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Andrés Suárez: 'No voy a volver a casa hablando de dolor, de eso ya llevamos demasiado'

El cantautor ferrolano actúa esta noche en la ciudad naval, en el marco de la gira de su último trabajo, 'Viaje de vida y vuelta', un disco 'vital' y 'luminoso'
Andrés Suárez
Andrés Suárez
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Carismático, amable, humilde y cercano a pesar de los kilómetros de distancia que separaban esta conversación. Con todos estos atributos y con una energía desbordante, la misma que mostrará esta noche, Andrés Suárez, llega a Ferrol con la gira en la que presenta su último trabajo, Viaje de vida y vuelta.

El artista ferrolano sigue siendo el mismo artísticamente hablando, pero este disco se aleja de la gama de grises y llama a vitalidad y a la luz, después de años ciertamente oscuros.

Por el momento, su concierto de esta noche en el auditorio de la ciudad (20:30 horas) es la única fecha en Galicia, pero el cantautor anticipa que "el verano, las playas y el sol de aquí" no se lo quitará nadie por lo que es probable que su calendario se extienda con alguna fecha más en estas, sus tierras.

El título de tu primer disco es De ida. Algo más de 20 años después de su publicación, ve la luz Viaje de vida y vuelta. ¿Es el cierre de un círculo?

No, no está ligado aunque mucha gente lo vincula. Si tú y yo estamos hablando es porque somos supervivientes y no todo el mundo puede decir esto. Llevamos una tralla del 2020 que manda carallo y aquí estoy, haciendo un disco vital, luminoso y, literalmente, volviendo a la vida con una sonrisa casi perenne. Podría volver hoy a Ferrol hablando del dolor y de la muerte, pero de eso llevamos demasiado. Quiero hablar de vida, de que... ¡estamos en segunda!

¿De qué está de vuelta Andrés Suárez?

De nada. Tuve una gran relación de amistad con el maestro Pablo Milanés y, en una charla que tuve con él en Cuba, me decía con sinceridad que aquí no está de vuelta nadie. Me decía que a los 70 años en este oficio sigues aprendiendo, y mucho. Imagínate si vengo yo a contarte que estoy de vuelta. Me considero un joven de 40 años, de aldea, cuyo sueño era vivir de sus canciones y llevarlas a otros países. Estoy ávido de vida. Ahora que, afortunadamente, se puede hablar sin tabúes de la salud mental, sucede que me estoy encontrando con muchos compañeros que no se quieren subir a los escenarios, que están pasando por una fase apática y a mi me pasa lo contrario y quiero subirme a esta ola. Estoy más de ida que nunca.

Se refleja en los ritmos de muchas de las canciones de tu nuevo disco, como por ejemplo Será o Valientes.

Valientes está escrito a una persona muy joven, Almudena, que tiene párkinson. En un primer momento esta era una canción depresiva, una balada y al final le hice un reggae para bailarlo juntos. Ese es el espíritu del disco. Pero que tampoco piense el oyente que va a venir a un concierto de reggaeton. Sigo siendo el mismo pero, con 20 años de carrera y ocho discos, uno puede permitirse hacer un disco depresivo porque está en ese momento, si has perdido a alguien o algo, y no pasa nada. Esta vez se dio el milagro de que mi momento personal y profesional es muy buen o y cuando se alinean ambas cosas hay una arma muy poderosa.

Hay también lugar a la crítica de los problemas actuales: el cambio climático, la falta de entendimiento entre territorios, una economía asfixiante para los jóvenes,...

A pesar del optimismo, sigues en la realidad. Una de las cosas que más me dolieron en 2020 es esta suerte de tambores prebélicos que me sacan bastante de quicio y me entristecen profundamente. El resultado de todo esto, que termina en política, es desolador, cuando antes gente de todos los bandos convivía con determinada paz. Nunca he pedido el DNI a nadie ni lo voy a hacer le pese a quien le pese. Pero hemos llegado a un punto en el que parece que no puede expresarse uno con respeto y decisión. Estos días son los primeros que llueve en Madrid desde diciembre, no estoy de acuerdo con el maltrato animal, una persona fue asesinada hace años en la calle en Galicia por ser homosexual... Hace falta la paz. Cuántos chats familiares se rompían por política en el confinamiento, me parte el alma. No se me va a ocurrir llegar a Ferrol y ponerme a hablar de política. Echo de menos la unidad.

