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ALAS denuncia que se ponen trabas a vacunar de VPH al colectivo LGTBIQ+ en A Coruña

El protocolo de vacunación de VPH a homosexuales entró en vigor el pasado mes de julio, pero se quejan de que sucede lo mismo con la de Hepatitis A, de 2018. Consideran que debe difundirse porque es medicina preventiva que "debe facilitarse y no dificultarse"
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La Asociación ALAS de A Coruña ha recibido en las últimas semanas varias quejas, por vía del Observatorio Coruñés contra la LGTBIfobia acerca de ciertas dificultadespara que personas del colectivo LGTBIQ+ reciban dos vacunas, la del VPH y la de Hepatitis A.

Desde ALAS insisten en que "piensan que no es maldad por parte del personal sanitario, sino desconocimiento", pero también quieren difundir la posibilidad de que hombres que tienen sexo con hombres se vacunen contra la Hepatitis A y, desde julio de este 2019, la del Virus del Papiloma Humano.

Consideran que la normalidad de que se "aplique un protocolo de prevención" a personas que llegan a un centro de salud que manifiestan ser homosexuales, "preocupándose de su salud y actuando con responsabilidad". "No siempre es fácil justificarse", aseguran en ALAS.

Hablamos con el secretario de la Asociación, Carlos Tilve, que explica cuáles son las dificultades que se han encontrado el colectivo en algunos Centros de Atención Primaria de A Coruña cuando han ido a solicitar las vacunas.

Cartel difundido por la Xunta hace unas semanas

¿Qué está sucediendo con la aplicación de estas vacunas?

Ha habido unos cambios que amplían a los colectivos elegibles para estas vacunas. El protocolo de Hepatitis A es ya de 2018, entonces ya es más preocupante, ya que lleva un año en vigor. En el caso de la vacuna por VPH el cambio que incluye a hombres que tienen sexo con hombres fue en julio de este año. Somos conscientes de que se necesita un tiempo de adaptación, pero ya son varios casos que nos están llegando que alegan que el personal sanitario manifiesta desconocer la recomendación de poner estas vacunas. Tampoco entendemos que se restrinja la aplicación de la vacuna del VPH hasta los 46 años, cuando la prevención es necesaria en todas las etapas de la vida.

Explícanos algún caso.

Cuando algún homosexual acude al centro de salud a pedir estas vacunas, la respuesta que han recibido en más de una ocasión es: "Esto no se te aplica". Yo mismo puedo contar mi caso concreto, al pedírselas a mi médico de cabecera, me mandó a hablar con las enfermeras, que me dijeron que no tenían noticias del tema.

Tuve que ir otro día al Servicio de Medicina preventiva del CHUAC, que rápidamente me confirmó que me correspondía la aplicación de las vacunas. Además, en el CHUAC me aclararon que el médico debería contactar con medicina preventiva cuando desconozca si debe aplicar la vacuna o no. Nos preocupa que a lo mejor otra persona se desanima al primer "no", y no se vacune.

Otro caso. A un compañero le pidieron que justificase por qué necesitaba las vacunas. La del VPH no se la han puesto, mientras que la de la Hepatitis A tuvo que justificarla diciendo que se iba de viaje. No parece adecuado tener que inventarse excusas para ponerse una vacuna que está aconsejada por el SERGAS. Todo hay que decirlo, también nos han llegado comentarios de personas que lo han pedido en su centro de salud y se la han puesto sin mayor aclaración, al conocer su historial.

¿En qué medida debe aplicarse estas vacunas?

Es medicina preventiva, que desde el Servicio Público de Salud se promueve, por ejemplo con los calendarios de vacunación. La cifra de personas que tienen el VPH es altísima, pero las personas no lo saben porque no hay síntomas. Otro tema que estamos detectando es el de trabas a la hora de solicitar serologías periódicas que en el caso de personas con múltiples parejas que se recomiendan llevar a cabo con más frecuencia. Tanto las vacunas como las serologías no deberían verse como un gasto de la sanidad pública, sino que suponen un ahorro. A la hora de la verdad, si fuese necesario tratar a la gente porque contrae una enfermedad sale todo mucho más caro. Quisiéramos que la aplicación de este protocolo de vacunación fuese un trámite sencillo, en el que no tuviésemos que estar dando explicaciones sobre nuestra orientación sexual para acceder a las vacunas.

Este es un caso que ha llegado a través de denuncias del Observatorio Coruñés contra la LGTBIfobia, ¿cómo funciona el apoyo que dais a las personas que acuden buscando apoyo?

Tratamos todo tipo de denuncias, acoso, incluso casos de violencia o de personas que piden información acerca de la transexualidad. En el caso de las vacunas estamos dirigiéndonos al servicio de medicina preventiva del SERGAS, para que informen de los protocolos en vigor. En ocasiones buscamos apoyo en otras asociaciones especializadas en temas específicos. Una cosa que nos preocupa mucho en estos momentos es que el Observatorio no tiene en estos momentos ningún local donde se atiendan a las personas que acuden en busca de ayuda, que generalmente nos cuentan cosas muy íntimas.

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