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De A Coruña al Himalaya: la ruta de 13.000 km en coche de dos alpinistas coruñeses

No van a comer el turrón en casa pero seguro que lo celebrarán viendo la nieve caer aunque a muchos kilómetros; el día 11 de diciembre emprenden un viaje increíble que se enmarca en un proyecto con sello de A Coruña
Félix Criado en el K2
Félix Criado en el K2
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A lo largo de la ruta, atravesarán 12 países y recorrerán un total de 13.000 kilómetros en coche hasta llegar a vislumbrar la montaña en la que no dejan de pensar, el Ama Dablam. Una vez allí, será solo el principio de la aventura. Félix Criado e Íñigo Gutiérrez arrancarán el motor de su Isuzu con remolque el próximo día 11 de diciembre con una despedida ante medios de comunicación en El Parrote de A Coruña.

Toda una odisea que requiere preparativos. Estos días previos a la salida ultiman el papeleo, ya que hay cuatro visados que pedir: el de Nepal, el de Pakistán, el de la India e Irán. "El día que salgamos con el pasaporte y todos los visados pegados, nos atacará la calma", resume Félix. Harán un pequeño rodeo para evitar Afganistán y el día 9 de enero tienen previsto estar en Katmandú para encontrarse con Álex Txicón, que se une al grupo procedente nada menos que de la Antártida. Los tres, Félix, Íñigo y también Álex (pese a no ser coruñés) pertenecen a la agrupación de Montañeros Intependientes de A Coruña (AMI).

Es un viaje multipropósito. Como objetivo final está apoyar al alpinista vasco, Álex Txicón, que ha puesto en marcha un proyecto muy ambicioso que consiste en escalar el Everest en invierno, "si consigue financiación". Escalar el Ama Dablam acompañado de los coruñeses Félix e Íñigo forma parte de la aclimatación para el reto.

Félix e Íñigo en la escuela de montañismo AMI en A Coruña

El hecho de hacerlo en coche quiere recuperar esos viajes que antiguamente emprendían los escaladores, recorriendo países "de mucha riqueza". Destaca la capacidad de entenderse con el le sonrisas, la amabilidad de la población: "En occidente le ponemos a veces una fama, pero son infinitamente más acogedores de lo que pensamos".

Pero además, se aprovechará cada espacio en el coche para llevar útiles que necesitan las poblaciones de países como Nepal, que tienen "unas de las más altas mortalidades". De esta forma, transversalmente, apoyarán la iniciativa de Montañas Solidarias: llevarán ropa de abrigo y material escolar hasta las montañas de Pakistán de los que han ido haciendo acopio las últimas semanas.

Félix en el K2 y a la derecha Félix e Íñigo practicando alpinismo

Algo que les hace especial ilusión es poder llevar unos hornos solares que han hecho los alumnos de Formación Porfesional de Mondragón, y que es algo que Félix destaca como algo muy importante porque allí hay una gran deforestación y con estos hornos no tendrán que usar leña, "son mágicos".

La montaña "collar de la perla"

La expedición coincide con las fechas navideñas y esta vez tocará pasarlas muy lejos de casa. "Será curioso celebrar las fiestas navideñas a tantos kilómetros pero lo hacemos por un proyecto que nos ilusiona mucho", asegura Félix sin dudar. Eso sí, reconoce que las próximas Navidades que pasen en casa "se disfrutarán con más intensidad". Una montaña de casi 7.000 metros de altitud les espera: "Creo que tenemos altas posibilidades de hacer cumbre".

La cumbre del Ama Dablan

Ama Dablan significa el "collar de la madre y de la perla" y Félix la describe como "una de las montañas más bonitas de la tierra", mientras se declara enamorado de su paisaje. Es un viaje que Félix hace, cumplidos sus 56, con el objetivo de ceder el testigo "a las nuevas generaciones". De la expedición Álex es quien tiene más experiencia, "a Nepal ha debido de ir como 20 veces". Para Íñigo, coruñés, será su primera vez en Nepal, y su presencia en el viaje es muy significativa para impulsar el objetivo de incorporar a la juventud en el amor por las montañas.

Aún no se han ido y ya están pensando en volver. El plan es dejar el coche en Katmandú, porque regresarán en junio, a recorrer la parte norte de la cordillera, siguiendo la ruta de la seda por países como Ubzekistán o Kazajastán. Aprovechando el deshielo, el plan es hacer el recorrido en moto. Pero esa será una nueva aventura, y ahora hay 13.000 kilómetros de carretera por delante y 7.000 metros que escalar.

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