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A Coruña

Se cumplen 500 años de la celebración en A Coruña de las Cortes Generales de Carlos I

El monarca necesitaba conseguir dinero con el que sufragar su viaje a Aquisgrán, donde sería coronado como "rey de los romanos", y lugar al que partió desde el puerto coruñés
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Carlos I de España convocó las Cortes Generales en A Coruña y Santiago en 1520 con el objetivo de conseguir financiación para viajar a la ciudad alemana de Aquisgrán, cerca de la región belga de Flandes. El monarca debía dirigirse a esta ciudad para ser coronado como Carlos V y consideró que A Coruña tenía una buena situación geográfica para comenzar la travesía una vez recibido el apoyo de los procuradores españoles.

Carlos I de España (1516-1556) y V del Sacro Imperio Romano Germánico (1520-1558) fue nombrado sucesor de su abuelo Maximiliano I en 1519 por los siete electores del Imperio que, según apuntan datos históricos, fueron sobornados con 800.000 florines por los ministros del rey. Así, el 28 de junio de ese año, se celebró una reunión en Franfurt (Alemania) para designar a Carlos de Habsburgo como "rey de los romanos".

Para obtener este título, Carlos V debía asistir a tres ceremonias de coronación, la primera de las cuales se celebraría en Aquisgrán, antigua capital imperial, el 23 de octubre de 1520. Sin embargo, "el César", como era conocido, necesitaba financiación para realizar el viaje.

Carlos I de España tenía por aquel entonces 20 años y se había convertido en el primer monarca en ostentar las Coronas de Castilla, Aragón y Navarra. La crispación de las diferentes regiones españolas era palpable, ya que les costaba aceptar el Gobierno de una persona joven que desconocía la cultura y el idioma del país: el monarca había comenzado su reinado en España con tan solo 16 años.

Las Cortes Generales en Santiago y A Coruña

Cuando Carlos V conoció que había sido designado "rey de los romanos", convocó las Cortes Generales en Santiago y A Coruña con el objetivo de conseguir financiación para su viaje. Las dos ciudades se opusieron en un primer momento porque consideraban que el monarca debía permanecer en el Reino y no centrar sus esfuerzos en Alemania, aunque al final terminaron por aceptarlo. Por otro lado, los castellanos se ofendieron porque Carlos I de España había decidido celebrar las cortes fuera de Castilla, hecho que trasladaron al monarca a través de sus procuradores y que desencadenaría las conocidas como guerras de las comunidades.

La reunión de las Cortes Generales de Carlos V en Santiago de Compostela comenzó el 31 de marzo de 1520 y se aplazaría el 4 de abril debido a las discordancias entre las ciudades con derecho a voto. Diez días después, el acto se reanudó en A Coruña, donde el rey levantó el castigo que pesaba sobre Fernán Pérez de Andrade para nombrarlo capitán general de la flota que lo trasladararía a Flandes. El nombramiento del cardenal Adriano de Utrecht como regente y algunas promesas por parte del monarca, como negar el empleo a los extranjeros, fueron suficientes para algunos de los represenantes españoles, que terminaron por aceptar el viaje de Carlos V.

El 20 de mayo de 1520, el monarca se embarcó en A Coruña rumbo a Aquisgrán, que durante más de siete siglos fue el lugar donde se coronó a los emperadores del Sacro Imperio Romano. Carlos V fue, precisamente, el último en ostentar este título.

Galicia en las Cortes

Con Salamanca y Toledo ausentes, las ciudades participantes y con voto en las Cortes de 1520 fueron Sevilla, Jaén, León, Madrid, Burgos, Córdoba, Ávila, Guadalajara, Valladolid, Murcia, Cuenca, Segovia, Toro, Soria, Granada y Zamora, que representaba a Galicia. Este hecho generó numerosas protestas por parte de personalidades gallegas como el Arzobispo de Santiago Alonso III de Fonseca y los Condes de Vilalba y Benavente, que solicitaron ser admitidos como representantes de Galicia alegando que la comunidad había tenido voto en el pasado y que debía recuperarlo por antigüedad y nobleza.

El rey Carlos V conoció el descontento de los nobles gallegos y aunque en esa ocasión no pudo compensarlos, sí lo hizo más tarde. Así, las ciudades de Betanzos y A Coruña, que ya habían protestado meses antes porque Galicia no contaba con procuradores propios y porque la consideraban un reino distinto al de Castilla, recibieron una recompensa por el apoyo al monarca, como la celebración de una feria franca mensual. Otro de los beneficios que obtendría A Coruña sería la fundación de la Casa de Contratación de la Especiera en 1522 gracias, en parte, a la labor de Fernández de Andrade a la hora de convencer a Carlos V de la idoneidad del puerto gallego para albergarla.

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