo plazo", ya que depende de muchos factores externos al propio fútbol como la financiación o el apoyo social.
Lo que sí está claro es que el fútbol ya no es patrimonio masculino y que a nadie le podrá sorprender si los campos de fútbol en los recreos se rifan para que cada día juegue un equipo, o mejor todavía, que jueguen todos juntos.