Tienes muy presente tu tierra, Ferrolterra, en tus letras. ¿Qué te llevó a componer Herbeira?

El hilo conductor del disco es el amor, pero no el waltdisneyciano, no el iluso e infantil. Es un amor sereno de 40 años, también pasional, pero sabedor de que el paso del tiempo nos puede destrozar y, a pesar de eso, me quedo a tu lado. Herbeira es una historia de amor, sexo, amanecer en el acantilado más hermoso del planeta tierra, que lo tenemos aquí.

Preguntar con qué canción del disco te quedas es como preguntar a un padre o madre cuál de sus hijos es su favorito. Pero mójate.

Te contesto directo. Hay una canción que se llama Teresa y Andrés y habla de mis padres. Mi madre es sanitaria y sobrevivió a la pandemia. Ese es mi privilegio y les hice una canción para presumir de padres, que carallo. Para decirles que son los mejores y y que estoy muy agradecido con la educación y los valores que me han inculcado. Es un homenaje en vida porque yo no estoy de acuerdo con rendir el homenaje en muerte. Están delante de mi y hoy les tiraré un beso desde el escenario en Ferrol.

Pasaste tu infancia en Ferrol y Pantín (Valdoviño). ¿Qué recuerdos guardas de tu vida aquí?

No sé si soy del muelle o de Canido, hay debates familiares todas las navidades, pero a la edad de cuatro años me fui a vivir a Pantín porque mi abuelo enferma y la playa de allí fue mi jardín de infancia. El recuerdo que tengo es el más feliz, de viaje en entre el muelle y el cole de Ferrol Vello o ir a Pantín y recorrer aquella costa verde con la mejor música en el coche de mi padre. También el conservatorio de Ferrol, con los primeros acordes. Digo Ferrol y me sale una sonrisa. Fueron años muy felices y mi marcha fue progresiva con el fin de vivir de la música. Me fui a Santiago mintiendo a mis padres diciendo qu eiba a hacer Magisterio musical (ríe). Había un circuito efervescente en Santiago y Madrid que no había en Ferrol y si hubiese podido vivir de la música en mi ciudad lo hubiera hecho.

Eres un ejemplo de hasta lo lejos que se puede llegar desde Ferrol pero es triste que el talento gallego se tenga que ir. ¿Sigue siendo obligatorio pasar por Madrid para poder triunfar en la música?

Madrid es el centro neurálgico de todo. El corazón de discográficas, editoriales, agencias de management,... y es algo que hay que buscar porque tienes una mayor posibilidad de salir adelante. Estoy muy agradecido por haber venido a Madrid, una ciudad que me abrió las puertas en todo momento, no dejó de brindarme ayuda y le debo muchísimo a la escuela de cantar en el metro. Un lunes te encontrabas en un bar a gente que llevabas toda tu vida escuchando en discos, y tienes la oportunidad de decirle "te admiro y este es mi teléfono". Por eso uno sale. No sé si ahora sigue siendo obligatorio porque hay una herramienta que no había hace 22 años: internet. La gente solo te conocía si entraba en el bar. Pero este superpoder llamado internet permite que yo en dos semanas esté en Colombia por primera vez en mi vida y con las entradas agotadas. Entonces ya no sé hasta qué punto debes pasar horas cantando en el metro para que te vean. Creo en el trabajo, en currar. Esperar en casa a que me salga un hit no funciona.

De los bares al WiZink Center. ¿Qué sientes cuando tocas en este tipo de recintos?

