Augavá, paraguas pintados a mano con el alma de Santiago de Compostela
Hace 5 años Miguel Túñez (profesor en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la USC) propuso a su alumnado llevar a cabo un proyecto que consistía en la creación y difusión de una empresa a través de las redes sociales. Cuando le presentaron la propuesta, Aurora lo tuvo claro: creó Augavá.
Tal vez para muchos el paraguas sea un incordio en los días lluviosos pero, aunque a veces nos pese, en Santiago es imprescindible tener a mano uno. Por eso, si es bonito, divertido y personalizado, mejor.
Aurora crea y crea paraguas pintados a mano de variadas temáticas, con una imaginación sin límite. Viajes, moda, cuadros famosos, monumentos…
El año pasado, la Secretaría Xeral de Política Lingüística de la Xunta de Galicia, dirigida por Valentín García, le encargó un trabajo artesanal de 200 paraguas para regalos institucionales de cara al Xacobeo 2021. La temática elegida fue García Lorca y su conocido poema “Chove en Santiago”. Los paraguas tenían dos diseños. Cien de ellos llevaban pintada una camelia junto con el verso del poema “camelia branca do ar” y los otros cien, con un trazado de la Catedral de Santiago y la luna, acompañando al verso “chove en Santiago / na noite escura”. La creación de los paraguas tuvo una duración de cinco meses, y el resultado fue todo un éxito. “Espero poder repetir la experiencia pronto”, afirma Aurora.
Aurora estudió en la escuela Mestre Mateo, y su contacto con la formación artística de adultos comenzó en las aulas de la tercera edad, donde ejerció de voluntaria dando clases a mayores. A partir de ahí, empezó a trabajar en distintos concellos de Galicia. A día de hoy, Aurora es una mujer polifacética; además de los paraguas, también se dedica a la restauración de muebles, imparte clases de pintura al óleo, crea decorados temáticos, personaliza ropa y complementos…
Como anécdota artística, Aurora nos ha querido contar que hace casi veinte años tuvo en sus propias manos un dibujo auténtico del mismísimo Dalí. “Yo le daba clase a una señora muy mayor que había vivido en Cataluña en los años 30” En una ocasión, Aurora le mostró la famosa pintura Muchacha en la ventana y, para su sorpresa, su alumna le mostró a su vez una pintura que guardaba de cuando había conocido a Dalí. “Me contó que trabajaba de cocinera en la casa de un burgués, a la que iba mucho Dalí a pasar los días”, cuenta Aurora. “En una ocasión, Dalí quiso darle la enhorabuena por la cena que había preparado y, cuando la tuvo de frente, le pidió poder pintarla”, afirma Aurora. La señora se dejó dibujar sin saber que años después poseería algo de valor incalculable.
