Coronavirus: La deportivista que cambió el balón por la ingeniería y las impresoras 3D
Hace año y medio la vida de Estefanía Pabst, "Estefi", de origen mexicano pero coruñesa de adopción desde los 9 años y que fue capitana del Deportivo Abanca, ha dado un vuelco y las infinitas horas que empleaba en los terrenos de juego ahora las pasa delante de una impresora 3D ayudando a fabricar máscaras de protección contra el coronavirus gracias a sus conocimientos de ingeniería en diseño industrial, la profesión que desarrolla actualmente. Compaginar el teletrabajo con su papel de maker no es fácil y reconoce que está elaborando material sanitario principalmente para dar respuesta a pedidos que le llegan a nivel particular de gente que está expuesta directamente por trabajar en el sector sanitario, como médicos, farmacéuticos, fisioterapeutas y personal de limpieza.
"Me levanto muy temprano para poner en marcha una impresión antes de las 08:00 y aprovecho la hora de la comida y el fin de jornada para hacer los cambios de una impresión a la siguiente. Inicialmente empecé dedicándome a ello durante las dos semanas que tuve vacaciones en mi empresa, donde me dedico al diseño interior y retail, y desde la semana pasada lo compagino con el teletrabajo", asegura Pabst, a lo que añade que la labor que realiza es gracias a la impresora 3D que tiene desde hace cinco años en su casa y que sabe manejar gracias a las nociones de tecnología que le impartieron en la universidad.
Pabst reconoce que se animó a colaborar activamente como maker en esta crisis sanitaria "tras ver la iniciativa de mucha gente que como ella pensaron en dar solución a la falta de medios de protección". Sobre la elaboración de las pantallas, cuenta que lo complicado es "entender a la máquina y su funcionamiento a veces imprevisible" una labor para la que admite que son necesarias ganas y paciencia. "Imprimir cada soporte de pantalla lleva alrededor de 3 horas y a ello hay que sumarle el postprocesado (limpieza de residuos en la pieza), el tiempo que tardas en colocarle el resto de accesorios, el acetato que funciona como pantalla y las cintas elásticas para sujetarlo a la cabeza. Estoy imprimiendo una media de tres a cuatro pantallas diarias", detalla.
Espíritu de sacrificio
Pabst expone que su trabajo como ingeniera en diseño industrial consiste en "impulsar y hacer funcionar ideas y proyectos propios y ajenos", lo que le aporta mucha satisfacción por todo lo que aprende en el camino y por ser capaz de dar solución a problemas aparentes. Unos retos diarios que afronta con optimismo gracias a su espíritu de sacrificio y su vida activa ya que cuando aún jugaba en las filas del Deportivo compaginaba ocho horas laborales diarias con entrenamientos todos los días a parte de partidos cada fin de semana y viajes fuera de A Coruña cada dos semanas.
Esta ajetreada vida practicando sus dos pasiones, la laboral y la personal, fue posible hasta hace año y medio gracias a su amor por el fútbol, que practica desde los cuatro años y las experiencias que le ha dado este deporte asegura que "le han formado como persona, permitiéndole desarrollar valores que hoy en día ya forman parte de sí misma". "El fútbol me ha enseñado disciplina, esfuerzo y sacrificio y he extrapolado esto a todos los ámbitos de mi vida", comenta. De la crisis sanitaria que ha provocado que desde hace más un de mes la población española esté confinada en sus casas (a pesar de que en los últimos días se han rebajado las restricciones), afirma que "a nivel personal está intentando sacar el mayor número experiencias positivas", al margen de que "tiene la enorme suerte de no tener a nadie cercano afectado por la enfermedad y que está aprendiendo a valorar muchos aspectos de su vida".