Pellizco en el alma. Una caricia. Es un regalo de tumba que me llevo y que le voy a contar a mis nietos en la vejez. Ahora bien, me lo tomo como un sueño. Creo que es un error profundísimo considerar que miles de personas te vieron y que has tocado techo. Eso te puede llevar a un punto de dolor horrible. Es un regalo, ha sucedido y no me lo creo. Me digo "celébralo esta noche y al día siguiente a currar". El aplauso te puede llevar a engaño.

¿Prefieres la intimidad de los pequeños escenarios?

Un gran recinto es la suma de muchos pequeños escenarios. Empecé tocando para cinco, después para ocho, diez, y otra vez cinco. Y lo volvería a hacer con la cabeza muy alta. El WiZink es la suma de mucho Sikaru, Fonte Sequelo... y si multiplicas esas cinco personas, llega una superpotencia como esos recintos. En el concierto de Ferrol subiré a dejarme el alma y la voz.

Tu banda también hace magia contigo sobre el escenario...

Me alegra que los menciones, porque últimamente se habla mucho del artista pero, para el concierto de hoy, hay gente que ha salido ayer, había furgonetas en marcha ya esta semana... Valoro muchísimo a mis técnicos y con mi banda llevo 14 años. Son familia mía y van a estar conmigo el tiempo que ellos quieran.

Venimos de una pandemia en la que quedó patente la importancia de la cultura en nuestras vidas, pero fue uno de los sectores más perjudicados por esta crisis. ¿Está la música recuperada de este fatal episodio?

No sé muy bien si está recuperada del todo, pero hemos estado en una lista interminable que incluye hostelería, taxis,... todos. Y me da pena la crispación social en la que vivimos. Joder, vamos a yudarnos entre todos. Vamos a echar una cerveza, tú vienes a mi bolo y le compramos una camiseta al comercio local. Los monologuistas como David Perdomo, Martita de Graná o Dani Rovira me pasaron del llanto de la angustia al de la risa. Yo ponía un directo de artistas en el móvil y me evadía una hora. Hacía un directo desde mi cada y la gente me mandaba un beso. Si no es por la palabra, la cultura, el humor o la música no estaría aquí, estoy seguro.

¿Qué es lo mejor y lo peor de esta industria en la que trabajas?

Me cuesta ver el lado peor. Pero es el echar de menos tanto a Ferrol como a mis padres. Cuanto mejor te va, prepárate para no ver a los tuyos. Una gira es muy dura. La gente piensa que vives de la ostia pero no veo a mi familia ni a mis amigos, no sé en qué país estoy ni qué hora es. La soledad del hotel es muy dura. Lo bueno es que me levanto y tengo trabajo, pago mis facturas con mi honradez y mis letras. El maestro Javier Ruibal escribió "quién no da la vida por un sueño". Es difícil pero vale la pena, siempre.

Tú mismo eres un referente para muchos pero, ¿a quién admiras tú?

Mi madre y mi abuelo cantaban muy bien y mi padre escuchaba muy bien. Soy del 1983 y crecí con la música que mi padre me ponía en el coche: Metallica, Def Con Dos, Milladoiro, Luar na Lubre... Crecí escuchando música, no cantautores. Me flipa desde Ferreiro hasta Lewis Capaldi. Es acertadísimo escuchar de todo un poco.

¿Cuál es la mayor locura que un seguidor o seguidora ha hecho por ti?

Benditas locuras de amor que agradezco y son surrealistas. Gente que se tatúa tu nombre, gente que engendra vida o se casa con una canción tuya. Hay gente que se subió a un avión desde el otro lado del charco y no sé cómo dar las gracias. Supongo que siguiendo haciendo canciones.

¿Cómo afrontas el concierto de esta noche?

Con la que está cayendo y con los planes y viajes que tiene la gente, todos en movimiento sin parar, que paguen una entrada y pillen un hotel es la más hermosa responsabilidad. Voy a entrar con un grito pelado diciendo "gracias familia" y vamos a vivir una fiesta, una celebración de vida, estamos en segunda división y hay que celebrarlo.

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